* Al transformar la PGR en Fiscalía, se modifica sustancialmente la concepción de su funcionamiento, pues adquiere la responsabilidad de una representación social en perjuicio de las funciones políticas que hasta hoy desempeña
Gregorio Ortega Molina
Bien decían las abuelas: “Más vale nacer con estrella, que nacer estrellado”. La que iluminó brevemente el presente y suponía allanar el futuro a Raúl Cervantes tiene nombre: Humberto Castillejos Cervantes.
En el ámbito político las legítimas -y a veces desmedidas- aspiraciones personales, pocas veces coinciden con las capacidades y conocimientos para desempeñar cargos, asumir responsabilidades que exigen ética y ciertos valores civiles y cívicos, como puede serlo la procuración de justicia.
Naturalmente el Procurador General de la República ejerce una función política, más que ostentar una representación social, pero el desempeño de la primera ha de ser equilibrado, puede procurar la ley sobre la justicia, pero de ninguna manera y en estricta lógica le está permitido torcer esa ley para simular que su afán es obtener justicia, cuando en muchos casos su tarea comprometida es garantizar impunidad.
Al transformar la PGR en Fiscalía General se modifica sustancialmente la concepción de su funcionamiento; adquiere la responsabilidad de una representación social en perjuicio de las funciones políticas que hasta hoy desempeña.
Cuando en los juicios orales en Estados Unidos el fiscal presenta la acusación, expresa que lo hace en representación del pueblo, lo que de inmediato despierta inquietudes y dudas sobre lo que pretenden hacer en México.
La transformación de la PGR en Fiscalía General, ¿significa que en las entidades federativas ocurrirá lo mismo? ¿Cuál será la función del Ministerio Público Federal? Pienso que la reforma constitucional penal tiene mucho que andar para convertirse en realidad.
Regresemos al señor Raúl Cervantes. Ha sido legislador, e incluso ha presidido comisiones. ¿Dejó una pieza oratoria memorable? Pareciera que más bien fue del montón, pero nació con estrella, con esa luz que le da ser primo de un integrante del primer círculo del poder.
En cuanto a sus frustradas aspiraciones de convertirse en administrador de justicia, al convertirse en ministro de la SCJN, no un simple Consejero de la Judicatura Federal, ¿no habrá agriado su carácter al haberse quedado a mitad del camino? El problema con las frustraciones de los aspirantes a ser en política, es que sus consecuencias las paga la sociedad, y más desde el cargo de procurador de justicia.
Las obsesiones políticas de Raúl cervantes me remiten a mis lecturas de Italo Calvino, quien en Bajo el sol jaguar apuntó; “Pero quizá nunca has estado tan cerca de perderlo todo como ahora que crees tenerlo todo en un puño. La responsabilidad de pensar el palacio en cada detalle, de contenerlo en la mente te obliga a un esfuerzo agotador. La obstinación en que se funda el poder nunca es tan frágil como en el momento de su triunfo”.
Allá él, lo están utilizando para apuntalar un modelo político en decadencia, que más rápidamente se diluirá en la nada histórica, por las consecuencias del efecto Trump, por la necesidad histórica que tuvo EPN para enmendar el asunto del “pase automático”, y porque hagan lo que hagan, en cualquier momento lo convierten en Fiscal General, o de perdis en Fiscal Anti Corrupción, que para eso lo necesitan.