Dracón de Tesalia fue un legislador ateniense cuyo legado ha llegado hasta nuestros días; de su nombre se desprende el término “Draconiano” y que se usa para calificar condiciones o normas que son demasiado severas. Lo que poco nos cuentan es que en un principio el legislador trabajó para aplicar este tipo de sanciones severas a miembros de la nobleza que usaban su rango para hacer y deshacer a su conveniencia.
De manera que lo que ahora se utiliza como sinónimo de algo injusto tiene su origen en lo contrario pues la intención era nivelar las cosas para que los de abajo no sufrieran las injusticias de los de arriba.
Parece que es tiempo de comenzar a hacer leyes draconianas contra nuestra moderna nobleza que es la clase política pues esas palmaditas en la mano que son el inhabilitarlos por determinado tiempo de realizar funciones o el terrible, casi mortal, desprecio del presidente en turno no les espanta nada.
Cada vez es mayor el embate que las televisoras y grupos de poder lanzan contra las redes sociales, para descalificarlas, pero dónde, si no en ellas pudiéramos hoy enterarnos de los escandalosos despilfarros y robos que hace la clase política a costa del erario o lo que es lo mismo, dinero tuyo y mío. Creen ustedes que en alguna televisora nos estuviéramos enterando de lo que se están llevando los gobernadores salientes y del nivel tan precario en que dejan las finanzas y seguridad de sus estados.
Nada de eso estaríamos viendo y nos tendrían, como a nuestros padres, espantados con las miserias y violencia de otros países y dándoles gracias a nuestro gobierno de que aunque jodidos seguíamos siendo el país más feliz del mundo; muchos se deben acordar y si no pregúntenle a alguien mayor si no es cierto que cada año en los principales noticieros nos echaban la maravillosa y motivadora noticia de que éramos el país con la gente más feliz.
A otro perro con ese hueso.
Jorge A. Barrientos