Todas las pruebas de laboratorio a las que ha sido sometido el gobiernito en las diversas regiones del país arrojan datos de corrupción inobjetables. Se trata de un virus de ambición sin límite inoculado a una pandilla de rateros, que debe exterminarse simplemente. Ya cualquier valoración de trastorno o diagnóstico de gravedad sale sobrando. Análisis, pruebas bacteriológicas, colonoscopías, radiografías muestran los destrozos.
La gente comprueba, con sólo levantar un documento o escuchar un farfullo, que el aparato está invadido por la metástasis de una enfermedad incurable y progresiva: la corrupción endémica de un grupo preparado a conciencia por sus padrinos de Atracomulco para robar, reprimir, robar, ejecutar, robar y exterminar a todo un pueblo.
No hay remedio ni vacuna que valga. El resultado siempre es inexorable. No sólo están incapacitados para gobernar un rancho. Están destruyendo la economía, el tejido social y lo que conocimos como Estado y geografía. No sólo no cumplen con la encomienda, sino que han ido más allá, ante la frustración se revela el desenfreno, lo esquizofrénico del arrase.
Prácticas de fullero, convertidas en argumentos de su ambición
Ante la desgracia, El Guasón Meade, dizque titular de la SHCP –ahí sigue al mando Videgaray– “pronostica” la histórica caída de la producción petrolera de Pemex, mientras los favorecidos –la parentela de Salinas, el propio Carlos Slim– de la llamada reforma energética, encuentran crudo en aguas someras frente a la costa de Tabasco… ¡de las que Pemex ya sabía desde hace, por lo menos, 10 años. Al mismo tiempo, Peñita da instrucciones para cancelar todos los contratos con Odebrecht. tratan de tapar el pozo después de que ahogaron toda esperanza. Prácticas de fulleros que pudieron haberse castigado y que ahora quieren convertirse en argumentos de su ambición, en “sus” razones de Estado que contrastan con los sucesos recientes en Perú y Brasil, donde sus respectivos ex presidentes, Humala y Lula, están ya condenados a chirona.
Y es que en todos lados están haciendo lo mismo: robar. Organismos creados para solventar la economía, la infraestructura, la comunicación terrestre y el trabajo familiar y colectivo, como Caminos y Puentes Federales de Ingreso y Servicios Conexos, han sido convertidos por los toluquitas en viles trampas y pantallas para encubrir negocios corruptos y gravosos para el pueblo.
La gente opta por “tomar” las casetas de peaje ante la depredación, lo mismo que los valerosos ribereños de Tabasco y Campeche niegan el acceso a sus muelles de los empresarios petroleros nylon y compañías favorecidas con las rondas petroleras, para que no accedan a los mantos de hidrocarburos . Éstas se vuelcan en reclamos contra los “favorecedore$” toluquitas, para que les regresen el moche, pero la lana ya no existe. El círculo cuadrado, el laberinto sin escape, todo es un estercolero.
Tanto los socios de Pedro Aspe, Emilio Gamboa, Carlos Salinas de Gortari, Felipe Calderón, Alberto Baillères, Rogelio Montemayor, y una larga lista de descastados, lacayos de las empresas petroleras, como los de Emilio Lozoya Austin, Luis Videgaray, Enrique Peña Nieto en OHL, no pueden ni imaginar lo que sigue. El ADN de los reptilianos los condena. Los llamados políticos mexicanos son una especie en extinción. ¡Ah!, pero eso sí, atiborrada de dinero mal habido.
Sánchez Woodworth, el lacayo para los “bisnes” de Benito Neme
La corrupción desbocada que se ha entronizado en Capufe, desde la llegada del doble compadre de Peña Nieto, el impresentable Benito Neme Sastré, es de antología, del museo del horror. Y todo ha sido comprobado por las víctimas que lo atestiguan y lo comprueban en todos los medios independientes a su alcance.
