Joel Hernández Santiago
Es la historia del parto de los montes: aquella que refiere que el ruido ensordecedor de la cordillera presagiaba que estaban de parto: fuertes tronidos día a día; fumarolas enormes; fuego incandescente que se veía a kilómetros de distancia, temblores de tierra… Hasta que llegó el día del nacimiento y, todo se aquietó ante la espera, silencio infinito, quietud alrededor porque ya nacería el producto… Y de todo aquello salió un ratoncito. Una casi nada.
La expectativa era mucha luego de que se anunció que habría un mensaje presidencial al medio día del 4 de enero. El reclamo por la ausencia presidencial estaba en medios y redes al tope. La indignación popular aumentaba por el incremento al precio de las gasolinas, en tanto que las pocas palabras de gobierno que hubo por parte del secretario de Hacienda y el secretario de Economía eran insuficientes, e increíbles.
A la vista de los bloqueos en muchas partes del país; a la vista de la violencia y las confrontaciones por los nuevos precios del combustible, millones de mexicanos querían conocer los argumentos, las explicaciones y ¿por qué no? tenían la expectativa de que se daría marcha atrás en una medida a todas luces impopular y dañina para millones, por parte del presidente mexicano.
Y ocurrió el discurso. Y como ya se sabe: “La forma es fondo”; pues eso: el presidente decidió dar a conocer, primero, cambios en su gabinete; y luego, en segundo plano, sus palabras en relación “a lo que está hoy en boca de todos en México: el incremento a los precios de las gasolinas”
Así que, siguiendo el orden de aparición, informó que regresa al gabinete presidencial el señor Luis Videgaray. El mismo al que, con esto, se paga el gran error de traer a Donald Trump, candidato republicano a la presidencia de EUA, en momentos en los que sus agravios en contra de México eran y siguen siendo inaceptables.
Fue un error grave porque era traer y someterse, al enemigo, en propia casa. Como fue. Esto, le costó el puesto al artífice de la reunión por la relación de familiares de Trump y el mismo secretario. Poco después Videgaray, entonces secretario de Hacienda, fue renunciado de su cargo, pero no de la cercanía con el presidente. El mismo Trump hizo mofa de este despido en uno de sus muchos discursos burlones de lo mexicano.
Y pues ahí está de nueva cuenta. Atraído a un puesto en el que lo suponen un puente de plata entre el gobierno de Trump y el gobierno mexicano, lo que resulta ingenuo porque el presidente electo de aquel país tiene su propia agenda y sus propios intereses, como ha lo ha demostrado al bloquear la inversión en México de diversas empresas estadounidenses. Error este nombramiento.
Y luego de anunciar que María Cristina García Cepeda será la nueva Secretaria de Cultural, pasó al tema que todos esperábamos:
No hubo mensaje, si un regaño para quienes no han entendido sus reiterados mensajes explicando la razón del incremento en el precio de las gasolinas y que, según dijo el Ejecutivo mexicano, se debe a los precios internacionales y nunca a las famosas –y ya malogradas- Reformas Estructurales –Hacendaria y Energética-.
Que estos precios deben llevarse a cabo porque de no hacerlo sería peor para todos. Que esto se ha explicado ya antes y que se seguirá explicando desde las dependencias que manejan este tema para que quede claro. Y que de no subir los precios ahora sería dañino. Y que es su responsabilidad cuidar de la seguridad de todos y preservar la estabilidad de la economía mexicana.
Dijo el mandatario que se buscarán apoyos para la gente ‘más desfavorecida’. Un poco en un sentido extraño de lo que es política social y economía pública, confundida con caridad.
Había enojo en el presidente. Había reproches por la falta de consideración social a sus decisiones económicas; había reclamo; había incomprensión también porque el momento es crítico en México y lo que más necesita el país y los mexicanos es un gobierno con el cual entenderse y buscar soluciones. Eso faltó: soluciones. Eso faltó: humildad para el diálogo. Eso faltó: explicar.
¿Si los precios internacionales de las gasolinas son para todos por qué éstos nada más impactan a México? ¿Si los precios se quieren ajustar al precio internacional por qué no se ajustan los sueldos al nivel internacional? ¿Por qué seguimos dependiendo de las economías internacionales y no se ha fortalecido la economía nacional?… ¿De quién ha sido el error interminable por el cual la economía nacional está a punto de quiebre?… Y más…
Quizá si el presidente explicará con verdad, muchos pensarían los argumentos sólidos y aportarían soluciones, siguiendo su petición de que esta decisión “no ha sido fácil”, aunque hay diferencias entre los resultados para el gobierno y los que ya viven los mexicanos de a pie.
Llama la atención: su afirmación de que ‘el gobierno no permitirá abusos de ninguna especie…’
En fin, que ojalá y a lo largo que falta del sexenio la comunicación política sea eso, la de dialogar con los mexicanos para explicar y para solucionar, juntos; aceptar y corregir errores; ser humildes frente a quienes votaron por este gobierno, porque él presidente lo dijo: ‘es un asunto de todos.’ Y, bueno: al final del mensaje sin mensaje, uno que sonó a hiel: “Feliz año nuevo”.