Tal cual, a sufrir mamones, todos esos que viven aparentando un nivel de vida muy por encima del salario que les permite, a duras penas, pagar el mínimo de las tarjetas para endeudarse eternamente, todos esos mamilas que piensan que viajar a USA, una o dos veces por año, les da más categoría que un certificado de pedigree a un perro, a esa multitud de payasos que se sienten soñados hablando inglés y mentando en español, que usan ropa de marca pero no tienen ni puñetera idea de quienes son Ricardo Flores Magón, Schopenhauer, Nietszche o Hypatía, a esas damitas que les gusta enseñar el muslito y pechuga pero jamas inteligencia y a esos caballeritos que muestran sus bíceps y cuadritos abdominales pero nunca educación.
Sufran sus vidas plenilunio de estrellas y nubes de algodón, mientras las guerras arrecian, la pobreza aumenta y el hambre arrasa con media humanidad, sufran obnubilados del mundo que creen, informados en CNN, en Hola, en Forbes y Univisón. Sufran entretenidos en MTV y Telehit, suscritos a vídeos de basura gringa y ocurrencias denigrantes.
Sufran mamones que confunden el desarrollo social con la estética arquitectónica y la seguridad con la discriminación étnica.
Sufran mientras usan gafas oscuras en la noche, cuando están ciegos a toda hora ante la miseria que les rodea.
Sufran farolones de quinta, emulando a enajenados de la socialité, en principio tan decadentes y vacuos como ustedes.
Sufran comiendo hipócritamente vegetales y gastando miles de pesos en carísimas cremas rejuvenecedoras a base de hormonas que se obtienen del sacrificio de equinos.
Sufran sus estériles vidas tras las modas, los hastags, las tendencias y el consumismo, sufran la incertidumbre de la ignorancia y la felicidad de la arrogancia, sufran porque eso que les parece la razón de la vida es la condena de la vida.
Sufran porque sus hijos como ustedes serán estúpidos, fatuos e inconscientes, sumergidos en la compasión y la doctrina que los sujeta al nivel más obsceno de la esclavitud.
Sufran admirando al rubio y despreciando al moreno, pasmados ante el rico y displicentes ante el pobre, sumisos ante el arrogante y arrogantes frente al menesteroso.
Sufran porque cuando den cuenta de la realidad que les rodea será demasiado tarde para reaccionar y cambiar el rumbo, ya que entre más se empapen de esa inconsciencia social más jodidos estarán.
Las cosas simples de la vida ya no lo serán, todo les parecerá incompleto, básico, primitivo y falto de belleza, porque viven en un mundo artificial, insuficiente, donde todo se compra, se alquila y se vende, les será imposible ver la maravilla del sol y el mar sin pensar en unas idílicas vacaciones con todo pagado en una de las más afamadas playas turísticas de moda con servicio de bar las 24 has.
Les será imposible entablar una conversación inteligente y culta por más de 60 segundos.
Les será imposible comprender el sentido de lo práctico frente a lo superfluo, reconocerán el amor de un perro de raza pero no de un perro criollo, condenarán el sufrimiento de un niño francés, inglés o estadounidense pero no el de un niño rarámuri, huichol, palestino, etíope, libio o sirio.
Sufran mamones que son capaces de encontrar en un mapa a Lake Tahoe, Dallas, San Antonio o “the fifth avenue”, pero son incapaces de encontrar la sierra Tarahumara, el municipio de Tlatlaya, Alepo, Mosul o Donbass.
Sufran creyendo que su suerte es fruto de su esfuerzo y su capacidad, entretanto millones de mexicanos trabajan más de 10 horas diarias 7 días a la semana por ingresos de hambre en la informalidad.
Sufran, que los desgraciados son ustedes que no entienden que sus existencias frívolas están encadenadas a la pobreza que les causa picor en la nariz, a pesar de perfumes caros, y comezón en sus pieles humectadas por carísimas pomadas.
Sufran porque sus esbeltos cuerpos a base de dietas, cirugías, tratamientos de belleza y horas de ejercicios en un “gym” seguramente tendrán alguna coincidencia con el hambre, la falta de atención médica, los pies, manos y piel maltratados por las horas de trabajo físico de un campesino, albañil, cargador, cobrador o mesera.
Sufran su ignorancia voluntaria que es la misma ignorancia forzada que los desprotegidos y vulnerados padecen.
Sufran su optimismo, su vanidad, su egolatría, su orgullo mientras los más pobres harán lo propio con su fe, su resignación, su religión y su silencio.
Sufran la cornucopia estadounidense que los idiotiza, insensibiliza y corrompe entre tanto ustedes hacen lo mismo por su gente.
Sufran aspirando a oler el trasero de un gringo o gringa, que siempre los verá con la misma compasión que uds. miran a los indios mexicanos.
Y como dice la tonada, sufre mamón…
.Victor Roccas