Ramsés Ancira
– Hola primo. Voy llegando a la Ciudad de México y llamaba para ver si puedo pasar a visitarlos. Sí te acuerdas de mí.
– No, no tengo parientes de fuera, seguramente estás equivocado.
– No es tu teléfono el 55….
– Sí pero…
– Entonces no estoy equivocado. ¿Quién de todos tus primos es el que vive más lejos? Hombre ¡acuérdate!
Pues no. Yo no tengo parientes conocidos que vivan fuera de la Ciudad de México, pero sí, podría ser un pariente político.
– A ver acuérdate de tus cuñados.
Aventuro dos nombres.
– Ándale ya te estás acercando, de esa familia.
– ¿Daniel?
– Sí. Ya estoy entrando a la Ciudad, me dijeron que estoy por Indios Verdes.
Recelo, si esos parientes viven al sur porque tiene que entrar a la Ciudad por el Norte.
– Es que yo no sabía y así me dijeron, con razón tardé tanto en llegar. ¿En qué delegación me dijiste? Dice el GPS que hago dos horas.
Una hora después.
– ¿Ya almorzaron?
– No, pero no te preocupes. ¿Vienes con tu mujer?
– No, ¿pero cómo crees que vamos a ponerlos a cocinar? ¿Cuántas personas hay en tu casa?
– Cuatro, y ustedes dos.
– Ah pues estoy en un lugar que se llama la Barbacoa de Santiago, dicen que es muy buena, llevo cuatro kilos.
– Es mucho y ahí es muy cara.
– Nombre no te preocupes, yo llevo dinero.
Y media hora después
– Oye tío. Fíjate que se me atravesó una señora y le pegué a su coche. Llevaba un niño adelante y ya me dijeron que no me preocupe, que los menores no deben viajar en el asiento delantero, pero si, el chiquillo quedó muy lastimado se rompió la nariz y ya se lo llevó la ambulancia. Yo me torcí un hombro pero me van a subir a la ambulancia para revisarme, no te preocupes; pero quieren saber de dónde venía y a donde iba. Me está ayudando la Policía de Caminos, te paso al comandante.
– Soy el comandante (me da un nombre)…de la policía federal, de lo que era la Federal de Caminos ¿Con quién tengo el gusto?
Le respondo con seguridad.
– Mucho gusto señor Ancira, mire pues sí desafortunadamente hubo este percance, yo sé que su familiar no es culpable pero si necesito sus datos porque el niño chicoteó, se golpeó contra el tablero y perdió la nariz. Va a quedar deformado de por vida.
– Bueno, en realidad no es mi familiar es de la señora…
– Cómo se apellida.
– Oiga no le puedo dar tantos detalles.
– Pues entonces nos vamos a llevar a Daniel detenido y yo le estoy brindando la cortesía pero ya adentro quien sabe cuánto se vaya a tardar.
– Haga lo que tenga que hacer. Cumpla su deber.
– A ver, le paso a su pariente.
Mientras transcurre esta conversación se oyen ambulancias. He sido reportero policiaco muchos años y el paisaje sonoro de la escena de un accidente es inconfundible
– ¡Cómo que no me conoces hijo de la chingada!
Si antes me había quedado duda del acento de fuereño, ahora no me quedó ninguna. Nadie de los familiares conocidos en provincia o el extranjero habla de esa manera. Todos son profesionistas con estudios de posgrado. Colgué
Busqué en Internet un teléfono para denunciar extorsiones. Lo encontré y reporté el número desde donde me habían hecho la llamada 777 489 2857.
Me dijeron que el número pertenecía a la clave del Estado de México. Que cuando se recibía una llamada así, lo mejor era dar un nombre falso. Que es la manera en el que el crimen organizado obtiene datos para extorsionar. Que bajara la aplicación “No más extorsiones” en cualquier teléfono Android y que reportara el número. Que ellos lo harían en mi nombre a la policía cibernética para que no tuviera que identificarme.
Acabado lo cual le mandé un tweet al Comisionado de Seguridad Nacional, Renato Sales, dándole el número. Después se los hice saber en un mensaje de texto a los extorsionadores. Me contestaron con un mensaje de texto con faltas de ortografía “has lo que quieras. El que no arriesga no gana”. Siguió otro con un insulto. “Eres un putete”
Lo elaborado del chantaje, incluso con efectos de sonido, hace que no me quede ninguna duda. Contó con la participación de policías, o al menos ex policías federales.
A pesar de su polémica resolución sobre el asesinato de Digna Ochoa, siempre he sentido respeto por Renato Sales. Sé que tiene un grado en filosofía por la UNAM y que ha mandado a sus hijos a escuelas donde se inculcan valores de solidaridad y patriotismo. Generalmente ha tenido la gentileza de contestarme, aunque nunca he sabido que haya profundizado cuando le he pedido que investigue a fondo temas de presuntos culpables, que en mi opinión fueron torturados para declararse culpables por crímenes que no cometieron.
A ciencia, paciencia y condescendencia de Miguel Ángel Osorio Chong, Miguel Ángel Mancera, la Secretaria de Gobierno de la Ciudad de México, Patricia Mercado y el Secretario de Hacienda, invariablemente los chantajes telefónicos, sea para recibir dinero, o para que depositen crédito en celulares, se hacen a través de depósitos en Banco Azteca.
Hay decenas de miles de historias que pueden confirmar este acierto. Invito a los lectores de este artículo en cualquier lugar que se publique a que manden los “vouchers” con depósitos a este banco que son exigidos en casos de extorsión.
Las cuentas de Banco Azteca son las únicas que reciben dinero con un nombre y un apellido, ningún otro banco las acepta.
Banco Azteca es el banco nacional del chantaje y la extorsión, como BBVA Bancomer es el número uno en el asalto a cuentahabientes que acaban de salir de una institución. Lo puede comprobar cualquier análisis cuidadoso de las noticias al respecto. La última víctima en Narvarte, el lunes 19 de diciembre de 2016, recibió tres cuchilladas antes de que lo despojaran de 40 mil pesos que acababa de retirar de la sucursal más cercana al Metro Etiopía
¿Debo tener miedo a las amenazas? ¿A que sepan mi nombre y algunos datos los extorsionadores? Tal vez; pero no. Lo que si me da miedo es el cinismo. La conformidad que existe para que el Estado siga siendo sustituido por el Mercado Libre del crimen organizado.