* Curiosamente decidió aceptar la invitación del BIS (Banco de Pagos Internacionales) unos días después de que diversas encuestas dieran a conocer el nivel de aceptación de EPN, lo que significa la caída de la confianza en el gobierno, no en un solo hombre
Gregorio Ortega Molina
Azora el encono y la violencia verbal con la que buena parte de la sociedad, y de la “opinión pública”, reaccionó al anuncio de Agustín Carstens sobre su cambio de desafíos profesionales a iniciarse en julio de 2017. Decidió respirar otros aires.
El gobernador del Banco de México es un ser humano que, como todos, sueña con servir a su país y/o destacar en su actividad profesional en el ámbito mexicano, primero, en el internacional después. Es poseedor de un gran prestigio en el mundo financiero y, eso parece, se conduce con honradez y probidad intelectual.
¿Por qué, entonces, decidió levantar sus bártulos e ir a ver malas caras a otra parte?
En política no hay coincidencias. Hizo su anuncio días después de que Donald Trump iniciara, con éxito, su estrategia para conservar los empleos en EEUU. Ya veremos cuánto le dura, porque la realidad económica es inclemente y arbitraria, desconoce el patriotismo y se fundamenta en la ganancia, a cualquier precio.
Curiosamente decidió aceptar la invitación del BIS (Banco de Pagos Internacionales) unos días después de que diversas encuestas dieran a conocer el nivel de aceptación de EPN, lo que significa la caída de la confianza en el gobierno, no en un solo hombre.
“El 9 de diciembre de 2009 fue propuesto por el presidente Calderón como nuevo integrante de la Junta de Gobierno del Banco de México. Una vez ratificada dicha designación por el Senado de la República, el 28 de diciembre fue nombrado gobernador del Banco de México para el periodo del 1 de enero de 2010 al 31 de diciembre de 2015.
“El 10 de enero de 2011, el Consejo de Administración del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) eligió al doctor Carstens como nuevo integrante de dicho Consejo”.
Supongo que el señor Agustín Carstens fue ratificado por otro periodo, pero algo vio en el comportamiento del gabinete económico, de la conducta política del gobierno federal y de los gobiernos estatales, del Congreso y del Poder Judicial, que tomó la decisión que muchos mexicanos sueñan con tener, para poder elegir: cambiar de país y de responsabilidad.
Y creo que lo que más le atemoriza es la similitud de actitudes entre muchos de los políticos y los delincuentes. La corrupción ya es vista como el cobro de derecho de piso, ante el cual sólo unos cuantos pueden resistirse sin perder los negocios y la vida.
¿Es criticable el todavía gobernador del Banco de México, por hacer lo que muchos mexicanos anhelan: irse al rancho de AMLO, que siempre está a la vuelta de la esquina?
Mejor estemos atentos a lo que ocurre en nuestra casa, porque el 2017 anuncia con estar que arde.
*Hoy es la primera posada. Con su celebración, activa o pasiva, muchos lectores se van a descansar. Haremos lo mismo y regresamos el 09 de enero para saber algo más sobre el escarnio y destrucción de Jorge Díaz Serrano, para que el 16 de enero iniciemos una serie sobre el agua como último bastión de “independencia”, y será hasta el 23 del mismo mes que veremos qué ocurrió y sucederá con la militarización, o no, de México.
Hasta entonces, y ¡felices fiestas!