9:00a.m.
Anthony, despierta; ¡DESPIERTA! ¿Qué? ¡Qué es lo que sucede! Idiota. ¡Te han dado el premio nobel de litearatura! Ah, ok. ¿Te mandaron el cheque para cobrar el premio? Sí, sí, ¡aquí lo tengo! Bueno, entonces anda a ver si te lo cambian en elektra. Si te lo cambian, luego te vas para el mercado y compras panuchos, ¡los más caros! ¿Me oíste? Compras los panuchos más caros que encuentres. Si tienen con carne de dinosaurio, ¡los compras! Jamás los he probado. Ah, y no se te vaya a olvidar la puta coca de dos litros y medio. HOY QUIERO COMER COMO LAS MUCHACHAS BULIMICAS, HASTA VOMITAR. Hoy quiero atascarme hasta asquiarme… Bueno, está bien.
Pero antes de irme, solo quiero recordarte que tenemos deudas que pagar. No sé si recuerdes que tenemos empeñado hasta tu alma. Ay, ¡es cierto! Por cierto, dime a cuánto asciende nuestra deuda. No lo sé, no podría decirte. Bueno. Entonces será mejor que solo compres los mismos panuchos de siempre, ¡los simples! A
sí no gastaremos mucho. Bueno, Tampoco es para exagerar. Creo que al menos podemos comprar los que vienen con carne de pavo. Ok, ok. Si tu lo dices. Entonces andate de una vez. Ah, y no se te olvide llevar el sabucan para poner el resto del dinero. Y no se te olvide comprar papel de pan para envolverlo, no vaya a ser que alguien lo vea y te lo robe. ¿Me has entendido? Sí, sí. Bueno, pues entonces ya vete.
Ah, anthony. Se me olvidaba… ¿Qué? Dicen que quieren venir a tomarte fotografías… Mierda. Lo que me faltaba. Bueno. Entonces diles que vangan a tomarmelas aquí en mi hamaca. Estoy muy cansado, y no quiero levantarme. ¡Pero si es el premio nobel! ¡Y eso a mí qué me importa…! Ok, ok. Veré qué les digo, y a ver si aceptan. Por el momento, será mejor que me vaya. No vaya a ser que cuando llegue al mercado ya no queden panuchos… Sí, sí. Vete ya, ya mí déjame seguir durmiendo.
A. Smart.