ISRAEL, 1 de febrero (AlmomentoMX).- “El muro es necesario, es bueno para el corazón de la nación. La gente quiere protección y el muro protege. Lo único que tienes que hacer es preguntar a Israel. Tenían un absoluto desastre al otro lado”, señaló el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.
Donald Trump mira a Oriente Medio para justificar la valla que va a edificar en la frontera con México. El presidente de EU, en una entrevista en la cadena Fox, ha defendido al gobierno de Israel por levantar hormigón y alambrada para detener la violencia que llegaba de los territorios palestinos, lo mismo, dice, que pretende hacer él con los “delincuentes del sur”, como los llamaba en la campaña electoral.
Lo que no recuerda Trump es que su modelo a seguir es ilegal, declarado como tal por un tribunal internacional, que se come territorio que no es israelí y por tanto es un arma de ocupación, que ha sido condenado por las Naciones Unidas y es uno de los obstáculos para la construcción de dos estados -el israelí, el palestino- en vecindad justa y segura.
Cuándo y por qué se levantó el muro de Israel
Fue en junio de 2002 cuando el entonces primer ministro, el ultraderechista Ariel Sharon, inició el levantamiento de un muro que debe aislar por completo Cisjordania y algunos barrios del este de Jerusalén de su territorio nacional.
Lo hizo en plena Segunda Intifada o Intifada de las Mezquitas —llamada así porque el propio Sharon le dio el pistoletazo de salida con su provocadora visita al tercer lugar más santo para los musulmanes, en Jerusalén— y que acabó hacia 2005 con 1,063 israelíes y 5 mil 516 palestinos muertos. Los atentados eran una constante en Israel y Sharon entendió que meter en una jaula a los palestinos, inocentes o no, era la solución.
Sucesivos gobiernos israelíes aseguran que el muro —que ellos prefieren llamar verja, ya que en algunos tramos es de hormigón y en otros, de alambre— ha sido clave en la disminución de ataques palestinos; prácticamente todos los que se cometen o se intentan actualmente ocurren al otro lado del muro. Como dice Trump siguiendo a los mandatarios de Israel, “detiene el 99.9% de los movimientos no autorizados”.
Los políticos palestinos aseguran desde hace años, no obstante, que el fin de los atentados obedece más bien a una “decisión política” de mantener a las facciones armadas bajo control y de darle una oportunidad a la diplomacia, a la vía pacífica.
El muro y su red de checkpoints dificulta el libre movimiento de las personas, es cierto, pero también quien quiere cruzar, encuentra la manera de hacerlo. Cada semana, por ejemplo, grupos numerosos de trabajadores sin papeles saltan el muro para volverlo a saltar de vuelta a casa una semana más tarde, ya con los jornales ganados.
El muro, más allá de la seguridad que pueda dar a Israel, es un blindaje inmejorable para los colonos, casi 600,000 ya entre la Jerusalén Oriental y Cisjordania, que quedan amparados por la valla, enclavados como están en mitad de villas palestinas. Para dar continuidad territorial a los asentamientos, con carreteras, accesos o polígonos, el muro acaba mordiendo aún más suelo palestino.
Por qué no es legal
Si para construir esta barrera de separación se hubiera seguido el trazado de la línea verde del armisticio de 1949, o las fronteras previas a la guerra de 1967, Israel se habría blindado a sí mismo cumpliendo con la legalidad, pero al definir un trazado de casi 730 kilómetros que en un 80% discurre por suelo cisjordano —adentrándose hasta 22 kilómetros, como denuncia Amnistía Internacional—, el muro ha acabado siendo un arma de ocupación más.
En 2004, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) concluyó que la construcción de la valla/muro viola por ello el derecho internacional humanitario y de derechos humanos, y que “Israel también tiene la obligación de poner fin a la violación de sus obligaciones internacionales derivada de la construcción del muro en los Territorios Ocupados palestinos”. Por eso pidió su desmantelamiento.
La CIJ concluyó que Israel tiene la obligación de reparar el daño causado hasta ahora por el muro, señalando el principio de que “[…] la reparación debe subsanar, en la medida de lo posible, todas las consecuencias del acto ilícito […]”.
El propio Tribunal Superior de Justicia de Israel ha concluido en varias ocasiones que había que modificar el trazado porque invadía suelo palestino.
También la Asamblea General de la ONU, en 2003, aprobó una resolución en la que pide a Israel que detenga la construcción del muro que levanta en Cisjordania y que destruya la parte ya hecha de dicha obra —aún queda más de un 20% por levantar—. En el texto se expresaba la preocupación de que la construcción del muro perjudicase las negociaciones de paz e hiciera imposible el plan que contempla la coexistencia pacífica de dos Estados. Además, concluye, agudiza la crisis humanitaria en Palestina.
Cómo es
Se trata de una estructura de hormigón y ladrillo que incluye alambres de púas, zanjas, zonas de arena o tierra fina para detectar huellas, torres de vigilancia del Ejército, caminos asfaltados a cada lado para permitir patrullar a los tanques, zonas adicionales de defensa y áreas restringidas de diversa profundidad. Hay cerca de 70 puertas controladas por militares por las que tratan de cruzar los palestinos que tienen permiso de Israel, una minoría de los 1,7 millones de personas que viven en Cisjordania.
Según el diseño de su trazado, el objetivo es rodear los más de 50 asentamientos israelíes donde viven un 80% de colonos israelíes, incluyendo extensas áreas de tierra alrededor de ellos, lo que permitiría crear una continuidad de los asentamientos con Israel y separar la zona del resto de Cisjordania.
Qué efecto causa en los palestinos
La construcción del muro dificulta el movimiento entre poblaciones y ha ocasionado la pérdida de tierras de labor de la población palestina, el aumento de su dificultad para acceder a la atención médica en Israel, de los controles del ejército… Esto, a la larga, ha dañado la economía y la demografía de Palestina.
Según el informe de la OCHA (Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU en los Territorios Ocupados Palestinos) de 2007, se ha producido una bajada del 50% de los palestinos que visitan los hospitales especializados de Jerusalén, familias enteras han sido divididas por el muro, los musulmanes y cristianos no pueden visitar libremente los santos lugares de Jerusalén, los estudiantes —sobre todo universitarios— deben enfrentarse cada día a los puestos fronterizos controlados por el ejército israelí para acceder a los centros educativos que han quedado al otro lado de la barrera y comunidades enteras han quedado atrapadas por el hormigón.
AM.MX/fm
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