Claudia Rodríguez
Ante el inminente hecho de que a México están arribando decenas de jóvenes desde Estados Unidos que requerirían seguir con sus estudios en una escuela pública de cualquier nivel; la Secretaría de Educación Pública (SEP), apuró una reforma a la Ley General de Educación, que garantiza el que todas las personas que habitan en el país tengan las mismas oportunidades para transitar por todos los tipos y niveles del Sistema Educativo Nacional y agilizar la revalidación de estudios realizados en el extranjero.
Hasta ahí la Ley que en la letra dice, responde por un lugar de estudio para todos los jóvenes mexicanos en el sistema público, pero en los hechos, de entrada; no existe infraestructura alguna para enfrentar tal reforma.
Ante esto, el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); Enrique Graue y el director general del Instituto Politécnico Nacional (IPN) ya han advertido de manera conjunta, que no hay recursos ni presupuestales, ni de infraestructura en aulas y profesores, para ofrecer educación universitaria a los jóvenes dreamers que fueran deportados desde Estados Unidos.
Lo mismo que en este espacio ya se había adelantado y en lo que ya también coincide nada más y nada menos que al que se le envía el mensaje de la necesidad de más recursos, en este caso sólo para el área de educación profesional en el país: José Antonio Meade, titular de Hacienda.
Lo que ya se vive es grave y lo que viene es peor, a menos que otras naciones al final reciban a los jóvenes dreamers deportados desde Estados Unidos; tales como Canadá que está viendo en esta coyuntura, la posibilidad de llevar a sus zonas más frías de su geografía a mexicanos con preparación y sueños.
Mientras tanto en México, con dreamers o sin ellos, con reformas a la ley de Educación y más, ya no hay forma de responder en las universidades públicas a la demanda de estudiantes que quieren continuar con su preparación.
Del 100 por ciento de los jóvenes que realizan su examen sólo para obtener un lugar a nivel profesional, más del 90 por ciento de ellos quedan fuera, y la primera causa de esto no es su nivel de conocimiento, sino la falta de un espacio que ofrecerles.
Acta Divina… La falta de espacios para los dreamers no es un problema de coyuntura, sino un reflejo del rezago histórico en el sector educativo en México, aseguró el vicepresidente de la Cámara de Diputados, Alejandro Ojeda.
Para advertir… ¡Vaya que es severo el espejo que Donald Trump nos pone enfrente!
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