“¡Qué mueran ahogados entre la sentina! !Qué agonicen entre sus propios excrementos! ¡Qué se pudran sobre las tablas del tillado! ¡Silencio miserables! ¡Callarse! Dejar de alborotar con vociferaciones. Sois mi mercancía; como el ganado para el matarife, como el rédito para el usurero.
Os pagué con dinero y sacaré provecho de vosotros, ¡así mi alma se vaya a vuestro infierno! ¡Callarse!
A moriros sin gritos. Por muchos que mueran los pocos que venda en puerto compensarán los gastos y el riesgo del viaje. Quinientos llevo hacinados en mis bodegas. Que se asfixien cien; que los gusanos les coman las llagas de los grilletes a otro centenar; la venta de los que sobrevivan pagará la pérdida de los que perezcan.
¡A callar malditos! Callar. Para esos sois negros, negros esclavos.” – Oswaldo Diaz Diaz, Claver.
La sentina es la parte inferior del interior del casco en una embarcación en donde escurren y se depositan las filtraciones y otras sustancias desechos propios de una embarcación, incluso de su carga. En la antigüedad las sentinas eran los sitios propios para castigar o incluso penar desobediencia o insurrección, desde 1500, hasta 1850, en parte gracias al tratado de Tordesillas avalado por la bula papal emitida por Alejandro VI, inició el auge de los barcos negreros que transportaban esclavos en condiciones infrahumanas desde las costas africanas, las sentinas eran su terrible acomodo y sin duda el peor lugar sobre la faz de la tierra.
Porque eso es la democracia en México una goleta llena de esclavos con una tripulación bajo ordenes de piratas comerciando con la miseria humana, y en donde los esclavos viven un eterno padecer en la abominable sentina, sumergidos en las peores inmundicias y desechos de los tripulantes… y propias.
Hoy día una vez más, igual que tantas anteriores, nos repiten hasta la saciedad que se está a punto de cambiar el rumbo, el golpe de timón, el despertar del pueblo, sacar al PRI, la agonía del PRI, su muerte, el hoy o nunca, el si se puede…
Se reconocen tránsfugas entre la partidocracia incluyendo a MORENA, una vez más se sabe que el PAN es el PRI, que el PRI es el PRD, que el PT es el PRI, que los independientes surgen de cualquiera de los anteriores o peor aún de intereses empresariales y una vez más las coaliciones sorprenden a propios y extraños, el PAN con el PRD, el PRI con el PAN, el PRD con el PRI, las combinaciones parecen infinitas si sumamos a ellas a los partidos pequeños, tanto que el mismísimo Fibonacci enmudecería de sorpresa.
Y una vez más los mismos discursos, las mismas propuestas, los mismos actores, las mismas estrategias, la misma ignorancia y la misma desmemoria… los mismos esclavos y los mismos piratas.
Se han dispensado miles de millones de pesos legales en este “pseudo-ejercicio democrático” tan cacareado y muchos miles de millones más se han concedido mediante fraudes, desvíos y robos, carretadas de dinero proveniente de presupuestos federales, estatales, municipales, corporaciones, empresas y crimen organizado que finalmente se apuntala mediante el sistema electoral viciado que nos tiene engañados y de rodillas desde hace décadas, ese dinero no será desperdiciado en su totalidad, es dinero que se reciclará nuevamente en empresas afines al sistema, publicitarias, encuestadoras, informativas, televisoras, pero el principal objetivo es la compra-venta de esclavos o votantes.
Los dueños del dinero deciden que hacer y que destino tomará la embarcación no importa quien sea el capitán o la tripulación, la riqueza prometida para unos pocos está siempre asegurada al final de la travesía.
En este México no hay políticos, sólo demagogos, no hay principios sociales sino ambiciones personales. Lo que inocentemente creemos como la caída o desaparición de un partido como el PRI es en realidad la transminación de su malsana doctrina a otros partidos que se han vuelto tan o más corruptos, pero lo más significativo es que el poder resultante de 87 años “chingando” a México se ha convertido en el poder empresarial, el del neoliberalismo.
