WASHINGTON, 1 de marzo (AlmomentoMX).- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aprovechó su primer discurso ante el Congreso para defender los objetivos centrales de su agenda política: fortalecer la supervisión migratoria, “demoler y destruir” al Estado Islámico, garantizar la seguridad nacional, reemplazar el sistema de salud del expresidente Barack Obama y una reformar fiscal “épica” para reanimar el crecimiento.
“Mi equipo económico está desarrollando una histórica reforma fiscal que reducirá los impuestos de nuestras empresas para que puedan competir y prosperar en cualquier lugar”, dijo el mandatario quien añadió que, al mismo tiempo, su medida “proporcionará un alivio a la clase media a través de una rebaja masiva de impuestos”.
En materia de seguridad nacional, el presidente explicó que su administración “está trabajando para mantener el país seguro y no permitir la entrada de aquellos que quieren hacer daño”. Al respecto, Trump reiteró que su gobierno no puede dejar que América “se convierta en un santuario para extremistas”.
Trump recordó que su administración “comenzará pronto” con las “construcción de un gran, gran muro” con México, ya que Estados Unidos debe “restaurar el imperio de la ley en las fronteras”.
“Impediremos que las drogas entren en nuestro país para envenenar a nuestra juventud”, aclaró. “Y como hemos dicho, eliminaremos las bandas, a los narcotraficantes y a los delincuentes que amenazan a nuestras comunidades y asedian a nuestros ciudadanos”, ha añadido.
Al mismo tiempo, ha garantizado que poniendo en práctica sus leyes migratorias el país conseguirá elevar los salarios, poner fin al desempleo, ahorrar miles de millones y hacer más seguras todas las comunidades.
Una meta prioritaria para su administración pero de la que no se ofrecieron más detalles. Recordemos que el mercado esperaba encontrar algún tipo de especificación al respecto, especialmente en lo que se refiere a la posible imposición de un impuesto de ajuste fronterizo, que tase las importaciones y no fiscalice las exportaciones.
Fiel a su mensaje desde la campaña electoral, Trump se comprometió a crear “millones de puestos de trabajo” pero sorprendentemente señaló que proteger a los empleados estadounidenses “también supone reformar nuestro sistema de inmigración legal”.
Según su parecer, “el sistema actual, anticuado, reduce los salarios de nuestros trabajadores más pobres y aumenta la presión sobre los contribuyentes” mientras se refirió a otros modelos migratorios como los que emplean países como Australia y Canadá. “Creo que los demócratas y los republicanos podemos trabajar juntos para alcanzar este objetivo común”, sentenció.
El presidente aprovechó su intervención en la Cámara de Representantes para criticar duramente la herencia económica de su predecesor, el demócrata Barack Obama. “94 millones de estadounidenses están en paro, más de 43 millones viven en la pobreza y otros 43 millones necesitan ayuda para comprar alimentos; más de 1 de cada 5 adultos no están trabajando y vivimos en la peor recuperación económica de los últimos 65 años”, apuntó.
Sin embargo, el comandante en jefe de Estados Unidos se comprometió a pedir “al Congreso un programa para reestructurar la infraestructura de este país creando a la vez millones de empleos nuevos”.
El presidente tampoco dejó de lado su mensaje proteccionista y optó por citar al presidente Abraham Lincoln para justificar su postura. “Abraham Lincoln advirtió de que el abandono del proteccionismo producirá la ruina entre nuestro pueblo. Lincoln tenía razón y ya es hora de que honremos sus palabras. No voy a dejar que nadie se aproveche de Estados Unidos, sus empresas y sus trabajadores”, incidió.
Adiós al Obamacare
Otro tema que no pudo faltar a la cita fue su explícita petición para “cancelar y reemplazar” el Obamacare, como se conoce a la reforma del sistema de salud de Obama. Trump animó a los demócratas y republicanos en el Congreso “a trabajar con nosotros para salvar a los americanos de este desastre”. De nuevo, sin ser específico, el republicano consideró que se debe “permitir a los estadounidenses que elijan su propia cobertura sanitaria de manera libre y que no sea impuesta por el Gobierno”.
