Algunos amables y otros no tan amables lectores me han reclamado la “complejidad” de mis escritos para ser “entendidos” por personas de un nivel socioeconómico “bajo”, y aunque un servidor siempre ha sido enemigo de los prejuicios de clase, trataré en está ocasión de expresarme con palabras más coloquiales a reserva de encontrarme, como suele suceder, con reacciones puritanas ante el uso de adjetivos de alto impacto mejor conocidos como leperadas…
Próximas están ya las elecciones, la provisión de mierda lanzada ya está por terminarse, las propuestas son exactamente las mismas que en cada elección terminan por incumplirse, el carnaval de la impudicia democrática está ya por finalizar, es decir ya están a punto de hacer pendejos a millones de mexicanos que aún creen que la única solución es acudir en montón a votar ¡por el menos peor!, que la única salida posible es votar y este es el único modo de ejercer responsabilidad cívica ante un sistema que por más de 80 años nos ha tenido tragando estiércol convenciéndonos que es maná, es la idea inserta en la “opinión pública”, pero lo cierto es que al mexicano le da hueva pensar y prefiere que piensen por él, es la base del adoctrinamiento cristiano.
Y mientras eso ocurre miles de millones de pesos son dilapidados para mantener las instituciones electorales, las campañas, hacer fraude y lavar dinero, fortunas que bien podrían ser utilizadas para verdaderos programas de desarrollo social, y no en las siempre falsas promesas que la partidocracia hace a los crédulos futboleros y guadalupanos mexicanos que persuadidos están de que la mayor felicidad para sus hijos es seguir adorando a la del Tepeyac y algún día pertenecer a un equipo de fútbol profesional, o de perdida, trabajar en el mundo de la farándula, no le aunque la honra quede perforada ante el escritorio de un ejecutivo en una televisora.
Total la honra es la primera virtud de la cual el mexicano con aspiraciones debe prescindir, es decir, hay que estar dispuesto a sacrificar las nalgas, no importa si es en los deportes, negocios, política o religión, los dueños del México de hoy son los “Calígulas” modernos, depravados, desalmados, caprichosos, engreídos, despiadados, criminales, es decir unos verdaderos “culeros”, que se divierten corrompiendo a todo aquello que se encuentran a su paso, sea animal, vegetal o mineral, todo puede ser objeto de sus vicios, desahogos, pero sobre todo provecho. A estos seres antecesores, arquitectos y parasitarios de los dinosaurios partidistas los defino como “empresaurios”.
Mientras tanto al mexicano promedio le sujetan el escroto con la sombra de una moralidad cristiana, con el fantasma de la justicia republicana, con la mentira de la democracia, con el patrioterismo barato y como buena borregada con la certeza de que nada se puede hacer sino hasta cuando ellos deciden que se puede hacer, como resulta durante las elecciones y mediante un muy frágil, vulnerable, casi efímero voto, mientras en concreto bajo la mesa de la demagogia, políticos, gobierno y “empresaurios”, nos pasan a joder cada que se les da su rechingada gana.
Un servidor no le apuesta la más mínima confianza a quien pueda ganar las elecciones, al final cada candidato terminará amagado y cómplice del poder del dinero, de los intereses de la partidocracia, de la oligarquía que evidentemente ya ha tendido sus puentes de enlace con las dirigencias de cada uno de los partidos que quieren alcanzar sus respectivos cotos de poder mediante “elección popular” para terminar sirviendo a la oligarquía, repito, a los dueños del dinero entretanto “Juan Pueblo” los mantiene.
De los “políticos mexicanos” se puede esperar todo lo malo, chicanadas inimaginables, no son políticos, son demagogos, padrotillos que regentearían a sus madres si de ello dependiera un hueso.
Pero lo que si enardece a un modesto servidor es cuando los cabrones “empresaurios” y sus achichincles con doctorados y títulos de relumbrón quieren vender la idea de que Doña Juana, la de la tiendita de la esquina, es igualmente una empresaria y que forma parte de la importante fuerza y empuje neoliberalista, ¡cabrones más ojetes y manipuladores difícilmente encontrará uno a su paso!, avorazados “empresaurios” que al cobijo de cochupos, compadrazgos, moches, y toda una serie de evasiones fiscales y jurídicas han logrado amasar fortunas inmensas mientras a la pobre Doña Juana ya no le alcanza para pagarle la mordida a los inspectores, al municipio, a la SHCP, a la pandilla de la colonia, los “refrescos gratis” a los patrulleros y menos para surtirse mercancía, eso sin contar con que ya le plantaron un Oxxo a media cuadra, si, una de esas tiendas “tipo gabacho” que abren las 24 horas y dan empleo mal pagado a miles de personas en todo México, y que por cierto es un modelito de negocios implementado por Alfonso Romo, (si, el de morena y mano derecha del peje) otro de los “empresaurios” afamados en México por ser un ¡visionario!, no importa que su modelito de negocios le esté poniendo en la madre a la tiendita de Doña Juana y a miles de tienditas más, tampoco interesa que el ahora empresario con consciencia social Romo esté ligado a Monsanto a través de la compra-venta de activos de su empresa Agradis ubicada en La Jolla, California, y es qué en este México neoliberal, y felizmente desregulado, es la competitividad la que rige y supuestamente es el cliente quien sale beneficiado.
