Claudia Rodríguez
La costumbre de cerrar los ojos ante una situación que requiere atención, es una práctica que poco a poco mina a la sociedad mexicana.
En este espacio, ya habíamos comentado respecto a la situación de los migrantes haitianos –dicen que también africanos– que cruzan nuestro país en busca de llegar hasta los Estados Unidos y que en diversas zonas urbanas de cruces fronterizos al noroeste de México empiezan a requerir atención especial.
No obstante que se reconoce por parte de la autoridad federal que ya han ingresado al país un estimado de 8 mil haitianos, para la misma no se trata de algo que exceda la capacidad de los gobiernos locales y de los municipios correspondientes, a dónde han llegado masivamente los migrantes no sólo de Haití, sino de otras naciones al sur de nuestro país.
Muy teórico, Miguel Ángel Osorio Chong, hasta ahora titular de Gobernación, señala que son tres causas por las que arriban haitianos a México:
Uno: derivado de desastres naturales que han impactado en Haití como el temblor del 2010 y el paso constante de huracanes devastadores.
Dos: las dificultades que tienen miles de haitianos que se establecieron por algún tiempo en países de Sudamérica, particularmente en Brasil.
Y tres, la justa política en los Estados Unidos que pone en vilo a los migrantes indocumentados en el mismo país por lo que muchos buscan reencontrarse con sus familias.
Se advierte también que México ha hecho su parte al lograr que no sólo reciba Estados Unidos 36 haitianos al día, sino más de 100.
Y dice el secretario Osorio, que ningún haitiano está en las calles, que todos tienen atención en albergues gracias a la atención de los gobiernos en distintos niveles y también de las organizaciones de la sociedad civil.
Muy bien con la disertación del señor secretario que casi nunca está en Bucareli, por aquello de las marchas y manifestaciones, pero el asunto es más grave.
Miles de personas han empezado a migrar hacia el norte en los grandes continentes de Asia, África, Europa y América por las nulas oportunidades en sus países de origen sobre todo por causas macroeconómicas derivadas de acuerdos globales que empobrecen su entorno de una y mil maneras.
Minimizar el asunto como un mero tránsito de personas, en donde Estados Unidos recibe 100 haitianos para luego repatriar a 99, es darle la vuelta a la tortilla para calentarla aún más, sin ninguna acción contundente ni positiva de por medio.
Seguro Osorio Chong que viaja escoltado o en helicóptero a toda hora y quien no se le acercan ni las moscas no ha sido testigo de lo doloroso que es el que nuestra misma gente, haitianos y más, estén instalados en las calles de distintas zonas urbanas del país, pidiendo comida, que no dinero.
Acta Divina… “No hay crisis humanitaria”: Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación.
Para advertir… Dicen los que saben y lo documentan, que recibir migrantes en nuestro país, es un gran negocio para quienes otorgan los permisos.
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