MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN
En aquellos días de la crisis económica a la mitad de su sexenio, Felipe Calderón propuso medidas fiscales y la desaparición de tres secretarías que, en conjunto –incluso la congelación y reducción salarial en los altos mandos del gobierno federal– implicaría recursos adicionales al gasto público de 2010 por 180 mil millones de pesos.
En términos llanos era un recorte al Presupuesto de Egresos para enfrentar a la crisis. La desaparición de las secretarías de la Función Pública, de la Reforma Agraria y de Turismo, conforme con la propuesta del paquete económico de 2010 implicaba un ahorro de 80 mil millones de pesos.
Fue un fiasco dicha propuesta porque, carente de un sustento de prospectiva económica, resultaba más caro el caldo que las albóndigas. A la vuelta de pocos años, las tres dependencias son parte de la estructura del gobierno federal, aunque una de ellas cambió de nombre para convertirse en un ente que tiene características de evidente promoción electoral y para lucimiento personal. En eso devino la Secretaría de la Reforma Agraria (SRA): en la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).
La Secretaría de la Función Pública estuvo propuesta, en la actual administración de Enrique Peña Nieto, para su finiquito en aras de la creación de un órgano acorde con el Sistema Nacional Anticorrupción; al paso que camina este tema, seguramente la SFP permanecerá en su espacio.
Quizá en los casos de la SRA y la SFP había condiciones y fundamentos para desaparecerlas y reubicar a su personal en áreas acordes, pero esa propuesta de Calderón y sus asesores, seguramente “economistas” egresados de alguna escuela patito, de reducir a la Secretaría de Turismo a una Dirección General dependiente de la Secretaría de Economía, era, por citar un eufemismo, descabellada.
Pero, vaya, entonces el asunto era de atención prioritaria. Tanto que el propio presidente Felipe Calderón convocó a conferencia de prensa la mañana del martes 8 de septiembre de 2009. Había severos problemas en la economía nacional cuyas arcas registraban un boquete ponderado en 300 mil millones de pesos. Solo por comparar, el recorte propuesto por Enrique Peña Nieto para el Presupuesto de Egresos de la Federación del año próximo, es 239.7 mil millones de pesos.
Bueno, aquella mañana, en su exposición del adelanto del proyecto de paquete económico que al día siguiente enviaría al Congreso de la Unión, Felipe Calderón dijo que se trataba de un paquete económico centrado en la prioridad de abatir los niveles de pobreza extrema y, además, en busca “del fortalecimiento de las finanzas públicas e impulsar los cambios sustanciales que requiere el país”. ¿Recuerda usted ese rollo? Los mismos argumentos para atender improntas de la economía nacional.
¿Qué proponía Felipe? En esencia cuatro medidas de ajuste porque, adujo, “estos son tiempos difíciles y antes de pedir cualquier esfuerzo adicional, el gobierno debe ser el primero en poner el ejemplo”.
La primera medida concernía a “la desaparición de cuatro secretarías: la Secretaría de Turismo, la cual trasferirá sus funciones a la Secretaría de Economía; la Secretaría de la Reforma Agraria, cuyas funciones y programas se distribuirán entre la Sedesol y la Sagarpa; y la Secretaría de la Función Pública, cuyas acciones serán desempeñadas por una contraloría general de la Federación dependiente directamente del Presidente”. El tema no prosperó.
Y sabe usted qué ha ocurrido con la Secretaría de Turismo. Bien, sin ánimo oficialista, simplemente con los números que hay en uno de los programas de esta dependencia que hoy está a cargo de Enrique de la Madrid Cordero, que la de dirección general del Bancomext llegó al relevo de Claudia Ruiz Massieu Salina, quien se fue la cancillería, se evidencia el grave equívoco en el que estuvo a punto de incurrir Felipe Calderón, de no ser que en la Cámara de Diputados le rechazaron ese recorte de tres dependencia públicas federales.
El programa al que me refiero, es el de los Pueblos Mágicos que el pasado fin de semana celebró su Tercera Feria Nacional, en el Centro de Congresos del estado de Querétaro. Enrique de la Madrid declaró, con fundamento en cifras y hechos, que este es un instrumento efectivo para abatir la pobreza y conminó a los tres niveles de gobierno y sector productivo a hacer de esta marca una política de regionalización del turismo.
¿Por qué? Porque, toda vez que en el paquete económico de 2017, hay una propuesta de recorte de 35 por ciento al presupuesto de la Secretaría de Turismo, se impone creatividad y coordinación, para impulsar a esta industria sin chimeneas, de las pocas que la estructura gubernamental ha rendido buenos frutos en la captación de divisas y generación de empleos.
En el ámbito nacional, la Secretaría de Turismo tiene un importante crecimiento en la captación de turismo extranjero. Se espera que, al cierre de este año, el número de visitantes internacionales supere los 34 millones. México se ubica entre los ocho destinos turísticos en el mundo.
De la Madrid dijo que el distintivo Pueblos Mágicos es uno los programas más exitosos del Gobierno de la República que abarca tres administraciones federales. ¿Por qué, entonces, Felipe Calderón propuso desaparecer a la Sectur? Cuestión de prospectiva y de las capacidades de estos asesores presidenciales que suelen llevar la brújula perdida.
Mire usted, de acuerdo con Enrique de la Madrid, el de Pueblos Mágicos es un gran programa porque da empleo a más de 5.5 millones de mexicanos que se benefician de la actividad turística, genera desarrollo y progreso en 111 comunidades del país que tienen esa calificación.
Incluso, el gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez Servién, de filiación panista, dijo que esta Feria Nacional de Pueblos Mágicos es el segundo evento de mayor importancia turística en México y tiene gran impacto para la industria.
Por ejemplo, el turismo en Querétaro representa 19 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), genera 154 mil empleos directos e indirectos y una derrama económica de 8 mil 441 millones de pesos, sólo en el año 2015.
Este programa, en Querétaro, en promedio genera la visita de 600 mil turistas en las cinco comunidades que cuentan con este distintivo.
¿Quién aconsejó a Felipe desaparece a la Sectur? ¡Vaya fiasco de iniciativa! Digo.
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