Por Magdalena García de León.
Todos quieren ser los padres de la “tan afortunada y oportuna detención de Javier Duarte Ochoa”. La PGR y el Gabinete de Seguridad, fueron los primeros en cacarear el huevo; Miguel Ángel Yunes, ya dio una conferencia de prensa para recibir ovaciones; los priistas ya gritaron a los cuatro vientos que ellos lo expulsaron de su partido (creo que no les quedaba otra) además de que ya olvidaron o desean que todos olvidemos sus sonrientes caras abrazados de Duarte. Ahora los priistas relevantes (jaja) quisieran que por lo menos lo lapiden.
Los demás partidos también acarrean agua para su molino, todos piden que se le aplique todo el peso de la ley y es justo aquí donde empieza mi más grande preocupación.
Y ¿Ahora qué?
Primero ¿Llegará ante la justicia? O sufrirá un terrible accidente o un infarto, porque supongo que hay muchos interesados en que no tenga la menor posibilidad de soltar la sopa.
Hay mucho que se podría aclarar de cómo, quien y porque se permitió que este personaje lograra robar sin ton ni son durante seis largos años y nadie lo noto, lo detuvo o los destituyo.
Ahora, suponiendo que llegue hasta un juzgado ¿quién será el juez? alguien con experiencia en dejar en libertad a los adinerados, defraudadores, los porkys o cualquier otra joyita por el estilo. ¿Se conseguirá a uno de esos jueces que por dinero es capaz de decir que no hay intensión en una violación para dejar en libertad o conceder un amparo a un adolescente que lo hace en grupo, pero que sus padres son influyentes o hasta a un narcotraficante para que no sea extraditado?
No tenemos muchos elementos para confiar en la aplicación de la justicia, mucho menos en los jueces, pero en este caso particular puede ser una buena cosa que todos los ojos estén puestos en Javier Duarte y en el proceso que se le seguirá.
Tenemos en puerta el caso de Tomás Yarrington, detenido en Florencia y que está en el debate de si se extraditará a México o a Estados Unidos. No sabemos que es peor si lo traen a México y lo dejan en libertad o si lo llevan a Estados Unidos y por ser un soplón lo dejan en libertad. Dos caras de la misma moneda, en ninguno de los casos se aplica la justicia, en uno de manera ilegal y en el otro la injusticia legalizada y glorificada.
Pero desgraciadamente no es el único problema serio que nos atañe. Esta el nuevo “policía” del Mundo, Donald Trump que ahora, sin consultar al Congreso de su país, como debiera hacerlo, decide bombardear a diestra y siniestra, a Irak, a Afganistán y amenaza a otro de su misma ralea, al “líder” de Corea del Norte.
Ambos están de atar, son capaces de iniciar la tercera guerra mundial en un arranque o mandar misiles nucleares a cualquier parte y así terminar con todos de una buena vez.
Trump ha logrado pelearse hasta con sus aliados rusos, que fueron los que le ayudaron a ganar la elección, bueno eso dicen.
Eso en el exterior, pero al interior no está mejor su gobierno. Ya destituyó hasta su consejero principal, Steve Banner, el más racista, xenófobo de sus colaboradores, y todo apunta a que se debe a un pleito con su yerno Jared Kushner y antes a su Consejero de seguridad Nacional Michael Flynn, y eso es solo por poner un ejemplo, recordemos que a casi 100 días de gobierno no ha sido capaz de nombrar a todos los funcionarios del gobierno.