Claudia Rodríguez
Si distintas autoridades de la Administración federal e incluso de gobiernos locales, tienen detectados a mil 500 grupos de los llamados huachicoleros quienes se dedican a extraer de forma clandestina el combustible de los ductos de Petróleos Mexicanos, es lógico que esta situación no se presentó de la noche a la mañana y que hay muchas autoridades involucradas en el crecimiento de tal fenómeno delictivo.
Cuando el presiente Enrique Peña Nieto, durante la conmemoración de la Batalla del 5 de mayo en el Campo Militar, además de externar sus condolencias a familiares y compañeros de los cuatro soldados que murieron la semana anterior, en Palmarito Tochapan, Puebla, tras un enfrentamiento con quienes defienden el robo de combustible en la comunidad; informó que ordenó a todas las instancias de seguridad en el país, a desarticular las bandas dedicadas al robo de combustible en Puebla y en todo el país, los cuestionamientos son exponenciales y el asombro brutal.
Bastante tardía la acción que se ordenó para ir en contra de los huachicoleros, porque este fenómeno ha estado presente desde antes que el presidente Peña arribara a su cargo en el 2012, mostrándose incluso como una situación que de manera clara, trastoca incluso la vida de los infantes que viven en comunidades en dónde las mismas Policías y militares como se ha documentado incluso en imágenes y videos, solapan tales actos ilícitos y peligrosos; además de que se habla que tras el robo de combustible en todo el país se encuentran grupos delictivos y mafias de todo tipo.
Cualquiera pensaría que así como el Servicio de Administración Tributaria (SAT) dependiente de la Secretaría de Hacienda, persigue a los contribuyentes para que entreguen en tiempo y forma sus impuestos, con el mismo ahínco se creería, se va tras quienes han provocado en los primeros años de este Gobierno priista, pérdidas por un monto que asciende a los 100 mil millones de pesos.
Ya es tarde para Peña, en el combate a este flagelo en donde de nueva cuenta la omisión pone en riesgo a más y más elementos del Ejército, la Marina y la Policía.
Dejaron crecer exponencialmente el flagelo del robo de combustible que afecta y pone en riesgo a toda la sociedad mexicana, y ahora se le terminó el tiempo a Peña.
Acta Divina…“He dado indicaciones para instrumentar una estrategia integral para combatir este ilícito (robo de combustible) en toda la geografía nacional, trabajaremos de cerca con el gobierno del estado de Puebla hasta desintegrar por completo las bandas delictivas que a eso se dedican”, precisó el mandatario mexicano Enrique Peña Nieto.
Para advertir… Cualquier cosa que quiera decir estrategia integral…
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