Claudia Rodríguez
La semana anterior, no fue la primera ocasión en la que el general secretario Salvador Cienfuegos, titular de la Defensa Nacional (Sedena), hiciera patente su descontento respecto a que soldados y marinos siguieran haciendo las tareas que corresponden a las fuerzas policiacas en cuanto a la persecución y detención de criminales en todo el terreno nacional.
El general Cienfuegos ya lo venía advirtiendo de forma constante, pero en declaraciones a medios de forma particular. Sin embargo, cuando lo declaró ante un cúmulo de medios de comunicación, el asunto de manera irremediable se tornó viral y notorio.
El hecho es que como muchos han marcado, el Ejército y la Marina no deben estar más en las calles, no es su tarea. Es más, como ha señalado también la Organización de las Naciones Unidas (ONU): urge que regresen a sus cuarteles.
En octubre del 2015, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Raad al-Hussein escuchó del general secretario Cienfuegos, que sus tropas se sentían incómodas en las calles persiguiendo a criminales y que no disfrutaba con esto que fue forzado a hacer. No estaban de acuerdo soldados y marinos en desempeñar funciones policiales.
Zeid Raad apuntó además hace más de un año, que el retiro de las tropas en las calles, tenía un sentido de urgencia y que habría que reemplazarlos por policías mejor capacitados y menos corruptos, para lo que habría que establecer un calendario.
A un año de tal recomendación y de las constantes manifestaciones de incomodidad de nuestro Ejército y de la Marina, sobre todo por actuar sin un marco legal, nada se ha hecho.
Es más, con soldados y marinos fuera del marco de la seguridad pública, no hay nada que garantice hasta ahora, de ninguna forma, la seguridad de los mexicanos. Y en la parte contraria, es un verdadero fracaso que un Gobierno civil se sienta más confortado con un Ejército cuidando la seguridad civil, que con sus propios cuerpos policiacos.
Años de lucha contra el crimen organizado y en la práctica quienes deben hacer su tarea, “limpiar la casa”, sólo tienen una estrategia de defensa pero no de disolución en contra de la delincuencia.
Fueron los Gobiernos priistas, antes del propio Vicente Fox y Felipe Calderón, quienes pusieron al Ejército en las calles para hacer la tarea que la Policía corrupta ya no hace.
Acta Divina… “El Ejército no quiere tener un papel policial”: declaró el general secretario Salvador Cienfuegos a Zeid Raad al-Hussein, Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Para advertir… ¡Cuántos aludidos y más omisos!
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