Siendo el hombre por definición un ser gregario, social, con una capacidad de razonamiento muy superior a otras especies, pero no única, se puede definir su éxito como todo aquello que procure un desarrollo social e intelectual.
Por eso es confuso el porque de la medida de éxito del hombre es determinado por la apreciación de otros a logros personales, individuales, egoístas, así al mismo tiempo el desarrollo social integral parece ser evadido o ignorado.
Hoy día la medida del éxito tiene que ver prácticamente con la popularidad, la fama, la riqueza, la ambición y el poder.
Muy poco o nada con el verdadero desarrollo del bienestar social y mucho menos con el desarrollo de un razonamiento crítico individual.
El ser humano ya no tiene prácticamente competidores naturales, a excepción de los microorganismos, el mismo ser humano y los imprevistos geológicos y estelares. De acuerdo a ello el éxito debería estar encaminado en el desarrollo del bienestar social y no en la lucha contra otros humanos, menos al servicio de esos para quienes la competencia ante sus pares se condiciona por simple crematística.
El desarrollo del pensamiento, el razonamiento mediante la crítica y autocrítica debería ser base del éxito individual y no solamente un egomaníaco anhelo de preeminecia ante otros que oculta un deseo de ejercicio del poder y simple ambición.
Cuando a mi me platican asombrados el éxito de un mexicano que estudio en USA, primero filosofía y luego física, para terminar viviendo el sueño americano en un edificio de Wallstreet, desarrollando productos financieros para la banca e inversiones, supondré que es un anhelo cumplido para esa persona y retribución a sus logros personales, pero me pregunto ¿ese logro implicará algún beneficio al desarrollo del bienestar social?¿habrá en sus años de estudio sobre la filosofía algo que le recuerde el papel del ser humano y el pensamiento filosófico? o simplemente es una persona más que ante la presión social termina claudicando en el entramado del supuesto éxito contemporáneo.
Irónicamente la presión social no fomenta el bienestar social, muy al contrario avasalla con todo aquello que pudiera significar comunión entre sociedad y equidad.
Estamos educados para llevar la presión social a niveles de frivolidad inauditos en aras de la admiración, la idolatría que prescinde de cualquier atisbo de crítica y escrutinio. Permanecemos absortos ante el éxito de alguien por que es el símbolo de nuestro ego, representa nuestros deseos vulgares, nuestras hueras esperanzas, nuestra fe baladí.
Y nunca preguntamos si su posición de éxito implica en realidad una ventaja para el bienestar común, social, y si su actividad o esfuerzos están encaminados a mejorar el entorno ajeno, sólo establecemos que ha cumplido y destacado en la búsqueda de la mayoría, el avasallamiento total del ego sobre el espíritu.
Y tampoco hablo de ese concepto ramplón y barato que del espíritu hacen estúpidamente ciertas doctrinas y dogmas, yo me refiero al concepto de espíritu como la esencia del ser sin condiciones, un humano libre.
Lo primero para tener éxito sería establecer su verdadero valor, y si el valor de ello se sustenta solamente en el ego y pretensiones vulgares, tal éxito no lo es, ya que no cumple con la finalidad de un ser consciente.
De ahí la importancia de la apreciación del ser humano, la educación de su propia perspectiva mediante el reconocimiento de lo verdaderamente importante.
¿Será acaso por ello que la educación artística es cada día más desdeñada por el estado? ¿será por ello que las expresiones artísticas tienden a ser caóticas y sin sentido aparente, como si su elaboración estuviera basada en un extravío o un velo de decaimiento?¿será por eso mismo que el arte se ha vuelto un mercado de especulación para multimillonarios y no un oficio que deleite el espíritu y eduque el criterio y mente?..
Cuando nuestro éxito implique un grado de beneficio para el bienestar social y no sólo servir totalmente al egocentrismo y ajenas expectativas de anhelos inflamados de estulticia, será entonces cuando se considere un verdadero éxito.