* Las alianzas electorales están cantadas, invitan a un baile de máscaras, exactamente en las condiciones que a su uso refiere María Zambrano en Persona y democracia
Gregorio Ortega Molina
Me pregunto, y todos los electores deben hacerlo, si desde el gobierno han meditado en las consecuencias del triunfo de Alfredo del Mazo Maza, en las condiciones en que éste se cimentó y logrará.
De ninguna manera será el PRI el que se asiente en el poder transexenal, pues ese organismo político dejó de ser el que contribuyó a crear al México moderno; será una partidocracia mendaz y de difícil identidad, porque tiene más cabezas que la hidra y sólo representa los intereses de los poderes fácticos, de los barones del dinero. Podemos, los mexicanos, decir adiós a la idea de un país democrático.
Con el aserto anterior no quiero decir que para que la democracia exista el PRI está obligado a perder, pero sí que tienen la obligación, desde el Poder Ejecutivo, de cumplir con el mandato constitucional en materia de elecciones, y los dirigentes de ese partido tienen el deber ético y político de apegarse a la norma y a la ley, para hacer un juego limpio a efecto de que la competencia se dé en igualdad de condiciones, que no de circunstancia, porque cada uno de los que compitieron por la gubernatura es su propia circunstancia, en los términos filosóficos en que quedó conceptuada la idea cuando al ser humano se refiere.
Las alianzas electorales están cantadas, la jornada comicial es la invitación a un baile de máscaras, exactamente en las condiciones que a su uso refiere María Zambrano, en Persona y democracia.
La candidata de Acción Nacional debió asumir compromisos políticos previos, igual que el partido al que representa, a manera de agradecer los beneficios económicos que del gobierno priista ha recibido a lo largo de cinco años, para el financiamiento de una asociación civil que únicamente la beneficia a ella. Juega el papel de José Ortiz Arana.
El candidato del PRD únicamente obedece a una lógica del poder que es implacable: plegarse a la voluntad de los propietarios de ese organismo político, sin pensar en la democracia ni en el futuro inmediato de México, porque en términos económicos contantes y sonantes, él va a ganar al dividir a la mal llamada izquierda. Su futuro le depara una palmadita en la espalda, que es como se premia a los traidores. De todas formas Juan te llamas.
Pero, qué escribió Zambrano: “No hay personaje histórico que no se vea obligado a llevar una máscara… Y no hay máscaras, personaje enmascarado, que no desate un delirio de persecución. Podría preverse el número de víctimas que a un cierto régimen corresponde, mirando tan sólo la máscara que lo representa…”.
Las dejadas por el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, a las que hemos de sumar las que deje la actual administración, hacen una bonita y escalofriante cifra de decesos, debida a la terquedad de no hacer la reforma del Estado.
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