CIUDAD DE MÉXICO, 22 de diciembre (AlMomentoMX).- Nuevas prótesis robóticas, implantes cerebrales o impresión de tejidos en 3D, son algunos de los avances científicos que facilitan la vida de las personas con discapacidad que se lograron en el 2016, año en que el diseñador, ingeniero mecánico y biofísico Hugh Herr recibió el premio Princesa de Asturias.
El desarrollo de nuevas prótesis robóticas experimentales, en algunos casos controladas por el cerebro, están permitiendo que personas con extremidades amputadas puedan recuperar el sentido del tacto. Por ejemplo, científicos estadounidense de las universidades de Case Western y Chicago desarrollaron una prótesis que transmite la sensación de tacto para determinar la presión que se tiene que aplicar a un objeto y la probaron con dos pacientes que tenían una mano amputada.
Los ingenieros y científicos recrearon con impulsos eléctricos el modo en que el sistema nervioso interpreta la percepción táctil. Una vez probada, los pacientes destacaron la posibilidad de dar apretones de manos, caricias o manejar objetos.
En septiembre se presentó una prótesis robótica conectada directamente al cerebro de un paciente con las manos amputadas, quien durante las pruebas aseguró que sentía como si le estuvieran tocando su propia mano.
Además, un chip implantado en el cerebro fue también la manera de que un joven tetrapléjico pudiera recuperar la movilidad en los dedos y la mano.
Las investigaciones con sensores que captan la actividad neuronal había permitido hasta ahora transmitir señales cerebrales a brazos articulados externos, pero es la primera vez que se restaura la movilidad en las extremidades de un paciente con parálisis.
A lo largo del año, las revistas científicas y médicas han publicado estudios sobre el implante de chips en el cerebro para tratar de recuperar el tacto o la movilidad, ya sea a través de un brazo robótico o con la propia extremidad del paciente.
Uno de esos estudios fue de la Universidad John Hopkins, quien recogía la experiencia de un joven con un implante cerebral para controlar una prótesis robótica, que le permitió percibir “una sensación natural”.
Todas estas técnicas todavía necesitan más investigación como la que realiza Hugh Herr, quien perdió las piernas hace casi dos décadas y este año fue reconocido con el Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica por su contribución al desarrollo y diseño de extremidades biónicas y prótesis robóticas.