* ¿Supo, en un momento de lucidez extrema, que la única manera de evitar la degradación mayor y eludir que los humillaran más a ella y sus hijos por hambre, era el asesinato y el suicidio? Murieron ignorados por la sociedad, por su gobierno
Gregorio Ortega Molina
A pesar de las posibilidades de que pierdan el poder -aunque no serán juzgados ni pisarán la cárcel- y por encima de la hostilidad verbal de Donald Trump y los perjuicios que sus dichos causan a la paridad peso-dólar, los miembros del gabinete desbordan entusiasmo.
Y me pregunto ¿por qué? ¿De veras tienen la certeza de que lo han hecho bien, y sus reformas estructurales darán alivio de vida a los mexicanos de a pie? La campaña nacional contra el hambre, ¿la venció o, al menos, la disminuyó? ¿Será que el muro en la frontera deja de ser necesario por la política de pleno empleo, porque da seguridad laboral a todos los mexicanos por encima de los contratos de los barones de la droga? Tengo más preguntas que respuestas encuentro. La realidad es el azoro.
Una nota de Excélsior digital, con llamada en su página principal, obliga al lector a hacer un alto para la reflexión. Es una convocatoria a la cordura y a dejar atrás el triunfalismo político, ya no digamos gubernamental. La transcribo en su totalidad, por lo breve y por el horror que infiere.
Una mujer se suicidó la tarde del miércoles (19 de abril) en la ciudad de Cuauhtémoc sentándose sobre las vías del tren con sus hijos a un lado.
Hasta el momento los cuerpos no han sido identificados ni reclamados por nadie, por lo que la Fiscalía de Chihuahua ha solicitado la ayuda de los habitantes para localizar a familiares, en esta comunidad agrícola, ubicada a 100 kilómetros al noroeste de la capital del estado.
Los hechos indican que la mujer esperó que el tren pasara por el lugar, a las 18:00 horas del miércoles 19, en el kilómetro ferroviario 402 más 200, a la altura del cruce con la calle Mangos en la zona urbana de ciudad Cuauhtémoc.
El conductor del tren 3009, dijo que vio a la mujer a los 100 metros de su paso, y frenó las máquinas, pero por la corta distancia no pudo detenerlas, arrollando a la mujer y sus pequeños hijos.
La Fiscalía indicó que se trata de una mujer de aproximadamente 30 años, y sus dos hijos, una niña de 6 y un niño de 4 años de edad.
Los medidores de lectura y los marcadores que indican que esta nota se hubiese compartido son pocos. Creo que hemos perdido la capacidad de ayuda ética, moral, pecuniaria y de asistencia social para salvar vidas.
¿Estaba enferma la mujer? ¿Supo, en un momento de lucidez extrema, que la única manera de evitar la degradación mayor y eludir que los humillaran más a ella y sus hijos por hambre, era morir matando? ¿Quién puede determinar las razones que la orillaron al suicidio y al asesinato de sus hijos?
Murieron ignorados por la sociedad, por su gobierno.
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