Seguramente ya el amable lector está cosechando los beneficios de la competencia en el mercado con excelentes servicios en la telefonía celular y velocidad de internet a precios de regalo, o el ahorro que hace comprando en las “económicas” franquicias Oxxo ya le permite comer carne 4 veces a la semana ¿verdad?.. ¿Sabe acaso el mexicano de a pie que con la fusión de Bayer con Monsanto se controlará más del 25% de semillas y plaguicidas en el muno entero?.
Así pues Doña Juana tiene dos opciones si quiere ser una empresaria exitosa, y son; adaptarse a las circunstancias, modernizarse, endeudar el patrimonio familiar y comprar una franquicia Oxxo, o mejor aún cerrar su tienda y pedir le den chamba a ella y a sus hijas como empleadas en el Oxxo de la esquina, en un Walmart o en un Sam´s Club donde los repartos de utilidades alcanzan hasta ¡$160.- pesotes!
¡Porqué señoras y señores así funciona el sistema neoliberal! la competencia siempre creando excelentes fuentes de empleo para quienes realmente quieren desarrollarse, dando enormes beneficios al consumidor y autoregulandose en pro de una sociedad moderna y avanzada, permita el lector una pausa para que este escribidor seque las lágrimas que las carcajadas han hecho brotar de los ojos.
Y todavía hay besaculos de rodillas raspadas que se atreven a exaltar el modelo de las franquicias, los supermercados y las plazas comerciales como la panacea del desarrollo comercial por sobre las tradicionales tienditas, estanquillos y mercados locales, sin dar cuenta de que este sistema gringo sólo ha esclavizado y generado mayor desigualdad social en un país sin certeza jurídica y lleno de corrupción, es decir con leyes a modo y unos cuantos ojetes haciendo fortunas.
Hay que tener mucha mala leche o poca madre para comparar a Doña Juana con Carlos Slim o con Alberto Bailleres, y ser un verdadero hijo de la chingada (referencia obligada a la Malinche) para imaginar que la pobre Doña Juana tendrá futuro como “empresaria” si le echa el resto de ovarios a la chamba, como los supuestos, imaginarios huevos le han echado los “empresaurios” multimillonarios en México. Tal vez la pobre Doña Juana deba pedir un préstamo hipotecario a las honestas instituciones bancarias extranjeras para invertir en su negocio y competir en un mano a mano con el Oxxo cercano. Lamentablemente a Doña Juana difícilmente se le extenderá un préstamo suficiente ni beneficios como el FOBAPROA, exenciones fiscales o facilidades municipales, ni mucho menos será sujeta a una fuerte inversión de algún político “lavandero”, u otras argucias, pero así funciona el sistema empresarial mexicano, todo se vale en la competencia… hasta los monopolios.
Por que pretender equipararse con los “empresaurios” mexicanos Forbes e ilusionarse con llegar a ser parte de ese grupo a base de desvelos y esfuerzo suena genial, ¡pero es una soberana pendejada!.. ¡carajo, no existe forma de que todos los “pequeños empresarios” mexicanos lleguen a amasar esas fortunas tan sólo trabajando de sol a sol!, es una mentira colosal para distraer al pueblo maldecido con esperanzas de colores e historias telenovelescas de un tesoro bajo el arcoíris.