OHL, la empresa española beneficiada por el gobiernito con otros cincuenta años para robar incautos y cautivos, ha extendido su rapiña invasiva a todo el sector carretero. Seis empresitas locales han obtenido ventaja en las llamadas licitaciones para agenciarse contratos de mantenimiento en autopistas y carreteras, para embolsarse cerca de 800 millones de pesos.
El tráfico de información ha emanado desde la oficina de un tal Mauricio Sánchez Woodworth, lacayo para los “bisnes” del doble compadre Benito Neme, director de infraestructura de Capufe, que se la vive filtrando datos reservados a las compañías para que puedan obtener los premios. Los moche$ los recibe su cuñada, Estela Vega Montaño.
Hermano del secretario de Agenda de EPN, en el reparto de moche$
La organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad tiene en su poder documentos irrebatibles, ochenta testimonios de la operación fraudulenta que Sánchez Woodworth, su cuñada y Benito Neme vienen cometiendo desde que llegaron en el 2013, sobre las obras de Capufe calculadas en veinte mil millones de pesos. Obviamente el INAI ha decretado administrativamente ¡que los documentos se reserven en secreto hasta el 2027!
Mexicanos contra la Corrupción localizó los documentos en 20 expedientes de licitaciones, donde se reafirma que las seis empresas favorecidas recibieron información adelantada y confidencial, dejando olímpicamente en el camino a 152 ofertas de otras empresas que estaban enfiladas a ser ganadoras.
Las empresas derrotadas se habían comprometido a realizar las obras de mantenimiento con un costo a la mitad del concedido graciosamente. Las autorizaciones torcidas fueron firmadas por Roberto Ortega Reyes, delegado de Capufe en Cuernavaca, hermano de Juan Carlos, encargado de la Agenda de Peña Nieto desde hace ocho años. La misma claque, el mismo beneficio.
En los primeros tres meses de gestión, organizaron su delincuencia
Sánchez Woodworth utiliza como todo bandido el remoquete de “Morantes” para disfrazar sus intervenciones y tratos con las empresas, tratando de no ser identificado el infeliz. Su correo electrónico privado, morantes33@husmail.com, usted puede comprobarlo, pertenece a un sistema encriptado.
Y aunque la cuñada, Estela Vega Montaño, usa un correo electrónico con la clave “YSL” para intercambiar información con las favorecidas Construcciones y Desarrollo (ACRE), Desarrollos Tecnológicos del Noroeste y JADE proveedores, entre otros, la natural prisa del moche la ha forzado a dejar como destinatario el nombre de “Mau Sánchez Woodworth”, asociado en los entrambuliques a la clave “Morantes”, de su cómplice.
El infame Mauricio Sánchez Woodworth llegó a Capufe sin experiencia en el servicio público. Antes se había contratado como director de la Constructora Vallescondido en el Estado de México, de donde vienen todos los leale$. Si acaso sabía cómo vender ladrillos, no cómo construir y mantener carreteras.
Pero su eficacia ha rebasado los pronósticos. A tres meses de haber llegado al servicio de Benito Neme, Capufe ya había contactado con todos los mercachifles con el objeto de entregarles la información privilegiada, a cambio del institucional moche. Ganaron todas las obras y proyectos de mantenimiento.
Pero la cuñada Estela Vega Montaño no se limita a facilitar la información privilegiada de Capufe a las empresas, sino litiga obedientemente las cobranzas atrasadas y todos los asuntos de ellas ante la descentralizada, y autoriza a que entre las privilegiadas se intercambien la información adelantada, con el fin de recibir comisione$ sobre todos los asuntos bajo el sol.
El hijín de Jorge de la Vega, también en el atraco a Capufe
Una relación de proyectos de modernización de Capufe como el sistema de telepeaje, los dispositivos de control en carreteras, la red de fibra óptica y las autopistas México -Veracruz y México -Irapuato entraron en su cartera de negocios. En los proyectos aparece también el nombre de Jaime de la Vega, hijo del chiapaneco Jorge de la Vega Domínguez, llamado tío por Carlos Salinas de Gortari.
