El jueves 8 de junio, Sergio Alberto Gutiérrez pasó en su bicicleta por su hija Valeria Teresa de 11 años de edad, como lo hacía todos los días, alrededor de las 18.00 horas; la niña salió de la escuela “Alfredo V. Bonfil” en Nezahualcóyotl y se montó en la parte trasera de la bici de su padre.
No había pasado ni media hora del encuentro entre padre e hija cuando un aguacero los sorprendió, Sergio Alberto reaccionó rápidamente y para que Valeria no se mojara la subió en una combi del servicio de transporte público de Neza en el Estado de México, cuál sería su sorpresa que después de irla siguiendo por varias cuadras, el vehículo se desvió y lo perdió. Faltaban 5 cuadras para llegar a casa.
De inmediato se dirigió a su domicilio y junto con su esposa pusieron la queja ante las autoridades del municipio, quienes simplemente les respondieron que le llamaran a su novio. El desenlace todo mundo lo conoce. La menor apareció muerta y con huellas de abuso sexual en la combi en la que se subió a recomendación de su padre cuando la lluvia empezó a mojarla.
Casos como estos han sucedido en las administraciones de Arturo Montiel, Enrique Peña Nieto y Eruviel Ávila Villegas, como lo documentan en su libro “Las Muertas del Estado”, los periodistas Humberto Padgett y Eduardo Loza y la mayoría quedaron en la impunidad.
Muchos casos como el de Valeria se relatan en el libro de Padgett y Loza, pero en particular me impresionó uno el de la niña Xóchitl Daniela quien desapareció en el Fraccionamiento Arcos de Tultepec y cuya madre, Claudia Rojas se plantó en diversas ocasiones ante el entonces gobernador, Enrique Peña Nieto para exigir justicia.
¿Cuál es tu pedo? le preguntó en una ocasión un ayudante del gobernador a Claudia empleada de la entonces Secretaría de Comercio y Fomento Industrial que con un crédito hipotecario había comprado una casa en el citado fraccionamiento.
En sus tiempos en la Secofin como se conocía a esa Secretaría, conoció a Noel Elizarraráz, un empleado de una agencia de viajes a quien le compraba los boletos de avión para sus jefes, con quien después se casó. Noel la acompañó en un viacrucis que realmente espeluznante.
Daniela era una niña muy inteligente que constantemente ganaba reconocimientos en la escuela, mismos que las maestras le hacían saber a sus padres, pero el 31 de mayo del 2006 ya no apareció más en aquella cerrada de Arcos de Tultepec.
Entonces vino en martirio, Claudia y Noel habían creado una agencia de viajes con los ahorros, producto de su liquidación en sus respectivos trabajos, les iba bien, pero cuál sería su sorpresa que los agentes asignados para el caso resultaron unos auténticos extorsionadores, que para todo les pedían dinero y en algunas ocasiones les hablaban de un restaurante de lujo en donde estaban comiendo y bebiendo para que pasaran a pagar la cuenta, el grado de extorsión fue tal que el negocio de la agencia de viajes quebró.
El relato es más dramático, pero por problemas de espacio hasta aquí se los dejó, ese es la porquería de estado que le deja Eruviel Ávila al supuesto ganador de las elecciones del 4 de junio, mismo que heredó de Montiel y de Peña Nieto, lo qué les espera a los mexiquenses.
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