En esté Mexico optimista, poco vale chingarse el lomo 14 horas diarias, en traslados de 2 horas y mal descansando las restantes 8 horas, seis días a la semana y sin contratos o incluso con ellos, sin ninguna prestación laboral y en condiciones deplorables, pero eso si, todos podemos ser emprendedores, todos somos empresarios en potencia…
Y así los valientes “empresaurios” multimillonarios nos tienen sujetos de los testículos ya que ellos son quienes tienen el sartén por el mango, ellos deciden quien nos gobierna y quien es un peligro para México y cuando no lo es, ellos logran que sus intereses tengan más importancia que las necesidades de bienestar y justicia social, ellos son quienes a través de sus representantes ante el ejecutivo, senado, cámara de diputados, cámaras de comercio o asociaciones empresariales, prensa y hasta la cultura con sus intelectuales orgánicos, doblegan las leyes a sus caprichos, personajes como Emilio Gamboa Patrón, Claudio X. González, Diego Fernández de Ceballos, Joaquín López Doriga y Carlos Marín son claros ejemplos de ello. Tipos como Alfonso Romo, amigo de Carlos Salinas de Gortari, quien apoyó a Vicente Fox en campaña y ahora a Andrés Manuel López Obrador, son esa clase de ¡empresarios visionarios, arrojados, bastiones del desarrollo!, o mejor dicho “chaqueteros”, por los cuales las damitas suspiran y hasta tiran el calzón, admirándoles por sus fortunas y astucia, pero que para cualquier libre pensador son aborrecibles encomenderos modernos sin más gloria que la mezquindad humana, carismática conveniencia, ambición financiera, total deprecio por la justicia social, tendencia a la explotación y esclavitud del ser humano.
Ya va siendo hora de definir quienes son los empresarios, quienes los productores, quienes los prestadores de servicios, quienes los distribuidores, quienes sostienen en realidad la fuerza laboral económica del país, quienes son los verdaderos supervivientes y quienes realmente los parásitos, dejando de hacernos pendejos incluyéndonos a huevo entre estos bastardos de Shylock (el judío usurero en el Mercader de Venecia de W. Shakespeare) excluyéndoles y justificándoles veladamente de sus acciones pues no han hecho otra cosa que drenar el esfuerzo de todos al cobijo de la clase gobernante para amasar montañas de oro… “culeros ayudados por ojetes para joder pendejos”.
En este cabrón país, y lo escribo como sinónimo de complicado, el problema es y ha sido siempre la corrupción, pero la corrupción siempre ha sido consecuencia de la ambición desmedida de unos cuantos y en la corrupción siempre han existido dos partes, así pues cuando un presidente, alcalde, gobernador, secretario, juez, diputado, senador, candidato, policía o militar son acusados de corrupción y enriquecimiento inexplicable inequívocamente hay alguien con dinero o poder suficiente para quebrantar el ya poco sentido moral del servidor público o político.
Y no se trata de diluir en esta retórica la falta total de ética de nuestros gobernantes, pero si de señalar que son los grandes grupos empresariales nacionales y extranjeros quienes realmente deciden nuestros destinos como pueblo, siempre explotando y corrompiendo al amparo de la impunidad y leyes a conveniencia.
Así espero ningún extraviado me quiera sugerir que son los “empresaurios” los generadores de riqueza, son como ya se ha mencionado antes, acumuladores de riqueza, el generar la riqueza para los empresarios depende de las personas que trabajan por ellos y los consumidores, la distribución de esa riqueza depende de un estado en donde la justicia, la equidad y el bienestar social sean prioridad, un estado en donde el acceso a las necesidades básicas sean cubiertas y el entorno económico de seguridad resguarde el objetivo de un empresario, por más “hijoeputa” que sea, e igualmente exigiéndole con equidad el justo aporte a la sociedad que le cobija. Los empresarios, y mucho menos los “empresaurios”, nos dispensan favores extraordinarios, son parte del sistema social en donde obreros, artistas, agricultores, políticos, amas de casa, empleados, jornaleros, filósofos, comerciantes, estudiantes, médicos, vendedores, etc, tienen sus respectivos roles. El estado debe representar entonces a todos y cada uno de los individuos que le integran, no importa sea el más rico de mundo o el más pobre del orbe, ambos deberían gozar del mismo cobijo de leyes y equidad, para evitar justamente cualquier atisbo, asomo, de abuso, discriminación e injusticia.
Hay personas que están buscando verdaderas soluciones alternas, quienes trabajan despertando consciencias, enarbolando la razón, el diálogo, invitando a participar de verdaderos ejercicios de acción ciudadana, diferentes e interesantes como el consejo de ancianos www.consejodeancianos.mx
Definamos que implican estas elecciones tan fraudulentas como siempre han sido, lo que es factible y lo que es mentira sin caer otra vez en la marea de la opinión pública, el fanatismo, el dogma o peor aún en la esperanza. Lamentablemente hay millones que no lo harán y unos pocos cientos de “empresaurios” que seguirán haciéndose pendejos mientras mueven lo hilos de la inconsciencia de un pueblo.
-Victor Roccas