Es increíble, pero no imposible, observar como aún existen personas que se apasionan por el modelito neoliberal, y no hablo de los adalides de tal sistema, esos siguen mamando sus canonjías producto del libre mercado, sino de los patéticos esperanzados “clasemedieros” convencidos que de seguir así pronto vivirán como los gringos caucásicos de las series de televisión estadounidense, con mujeres despampanantes, mansiones y automóviles carísimos a la puerta, servicio de mayordomo y mucama, vacaciones eternas y admiración social garantizada, así como otras fabulosas comodidades dignas de los Hamptons.
Y aunque ya sabemos que sólo los políticos, empresarios, narcos, príncipes de la Iglesia, así como sus cancerberos y lameculos, son merecedores de tales prebendas, mucha gente aún sueña con algún día vivir entre tales frivolidades y lujos, porque así lo falsea la programación mediática.
Viven obnubilados en una indolencia, molicie y golpe de pecho verdaderamente digna de dolor, y no dolor por ellos que se lo merecerían, sino por el dolor de atestiguar la abismal desigualdad social provocada intencionalmente por sus metas banales.
Mirar cada día como niños sufren de hambre, frío, insalubridad, incomodidades y total falta de oportunidades es lacerante para la condición humana, reconocer que en 8 décadas de gobiernos de centro, centro izquierda, derecha, centro moderada y demás estúpidas definiciones, no han servido para otra cosa más que para profundizar ese abismo que separa a los ricos de los pobres, a los impunes de los oprimidos.
Reconocer que los crímenes más grotescos como los feminicidios ya son cuestión de costumbre y sólo datos estadísticos, que las autoridades son el crimen organizado, que los migrantes centroamericanos están en más peligro en este país que en el país de donde huyen, que la educación es un desastre y que el desarrollo del país es la mentira más grande del siglo.
¡Y todavía hay personas que creen en el PAN, en su conservadurismo rancio y católico, en la demagogia del reboso y defienden al pinche alcohólico genocida, que mal haya sido nuestra suerte le permitieron alcanzar la presidencia sin real lucha de por medio!..
¡Y aún hay espacios en los cuales se le permite vomitar pendejadas al imbécil ranchero del crucifijo, gerente de la división América Latina de Coca Cola!.. y hay quienes ante semejante ejemplo todavía se asombran, bajan la mirada y se inclinan ante cualquier CEO, como si tales fueran dioses del Olímpo.
Pero lo más sorprendente es que las cifras ya no se pueden ocultar, así como tampoco se puede ocultar el deterioro de la economía domestica, se adeudan ya casi ¡10 Billones de pesos! y todavía hay pseudo-burgueses que esperan el ansiado despegue de la economía mediante las “inversiones extranjeras” y sus “tarjetitas de crédito”.
Y efectivamente las inversiones extranjeras han llegado pero, sólo a saquearnos y explotarnos como mano de obra esclava.
Les hemos permitido regalarlo todo, hasta nuestro futuro, les hemos permitido firmar en nuestro nombre la venta de todo, hasta del patrimonio de generaciones futuras…
Y ante tal situación hay quienes ven al PAN como la respuesta a un cambio, tristemente parece que la experiencia con Fox no fue suficiente, al igual que la horrorosa experiencia con Calderón tampoco, ¿quién, fuera de la oligarquía, en su sano juicio puede pensar todavía que el PAN es una opción? tan sólo personas inmersas en la total inconsciencia individual y social.
No faltarán quienes vean en este escribidor al inconforme eterno, al negativo, al pesimista, al amargado, pero si alguien me puede indicar un motivo para celebrar el paso de más 80 años de corrupción, robo y retraso social, estaré muy atento a sus conclusiones.
Ya no se puede continuar así, eso es un hecho, a partir de este momento queda plantear cuales son la soluciones verdaderas, en eso afortunadamente ya hay miles de personas reflexionando, lamentablemente el número de personas que analizan la realidad son muchísimas menos en comparación con quienes guardan la ¡fe y esperanza! en las mismas promesas de los “genios” de la política y la propaganda.
Todo parece ser consecuencia del gravísimo problema de drogadicción que tenemos en México, uno más inquietante que en cualquier otro país del mundo, incluido U.S.A., hay todavía millones de adictos a las promesas, a las falaces promesas que se hacen una y otra vez, esas promesas que nos han hundido en la peor de las miserias sociales, esa miseria que permite robar decenas de millones de pesos con total impunidad del presupuesto destinado a programas sociales, esa miseria que provoca a un soldado, un hombre común emanado de la humildad y la modestia de las clases proletarias de nuestra sociedad, levantar el arma y disparar en contra de personas hermanadas con sus orígenes, esa miseria que trastoca todo lo empático, sencillo y equitativo de la humanidad por las conveniencias, estrategias y contubernios de los intereses del poder, esa miseria que no nos permite ver más allá de nuestra propia necesidad…
Por eso es increíble que haya tanta, pero tanta gente, autodefinidos “bien” o gente “bonita”, esperando vivir en un país gobernado por la “high society”.
Porque en este país “democrático” vale más el voto de un empresario, el de una estrella del espectáculo, el de un político, el de un narco o el de un intelectual orgánico que el voto de un desempleado, una mujer violada, un ama de casa, un obrero, un empleado, un indígena o una persona de la tercera edad… porque en este país la democracia no existe.
Entre tanto sigan levitando, en sus nubes azules y rosas, individuos de nuestra sociedad que no se reconozcan como parte generadora y permisiva de la pobreza social, de la miseria social, de la mezquindad social, de los prejuicios sociales, de la discriminación y segregación racial-socioeconómica, esta sociedad estará condenada a esperar eternamente “the beginning of the New Age”.
-Victor Roccas.