Las logias masónicas en resumen son talleres de instrucción y difusión de conocimientos, principalmente de historia, filosofía y política. Han tenido un casi silencioso protagonismo en diversas partes de la historia no sólo del mundo occidental sino de la historia de México. Su importancia, incuestionable pero poco conocida, y significativamente estigmatizada dado el secretísimo que le rodea, pero principalmente la lucha por el poder político que su propia existencia llegó a condicionar.
Las logias masónicas en México han tenido gran importancia en el devenir de ideales y tendencias sobre todo políticas, por ello sus inicios en México significaron una piedra en el zapato para la Iglesia católica que prácticamente era el baluarte del dogma teológico y político.
Por ello la presencia de la masonería fue mal recibida y peor publicitada por la mezquindad clerical.
Sin embargo su esencia como oasis del conocimiento mantuvo firme a la masonería por décadas, desde representantes como Vicente Guerrero, perteneciente al rito de York hasta Agustín de Iturbide perteneciente al rito escocés, grandes figuras de la historia de México encontraron y abrevaron de la ideología que en esos talleres se dispensaba a caudales, los conocimientos sólo se condicionaban por las propias limitaciones del ingenio de sus integrantes y por la filiación política que cada rito guardaba, así por ejemplo el rito escocés había sido fundado en Europa y el de York en Estados Unidos.
El poder de los masones probablemente alcanzo su mayor auge durante la presidencia de Benito Juarez, tanto las Reformas, la guerra de Reforma y la invasión francesa establecieron sin lugar a dudas un reto para la cohesión del pensamiento emanado de la masonería.
El golpe de estado de Porfirio Diaz asestó a su vez un duro devenir a la masonería y sus ideales de libertad para el conocimiento, el astuto tirano tuvo la genial ocurrencia de coaccionar los diferentes ritos en pugna política mediante la construcción de una gran logia masónica, edificó el inmueble de Sadi Carnot 75 ex profeso a cambio de ser designado gran maestre de la logia y nuevo rito de la Gran
Dieta Simbólica Escocesa de los Estados Unidos Mexicanos. .
Durante el porfiriato es ya conocida la ola de socialismo que protagonizaron los hermanos Flores Magón, ambos masones, pero contrarios al régimen y a la genuflexión de las logias ante el tirano, así como la persecución de los hermanos por parte de Porfirio Diaz. La ideología liberal de los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón junto con Librado Rivera, también masón, fue tal vez la primera ola genuinamente socialista que alcanzaba la tierra de los grandes latifundios. Con la desaparición de los Magón su escuela así como el verdadero sentido de la masonería se vio reducida a magra suerte durante las postrimerías de la revolución mexicana.
Con Porfirio Diaz la masonería no sólo sufrió decadencia sino también una infiltración grosera de individuos que nunca buscaron el sentido de aprendizaje y desarrollo del conocimiento que los talleres pretendían, sino el prestigio y poder, que como una nueva élite, las logias otorgaban.
Así, de manera muy somera, se puede entender como las logias masónicas fueron prácticamente los crisoles de la política en México y a partir del porfiriato se corrompieron sus bases.
No fue sino hasta la sublevación de el General Franco en contra del gobierno constituido de la República en España que miles de republicanos expulsados por el caudillo del norte de África, encontraron cobijo en México auspiciado por el General Lazaro Cardenas, quien simpatizaba con la causa republicana.
La llegada de españoles republicanos, que lamentablemente no se arraigaron más allá del valle de México, no fue lo grata que pudiera esperarse, aquí en México la gran mayoría de españoles y sus descendientes no sentían aprecio por los paisanos recién desembarcados, esto a razón de las cruentas relaciones entre los republicanos y el clero español, iglesias habían sido destruidas y el dogma católico no contaba con la sumisión de los republicanos. Aquí en México la mayoría de las familias españolas establecidas con anterioridad veían esto como un sacrilegio y no recibieron a los migrantes peninsulares con buenos ojos.
Personajes un tanto desconocidos, españoles republicanos que habían sufrido la dictadura de Franco, que perdieron su tierra, familia y querencias, llegaron a México con un pensamiento más empático e igualitario hacia los mexicanos, su trato no era discriminante ni racista como si lo era y es el dispensado por españoles nacionalistas o monárquicos que “venían a hacer las américas” apoyados por los poderes fácticos del conservadurismo.
De ellos, los sufridos españoles republicanos, surge alguien entrañable, digno protagonista casi silencioso, Don José Giner Cervantes, nacido en Valencia, España. Su legado a México fue su amor por nosotros y nuestro suelo.
“Un abuelo cariñoso, alimentaba todos los aspectos de quienes le rodeaban, y en donde había tierra fértil era imposible no crecer en admiración por él, he sido dura con él a veces, pero le extraño, le amo, le admiro y lo veo en mí” -Geovana Giner
Además su legado, en parte desconocido hasta por sus familiares, fue y es su trabajo como masón, y uno que mantuvo siempre el concepto de la masonería muy en alto, el conocimiento y su correcto uso, la libertad de pensamiento, y desde luego el sentido de justicia emanado del sufrimiento.
Españoles republicanos como Don Pepe Giner diseminaron sus ideales y conocimientos en esos talleres donde otros masones pudieron aprender y abrevar de su mente, las logias del VALLE DE MÉXICO fueron con la presencia de personas como Don Pepe, un verdadero recinto de conocimiento y no lo que son actualmente, lugares de reunión de alabanzas mutuas, frivolidad malsana, secretísimo traicionero, elitismo lisonjero, refugio de penitentes y pocas, muy pocas veces un sitio donde el conocimiento es el crisol del pensamiento universal.
Masones como Don Pepe Giner le devolvieron temporalmente el sentido verdadero a la masonería, pero ni con personas fuertes, correctas, cabales y verdaderamente valientes como él, el pensamiento libertario y de consciencia logró permear a la inconsciencia de dogmas y doctrinas milenarias.
Las logias así fueron los últimos bastiones en donde verdaderos hombres podían verter sus experiencias para que muchos se alimentaran de ellas, ni universidades, ni liceos, ni iglesias… fueron las logias, los escritos y libros sobre libertad y lucha que españoles republicanos, socialistas y comunistas entregaron generosamente en las manos de personajes indispensables como Pedro Echeverría.
El último bastión del maravilloso pensamiento liberal de hombres como Don Pepe y otros hombres que abrieron la consciencia de muchos.
-Victor Roccas
en colaboración con Geovana Giner y Miguel Roccas.