Francisco Gómez Maza
• El dinosaurio cree que vive, pero está moribundo
• Lo más grave: México… tan cerca de los Estados Unidos
Este miércoles 7 de julio el Instituto Nacional Electoral en sus varias versiones pueblerinas, debió de corroborar los triunfos y las derrotas en las elecciones del domingo en Coahuila, Nayarit, Veracruz y Edomex, mediante el conteo final de los votos obtenidos en cada casilla electoral.
No estoy nada seguro, en los momentos en que elaboro este texto, si las Juntas Locales electorales aceptaron las quejas, las denuncias, las peticiones de las dirigencias de los partidos inconformes con los resultados de las elecciones, como sería el caso de la gubernatura de Coahuila, que se disputaban el PRI y el PAN, y la del Estado de México, en donde estaba en entredicho el “triunfo” de Alfredo del Mazo Maza frente a la candidata morenista, Delfina Gómez Álvarez.
Según muchos expertos en informática, el programa de resultados preliminares fue manipulado, jakeado, a favor de la candidatura de Del Mazo. No me consta. Lo que sí me consta es que el atracomulquense lleva a la toma de posesión con el apoyo de sólo una tercera parte, muy menguada, del electorado mexiquense.
Sea lo que fuere, ya no importa mucho si las Juntas locales del INE aceptan o no las quejas, sino el si dan el aval a triunfadores de un sistema que corrompió hasta su madre para no dejar pasar al “populismo”, según Peña o Ricardo Anaya, encarnado en Andrés Manuel López Obrador. Hicieron cuanta transa, chanchullo, trampas, corrupciones imaginaron para empotrar en la estructura del poder a Del Mazo. Y apenas no lo logran, si no es con la ayudadota que le dieron al PRI sus partidos peleles, el verde, alianza y el PES, que inclusive podrían perder su registro en el Estado de México, después de contribuir con los votos obtenidos al pase de panzazo de Alfredito. O sea que, si le creemos al Instituto Electoral de que ganó Del Mazo por tres puntos, fue un triunfo de panzazo. Sin los votos de los paleritos, y sin el tonto compañero de viaje, el candidato perredista Juan Zepeda (de quien ahora se cuelga la dirigencia de ese cadáver amarillento), quien estuviera celebrando sería Delfina acompañada por la morenada de todo el país con la venia del Patriarca “venezolano”…
Pero por lo declarado por López Obrador y Delfina, ahí van a quedar las cosas porque no tienen prevista ninguna movilización callejera en protesta por el “fraude”, como en otras ocasiones. Da la impresión de que le están apostando a la muerte natural del Dinosaurio, cuya vida moribunda no puede prolongarse más allá del 18. La bestia está herida de muerte como se vio sobre todo en las elecciones del Estado de México. Toluca será la tumba del último dinosaurio proveniente de los osarios de Atlacomulco.
La gente ya no lo soportaría otro sexenio más. Está tan encabronada con Peña Nieto (perdón mi estimada Ivette Estrada, tan fina en el hablar) que no estoy seguro que acepte el canto de las sirenas y siga sufragando por el PRI, que por cierto el PRI no existe más en tiempo de elecciones y para engatusar a la gente de mente débil y de discurrir de cerebro de pollo.
Los mexiquenses tendrán que esperar seis años para limpiar de perversas impurezas el palacio de gobierno de Toluca, no así el país entero que tiene la oportunidad de desembarazarse del PRI en julio de 2018. El problema de los mexicanos es otro. Como decía el dictador Porfirio Díaiz, “pobre México; tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”.
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