Distanciándose del tono agresivo empleado el pasado 20 de enero durante su inauguración, cuando llegó a hablar de la “carnicería” que sufre su país, el mandatario prefirió ofrecer una visión más optimista, en busca de unificar a los ciudadanos para enfrentar los retos en ciernes. “Quiero ofrecer un mensaje de unidad y fuerza desde lo más profundo de mi corazón”, manifestó.
El presidente actualizó a los allí presentes de los logros alcanzados ya por su gobierno, donde se incluyen las decenas de miles de empleos anunciados por compañías como Ford, Chrysler, Softbank, Intel, por nombrar algunas. “Vamos a desregularizar las industrias que hacen fuerte a este país”, dijo haciendo alusión a su decreto que determina que “por cada regulación añadida, dos deberán ser eliminadas”.
Paralelamente, indicó que, desde su victoria, la renta variable estadounidense ha sumado 3 billones de dólares, ahorrado miles de millones dólares en contratos y tomado medidas para “drenar el pantano” de Washington.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no dio ningún detalle nuevo sobre su plan de modificar los impuestos a las empresas y los particulares, lo que dio lugar a que se repitieran las preguntas sobre si está a favor de una polémica propuesta de gravar las importaciones de las compañías estadounidenses mientras se excluyen sus exportaciones.
Mientras que algunos inversores esperaban que Trump desarrollara su visión en materia de impuestos, el presidente retomó sus conocidas quejas respecto a que otros países cobran “aranceles e impuestos muy altos” y dejan en desventaja los productos estadounidenses. Se abstuvo de apoyar el plan que defiende el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, de fijar un impuesto “de ajuste en frontera”.
Asimismo, Trump “que ha prometido dar pronto una idea general de un plan impositivo “fenomenal” sólo ofreció una descripción amplia de su proyecto de impuestos a los individuos: “Proporcionaremos un enorme alivio impositivo a la clase media”, señaló. Si bien su gobierno aún no ha dado a conocer un plan detallado, análisis independientes de las propuestas que realizó durante su campaña indican que se beneficiarán más quienes más ganan.
Al hacer referencia a los impuestos extranjeros a las exportaciones estadounidenses, Trump “quedó a un paso de apoyar” el plan de Ryan de ajustes fronterizos, dijo Henrietta Treyz, socia gerente de Veda Advisers, firma registrada de asesoramiento y consultoría de inversiones. Ese plan, que reemplazaría el impuesto actual al ingreso de las sociedades de 35% por un impuesto de 20% a las ventas nacionales y las importaciones de las empresas, ha dividido a las compañías estadounidenses, y al propio personal del presidente en la Casa Blanca.
Oposición de los minoristas
Los minoristas, las automovilísticas y las refinerías de petróleo que dependen del petróleo importado se oponen al plan y dicen que redundaría en costos más altos para los consumidores. Horas antes de la alocución de Trump, una agrupación nacional de minoristas publicó un nuevo anuncio que decía que un impuesto de ajuste fronterizo aumentaría los costos de una familia estadounidense promedio en alimentos, gasolina, indumentaria y medicamentos bajo receta “por hasta 1.700 millones de dólares sólo en el primer año”.
“Los minoristas conservan la esperanza de que el Congreso y el presidente Trump centren sus esfuerzos colectivos en políticas que hagan crecer nuestra economía y refuercen el salario de los estadounidenses de clase trabajadora”, dijo Brian Dodge, portavoz de la Asociación de Dirigentes de la Industria Minorista, por correo electrónico. “No estamos a favor de que se eleven los precios que pagan las familias estadounidenses para otorgar una rebaja de impuestos a las compañías”.
Los defensores del plan, entre los que se cuentan General Electric Co. y Oracle Corp., aseguran que los ajustes fronterizos llevarán a que crezca la producción nacional, más puestos de trabajo y un dólar más fuerte. Un dólar más fuerte reduciría el costo de las importaciones y aumentaría el costo de las exportaciones, sostienen, lo que compensaría los efectos del impuesto.
AM.MX/fm
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