Un grupo de gente glamorosa, elitista, superflua, amantes de lo trivial que se la pasan viajando, en el shopping y presumiendo los lugares que conocieron en el extranjero. Eso es lo que son para quien no los conoce.
De manera que por lo mismo, y al mexican way, si les va mal, que bueno, bien merecido se lo tienen por mamones a ver ahora quién los va a mantener y dar sus lujos. Lo que pocos observan es que ese glamoroso trabajo es de alto riesgo, atraviesan varios husos horarios en un mismo día varias veces a la semana, sufren alta radiación solar, cuya afectación está muy buena documentada, trabajan en un medio con presión artificial, escaso nivel de oxígeno y en turno diurno, nocturno y mixtos hasta 2 veces en una semana ya sin mencionar el riesgo de trabajar dentro de un tubo lleno de combustible a 11 kilómetros de altura. Genera un alto índice de depresión, pues los momentos de soledad son muchos durante el transcurso del día, el dejar a la familia durante días es habitual, los días festivos, cumpleaños y festivales de los hijos no existen y ni siquiera tienes el consuelo de festejar con los compañeros de trabajo porque siempre cambias de compañeros, así que muchas veces ni se conocen, y encima una paga que no es ni la mitad de lo que la gente se imagina.
Además, son las bonitas del movimiento obrero, por lo que no han tenido nunca el apoyo para obtener el beneficio de que su trabajo se reconozca como labor profesional, ya hay licenciatura en enfermería, en trabajo social, pero por qué habrían de tenerla ellas si nada más se la pasan viajando y sirviendo cafés. Así más o menos es la vida del gremio de sobrecargos.
De manera que, cuando hace unos años estando en el solar del sindicato con motivo de una huelga que se estalló para pelear por mejoras laborales y en la que el gremio estaba siendo atacado por autoridades, patrones y televisoras haciéndolos ver, ante la opinión pública, como un gremio malagradecido y pretencioso; y aquí quiero hacer un paréntesis para comentar algo que creo es otro de nuestros paradigmas mexicanos, como el que comentaba en una columna anterior acerca de la razón del responder con un “mande” cuando alguien nos llama, y es que en México solo deben vivir bien los ricos, los patrones, ningún obrero o empleado puede aspirar a vivir bien, con ciertos lujos, pues seguro el resto de la fuerza trabajadora lo criticará, lo humillara, y lo boicoteara hasta lograr que viva, o que se joda, como los demás. No es mejor que todos aspiren a vivir mejor y que les vaya como aquellos que han logrado, con su lucha, un trabajo bien remunerado, si no que más bien todos deben estar jodidos porque así es como debe vivir el trabajador mexicano.
Ahí están gritándoles parásitos vividores a los petroleros, a los de la CFE, a los telefonistas, a todo aquel gremio que salga a la calle a defender sus derechos, pues es preferible que las ganancias generadas se las lleven los patrones, los funcionarios corruptos, los inversionistas, los especuladores, los de siempre pues, esos sí, que vivan como jeques, a que se reparta la riqueza entre la gente que trabaja para esas empresas, porque además será culpa de los trabajadores las desgracias de dichas compañías y no de las malas administraciones, no de la corrupción, no de la especulación, no de los bancos, no del estado y sus ventas entre “amigos”, es más fácil decir que las cosas fueron mal por culpa de los trabajadores huevones chupasangre, nadie se pone a pensar que probablemente todo se debió a un plan para acabar con la imagen y ganancias de dichas empresas para quebrarlas, para regalarlas.
Pero continuando con nuestra charla, cuando hace unos años a principios del presente siglo, estando en el patio del sindicato de sobrecargos de aviación, mientras se llevaba a cabo una asamblea en medio de un proceso de huelga, sorpresivamente llegó un reconocido miembro de la clase política mexicana, los que lo reconocimos nos acercamos a preguntarle la razón de su visita y si lo estaban esperando, a lo que contestó, elocuente como era, que no, que no tenía cita y se disculpaba, pero que quiso visitar, y mostrar sus respetos, al único movimiento obrero auténtico que había en ese momento en México, palabras que fueron bien recibidas por todos los ahí presentes pues éramos conscientes que la lucha era real y justa.