Tan mal estamos que en lugar de buscar a la persona más capacitada para obedecer al pueblo y responsabilizarse de la administración pública, aceptamos que nos impongan al menos peor de los candidatos en una selección partidista por dedazo.
Porque ellos, los señores del dinero, pagan bien y ganan muchísimo mejor por esas goletas llenas de esclavos llamadas democracias en donde los hacinados en las pestilentes sentinas creen que con el cambio de capitán o tripulación el sino será otro. Los esclavos están llenos de esperanza y fe en un nuevo oficial y un rumbo diferente pero no alcanzan a ver que los contratos ya están firmados, las entregas programadas y las rutas marcadas por modernas patentes de corso.
Esta democracia es una goleta española, una carraca inglesa, llena de esclavos que nacen, viven y mueren viaje tras viaje, elección tras elección bajo las mismas premisas, las mismas circunstancias, el mismo resultado, pero sobre todo el mismo comercio… el de ellos mismos como mercancía.
Ya se estarán curando en salud quienes ganen y pierdan en las próximas elecciones encontrando chivos expiatorios entre la abstención, votos nulos, traidores al voto, y fraudes anticipados, recurrentes pero tolerados, sin embargo la realidad es que este sistema electoral con demagogos incluidos cada día convencen menos y son más corruptos. En el año 2000 con una elección asombrosamente nutrida el porcentaje de sufragios fue de un 64% con 37,600,000 votos, ganando Vicente Fox Quezada “el adalid del cambio y los empresarios”; en el año 2006 el porcentaje fue de un 58.55% con 41,792,000 votantes, ganando por unas 240,000 supuestas, sino fraudulentas intenciones el alcohólico genocida Felipe Calderón Hinojosa sobre Andrés Manuel López Obrador; en el año 2012 el porcentaje de participación aumentó hasta un 63.2% (casi igual al 2000) con 50,323,000 votos, ganando Enrique Peña Nieto “de quien se consideraba irrelevante su incapacidad lectora” (apoyado por el duopolio empresarial televisivo y grandes consorcios) en el magistral fraude donde nuevamente Andrés Manuel Lopez Obrador perdió por 3.3 millones de votos.
Ahora se plantea (con apoyo nuevamente de los “patrióticos” empresarios), se exige prácticamente, una votación del 70% como requisito para demostrar un ejercicio democrático “contundente”, y no dejar lugar a fraude alguno, pero la realidad es que gane quien gane, así se logré una participación del 60% o del 70% las cosas seguirán iguales, porque todo está condicionado al poder del dinero e intereses de los grandes “empresaurios” nacionales y extranjeros. Tal vez por eso el peje ha transparentado su amor y perdón a los empresarios quienes en el pasado lo estigmatizaron como un peligro para México y hoy hasta les acoge en Morena y se reúne con ellos en Monterrey resultando de repente que el tabasqueño es la única posibilidad de cambio, lo cual confirma mi idea de quienes son los verdaderos dueños de México.
Para aquellos lectores que siempre preguntan que hacer ante la situación descrita, lo repito una vez más, la consciencia de cada individuo eventualmente redituará una consciencia social, poco publicitadas obviamente por un sistema manipulador hay muchas personas que intentan cambiar verdaderamente la estrategia y condiciones, existen propuestas diversas tales como el Tumin, el consejo de ancianos, el nuevo constituyente, asambleas comunitarias, incluso el sin voto no hay dinero, la necesaria división de poderes, la democracia participativa, etcétera.
Propuestas diversas algunas malas otras factibles y otras puestas en marcha pero todas en la intención de superar al sistema, cambiar verdaderamente el rumbo, y emerger de la sentina en donde la podredumbre ahoga por sobre la tripulación.
-Victor Roccas.