Jaime de la Vega es el intermediario facilitador de JADE Proveedores, asociada en este atraco con Constructora ACRE, y reciben todas las facilidades de Capufe, hasta el apoyo para registros notariales de todo tipo, autorizaciones balines de aumentos de capital, actas de finiquito de obras no terminadas y facturas apócrifas para justificar lo que se quiera. Claro, todo cuesta un gigantesco moche.
Sobra decir que en el llamado sexenio, las empresas representadas por el hijo de Jorge de la Vega Domínguez, “destapador” priísta del sobrinito Carlos Salinas, han decuplicado el valor de su capital y el número de contratos obtenidos con Capufe. El año pasado obtuvieron una utilidad neta de 770 millones de pesos.
El líder sindical, de la CTM, “tapadera” y parte del negocio corrupto
En los documentos en poder de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad aparecen también las constancias de los sobornos entregados a Marco Antonio Reyes Saldivar, por si algo faltara, Secretario General del Sindicato de marras, obediente para callar, como el que más. Protección le sobra, dice. Su papá es compadre del líder sindical Juan Manuel Aceves del Olmo, hermano del Secretario General de la Confederación de Trabajadores de México. ¡Hágame el refabrón cavor!
Reyes Saldivar, de otra parte, ha sido denunciado por trabajadores del IPN, tras su despido para otorgar a su empresa Reisco un contrato de limpieza, no obstante estar acusado de evadir impuestos al no registrar a su trabajadores ante el Seguro Social e incluso de presentar documentación falsa para obtener contratos en instituciones pública tanto de la capital como en todo el país.
Denuncia ante PGR de Mexicanos contra la Corrupción será ignorada
En una respuesta absolutamente reptiliana, Capufe presentó una denuncia de hechos ante la Procuraduria General de la República para que se investiguen los hallazgos de la investigación periodística de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad. Correrá la misma suerte que las invectivas que la PGR lanzó contra los reveladores de las truculencias de Peña Nieto con la empresa brasileña Odebrecht. El ladrón siempre grita que ¡agarren al ladrón!
Todo es un círculo cuadrado de ignorancia, robo, depredación, robo, hambre, robo y muerte, en éste que han convertido en un país desgarrado.
¿Usted qué haría?, pregunta el facilitador de favoritos indeseables y espía de adversarios que despacha en Los Pinos.
Índice Flamígero: Seguramente usted se percató del espesor de la carpeta de concreto del llamado Paso Exprés en la autopista México-Acapulco, en los videos que han circulado en medios y en redes sociales, tras la fractura del encarpetado, a la que se ha llamado socavón. Es sumamente delgada para la cantidad de tráfico y el peso que debe soportar. Es de mayor densidad la que el gobierno de la CDMX extiende sobre el Paseo de la Reforma para que sobre ella circule el Metrobus. Seguramente, como es costumbre sexenal en la SCT –Secretaría de Corruptelas y Tranzas– se supervisó y autorizó la casi lámina de concreto, a cambio de más ganancias para los fruncionarios toluquitas, a costa de la seguridad y la vida de quienes pagamos impuestos, sus sueldos y les damos recursos con los cuales hacen “bisnes” corruptos. Con nuestro dinero, ¡por Dios! + + + Y ayer mismo, El Richard Gere Región IV Gerardo Ruiz Esparza, aplicó la Ley de Hilados y Tejidos que, en su artículo único, señala a la letra: “El hilo se rompe por lo más delgado”. Y despidió al delegado de la SCT en Morelos. ¿Así no’más? + + + Inútil será pedir que la cómplice Auditoría Superior de la Federación pida cuentas por el sobreprecio pagado por el ahora llamado “Paso de la Muerte” o tramo Tlahuica. Se presupuestó en la mitad de lo que realmente se pagó por ella… 2 mil 213 millones de pesos. ¡Una barbaridad!
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