Le preguntamos si iba a pasar a ver al secretario general del sindicato, se asomó al auditorio, observó que estaba lleno, y comentó que no, que ya bastante trabajo debía tener nuestra representación en esos momentos como para recibir políticos, comentó que no cejáramos en nuestra lucha y se marchó. El político, Porfirio Muñoz Ledo, el líder sindical Alejandra Barrales Magdaleno, en esos momentos luchando por su gremio, lejanos los caminos que la llevarían a la presidencia nacional del PRD.
Poco a poco y sin darse cuenta, pensando que son casos aislados, la clase trabajadora, y sus derechos, van recibiendo golpes sistemáticos como parte de un plan bien estructurado para llegado el momento, dejar en la total indefensión al trabajador frente a la clase patronal, y la mayor parte de las instituciones creadas para proteger sus derechos junto con sindicatos vendidos, están siendo cómplices de este atraco de manera que el trabajador hasta justifique el que lo golpeen, los patrones esperan llegue el día en que pagues por trabajar, una especie de síndrome de Estocolmo donde el secuestrado termina por sentir afinidad con su victimario.
El gremio de la aviación no ha sido ajeno a estos embates, el más exitoso fue el que culminó con la desaparición de la compañía Mexicana de Aviación, y que tiene a más de 8,000 familias, desde hace más de 6 años, en espera de al menos una liquidación digna por el robo del que fueron víctimas por parte de Gastón Azcárraga, Felipe Calderón, el secretario del trabajo Javier Lozano el de coopelas o cuello, los trabajadores de mexicana coopelalon y de todos modos les dio cuello, y líderes sindicales que en su momento utilizaron la herramienta más usada en la historia de la charrería sindical, hicieron como que hicieron pero sin hacer nada. Líderes que no solo no lograron frenar una injusticia mayúscula, si no que cuando los sobrecargos estaban en la mayor indefensión y sin trabajo, escudados en el miedo, lograron que se hicieran cambios al contrato colectivo que les quitaban tanto salarios como derechos adquiridos, cuando ni siquiera compañía había, de manera que ni necesidad había de entregarlos.
De manera que ahora, que hay un representante sindical que ha logrado cierta estabilidad a un gremio golpeado, que ha logrado instalar a exsobrecargos de mexicana en otras compañías, que ha logrado reconstruir algo de aquello que se destruyó, regresan los lobos a intentar acabar con lo recuperado, apoyados otra vez con sus cómplices las televisoras, los periodistas chayoteros y los funcionarios corruptos.
Lo que falta en el movimiento obrero es lo que sobra en el otro lado, pragmatismo, astucia; en un momento en que el golpeteo contra el trabajador es incesante, en un momento en que los derechos laborales no son respetados ni por empresas ni por autoridades, en un momento en que se necesita una voz que sea escuchada, que se necesitan aliados políticos de peso, no paleros acusados de mafiosos y violación, cuando se necesita seguir recuperando lo perdido, hay que pensar bien en el representante que se requiere, no el que gusta más.
Es un momento de emergencia, tiempo de decidir por cual puerta vas a salvar a los pasajeros ¿Por la que ya está abierta con un sobrecargo auxiliando y el tobogán inflado? o ¿Por las aun cerradas y sin visión exterior?
Jorge A. Barrientos
Mi querido amigo, esta vez te volaste la barda. Tus palabras, tu conocimiento y tu valor se reflejan en cada palabra escrita en esta publicación. Me enorgullece no solo llamarte amigo, haber sido parte de un proyecto que tu y yo sabemos no se concretó por lo que hoy enfrenta Ricardo del Valle y espero los sobrecargos recapaciten de esas vivencias. Recuerdo, estando tu en las filas de Taesa tuviste el valor de enfrentar y de alzar la voz en nombre de tus compañeros en Washington, sabiendo de las consecuencias que esto repercutiría. Recuerda el lobo del hombre es el mismo hombre. Ojala, los sobrecargos por primera vez piensen porque puerta salir. Un abrazo, Jorge!
Abrazo Daniel