Claudia Rodríguez
Los mexicanos ya hemos sufrido distintas Administraciones federales que han creído y creen, que la tarea de gobernar se constriñe a tener una buena fachada aunque la casa se esté cayendo en todas sus habitaciones y rincones.
Frente que utilizan los gobernantes para intentar codearse con la élite política y económica de otras naciones, y nada más.
Otro panorama que nos va derrumbando es que las nuevas legislaciones casi en cualquier materia, violentan o rebasan el propio sentido constitucional y con mucha regularidad, son inconexas entre sí. Ahí está el nuevo Sistema de Justicia Penal que no encuentra como utilizar los actos ilícitos de quien delinque para adjudicar un castigo del ámbito penal.
Es así, que ahora mismo, mientras el Gobierno de Enrique Peña Nieto insiste en sus reformas estructurales y los beneficios que nos han traído, a decir de él y su equipo; de las tan llevadas y traídas reformas, estas arrojan más saldos negativos que positivos.
Mientras todo se constriñe a la política y tratar de mantener en negro los indicadores económicos, además claro, de perpetuar su grupo en la cúspide del poder económico, se insiste, el país se cae a pedazos.
Incluso la forma de hacer política por esta descomposición busca nuevas rutas.
Si alguien cree que el crecimiento de la informalidad no tiene nada que ver con el mal gobierno, lo mismo que las pauperizadas nominalmente plazas de trabajo y que cada vez haya más despidos, sin que los sindicatos metan ni siquiera la nariz, ya no se diga las manos; sin dejar de mencionar como las pensiones a los jubilados se van reduciendo cada vez más.
El asunto diario de la violencia y la inseguridad en todo el país es tan preocupante, que uno llega a preguntarse si de verdad la inteligencia y el espionaje sirven para minar al menos un poco a la delincuencia.
El terrible gobierno doméstico nacional nos está arrastrando al fango o a las arenas movedizas de la descomposición en todos los terrenos, en donde incluso todo indica que hasta las generaciones de niños y adolescentes están destinadas de manera irremediable a no escapar de los flagelos de las drogas, porque es más fuerte el mercado que cualquier política anti consumo y hasta de la cohesión familiar.
Toda esta realidad se agravará sin duda, en los meses venideros en donde todos los actores políticos estarán concentrados en la lucha de permanencia o acceso al poder.
Acta Divina… ”Demanda energética señal de buen camino para México”: Enrique Peña Nieto presidente de México.
Para advertir…. Violencia, inseguridad, muertes, secuestros, más informalidad, menos paga, más niños drogados, menos escuelas… y más; son signos de que México no va por buen camino.
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