Frida Urbina Navarrete
El sufrimiento del migrante empieza al salir de casa, cuando se despide de la familia y abandona a sus seres queridos con la esperanza de proveerles una vida mejor, de alcanzar y culminar el tan famoso “sueño americano”.
Para llegar a su destino, el migrante, muchas veces emprende un recorrido largo e incierto, y en ocasiones fatal. Para los centroamericanos indocumentados llegar a Estados Unidos es como hacer un viaje sin fin. Ellos tienen que atravesar varios países, pero México es el más difícil de todos.
En la frontera sur, la que divide a México y Guatemala es donde empieza el verdadero calvario para quien se atreve a cruzar el país de manera ilegal. “Aquí tal vez tendríamos que escribir como Dante ‘Aquí empieza el Infierno’”, dice el Padre Flor María Rogoni, director de “Albergue para migrantes”.
Para entrar a México por Guatemala se tienen que atravesar los estados de Tabasco y Chiapas, y aunque hay varios puntos de ingreso, es en Ciudad Hidalgo por donde la gran mayoría prefiere cruzar.
Antes de pisar suelo mexicano hay que desafiar al caudaloso río Suchiate y burlar a las autoridades policiacas y migratorias que con frecuencia los esperan al pasar el río. “La frontera de Estados Unidos no es Texas o Arizona, sino es Chiapas porque aquí los detienen” comenta el Padre Rogoni.
En el pasado, los migrantes centroamericanos podían tomar el tren en Ciudad Hidalgo, sin embargo, en octubre del año 2005 un huracán destruyó las vías férreas y por muchos años les tocó tomar el tren en Arriaga, una ciudad a 275 km al norte de la frontera con Guatemala. No fue hasta 2014 que Arriaga dejó de ser la primera opción para los migrantes, a quienes se les prohibió arribar a La Bestia en esta ciudad, convirtiendo a Ixtepec, Oaxaca, un destino más favorable para los migrantes pese a las constantes operaciones migratorias que se viven al sur del país.
Los centroamericanos que buscan llegar a Ixtepec en transporte público enfrentan una misión imposible, ya que el estatus de indocumentado en México los ahuyenta de la carretera, debido a que está literalmente minada por estaciones migratorias. La única alternativa es caminar por los montes o seguir las antiguas vías del tren. Un trayecto muy sufrido y peligroso.
Muchos migrantes son asaltados antes de llegar a Ixtepec, aún sin haber subido todavía al tren. “Chiapas y Oaxaca significan lo peor. ¡Son lo peor! Una señora vino acá muy triste porque a su hija le quitaron todo lo que traía. Las desnudaron a las dos delante de otros cuatro migrantes que iban con ellas, y entonces les metieron los dedos en sus partes para ver si no traían dinero; pero además, los asaltantes le cortaron la nariz a un joven hondureño con un machete”, relata el Padre Alejandro Solalinde, director de Albergue para migrantes: Hermanos en el Camino.
En Ixtepec, el viaje apenas comienza, la parte más difícil de esta aventura está por empezar. Es el primer trayecto que vive el migrante ya montado en el tren, en La Bestia.
“Antes de subirme a La Bestia había preguntado a algunas mujeres migrantes por el peligro de ser abusadas sexualmente. Todas encogían los hombros y bajaban la mirada, como dando por hecho que suele pasar y que les puede pasar. Una suerte de derrotismo vital. Muchas de estas jóvenes, guatemaltecas, salvadoreñas, hondureñas y nicaragüenses se inyectan antes de subirse al tren un anticonceptivo conocido como Depo-Provera. Le llaman ‘la inyección anti-México’. Impide la ovulación durante tres meses y de esa manera, si son violadas, evitan al menos quedar embarazadas”, detalla el periodista Efrén Argüelles.
El también reportero comenta que es tan escandalosa la certeza de esas mujeres de que serán abusadas sexualmente, que incluso algunas de ellas optan por vestirse de manera sexy y aprovecharse de su cuerpo para seguir avanzando en los controles de migración; otras más deciden buscarse maridos de conveniencia.
“El trato es ofrecer a ese hombre favores sexuales a cambio de protección. Que se haga pasar por su marido y la defienda. ‘Yo no lo considero prostitución dice una migrante salvadoreña, sino supervivencia. Lo hago para sobrevivir. La prostitución se hace por dinero y esto es por necesidad. O lo hago o no avanzo en la ruta’”.
Efrén Argüelles reconoce que hay que tener muchas agallas para subirse a un vagón de La Bestia, particularmente si se es mujer. No es cosa de débiles, afirma, pasarse toda la noche a oscuras, rodeada de tipos que no conoces, expuesta al asalto de las bandas organizadas que buscan mujeres para violarlas u obligarlas a prostituirse en garitos de mala muerte en Tapachula, Chiapas o en Ixtepec, Oaxaca.
Si algo le enerva de verdad, comenta el Padre Solalinde, es hablar de las mujeres migrantes, las más vulnerables, las más desprotegidas:
“‘Es rara la que se salva de ser violada, y aunque es difícil tener estadísticas fiables, porque las mujeres tienden a ocultar la violación, es casi seguro que ocho de cada diez mujeres migrantes que pasan por México son violadas en algún punto del recorrido’”, le dice el defensor de los derechos humanos de los migrantes al periodista Argüelles.
Referencias
Fuente documental:
Pedro Ultreras. (2010). La Bestia (The beast). País: EUA, El Salvador, Guatemala, México.
Referencias de páginas web:
Josn Sistiaga. (2015). El país y Canal Plus: 7 de cada 10 migrantes son violadas en México: Solalinde; “es el precio del pasaje”. Recuperado de:
Francisco Zea, Efrén Argüelles. (2017). A bordo de La Bestia. Recuperado de:
http://www.imagentv.com/noticias/imagen-noticias-con-francisco-zea/bordo-de-la-bestia
Francisco Zea, Efrén Argüelles. (2017). La Bestia de los sueños. Recuperado de:
http://www.imagentv.com/noticias/imagen-noticias-con-francisco-zea/la-bestia-de-los-suenos
Efrén Argüelles. (2017). Excelsior: ‘La Bestia’, el tren de los sueños y la muerte de los migrantes. Recuperado de:
http://www.excelsior.com.mx/comunidad/2017/02/18/1147117
Diario de Yucatán. (2017). Solalinde: Albergue cumple una década de visibilizar a migrantes. Recuperado de:
http://yucatan.com.mx/mexico/breves-de-la-republica/solalinde-albergue-cumple-una-decada-visibilizar-migrantes#sthash.g3PfbnpD.dpuf