Joel Hernández Santiago
La irresponsabilidad, la incapacidad, la desvergüenza, la corrupción y el cinismo están ahí, en el socavón que costó la vida a dos personas el 12 de julio en el recién inaugurado Paso Express de Cuernavaca y que, de forma trágica, exhibió la naturaleza del gobierno federal mexicano.
Lo que se ve ahí es la construcción de un tramo de carretera elevado mal hecho, mal terminado, mal planeado y con deficiencias de tal forma evidentes que fueron advertidas con anticipación a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes para evitar un daño mayor; pero no hicieron caso y ahí está el resultado fatal que nos duele a todos y nos indigna porque es, por decirlo así, la gota que derrama un vaso en el que se han acumulado agravios…
El gobierno de Enrique Peña Nieto ya ha dicho lo que tenía que decir cuando está a punto de terminar: y lo que nos dice es que aquí todo ocurrió a espaldas de los mexicanos, que todo acto de corrupción e impunidad son permitidos y que quienes gobiernan no entienden la razón de su encargo que es el de atender los requerimientos nacionales sin perjuicio de nadie que esté en ley.
Pero nada. Tanto el incremento de la violencia, el crimen, la inseguridad, la falta de trabajo para muchos, la crisis económica que ya llegó al bolsillo de muchos y a la panza de los niños es el cotidiano en un país que quiere aparentar ser parte del supra mundo en reuniones de los 20 más desarrollados, pero en donde el socavón entre la clase beneficiada y la desprotegida es muy grande, tan grande como el que ocurrió el miércoles pasado en Morelos.
En primer lugar: ¿a quién se le ocurre nombrar como titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes a un abogado en una responsabilidad técnica y muy especializada?
Gerardo Ruiz Esparza es abogado por la Universidad de La Salle, con maestría en Derecho Comparativo y Administración Pública por la Universidad de Ann Arbor en Michigan, EUA. Ha sido especialista jurídico y delegado del Banco de México, sub director jurídico en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público…
… Adscrito a la Secretaría general de Gobierno en el Estado de México, en el Infonavit en el DF; director jurídico en el IMSS; director jurídico de Aeropuertos y Servicios Auxiliares; director de administración en la Comisión Federal de Electricidad y nombrado Secretario de Comunicaciones y Transportes en el Estado de México por el gobernador Enrique Peña Nieto…
… Quien en 2012 lo nombró titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes de su presidencia y quien desde su responsabilidad en la SCT lleva a cabo la obra de infraestructura carretera del país en espacio federal.
Nombrar por nombrar a gente que no tiene experiencia en la responsabilidad que asumirá ha sido un signo de este gobierno: ocurrió con la ex secretaria de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu que desconocía el tema y que luego ‘tuvo que renunciar’ para dar paso al Luis Videgaray, el mismo que construyó la humillante visita del candidato a la presidencia Donald Trump en tiempos en los que despotricaba a diestra y siniestra en contra de México y los mexicanos…
El mismo Videgaray dijo que no tenía experiencia en el cargo de Canciller mexicano, pero que aprendería: ya en Cancún se vio que no aprende y sus errores ahí todavía resuenan en la OEA y en América Latina; o como es el caso de Aurelio Nuño como secretario de Educación Pública en un país en crisis educativa y con problemas serios de sindicalismo… Y así muchos casos más.
El eje central de todo esto es la integración de un equipo de gobierno improvisado que no ha entendido su responsabilidad, que desconoce sus tares y que no asume los resultados adversos como errores propios y los achacan a todo, menos a su competencia…
Ruiz Esparza acudió al lugar de la tragedia el miércoles 12 y de inmediato sacó de la chistera su diagnóstico del socavón trágico: exceso de lluvias y basura acumulada. ‘Esto llevó a reblandecer la estructura del Paso Express…’
¿Y los estudios de suelo? ¿Y los carísimos diagnósticos de viabilidad para la construcción ahí del Paso Express? ¿Y la calidad de los materiales? ¿Y la construcción del mismo, durante el cual hubo 80 accidentes viales con saldo de 21 personas muertas? ¿Y la licitación? ¿Y la experiencia y conocimiento de los constructores entre los que hay gente que nada tiene que ver con obras de construcción? ¿Y las mochadas? ¿Y la corrupción? ¿Y la impunidad? ¿Y el enriquecimiento ilícito?
Nadie sabe nada hoy. Lo que sí sabemos es que hubo el rompimiento del Paso Express; que se precipitó un vehículo en el que murieron padre e hijo; que la SCT otorgará 2 millones de pesos por cada persona muerta a los familiares y que las empresas constructoras se ofrecen a entregar a cada uno 500 mil pesos y la garantía de que arreglaran el puente…
Esa es, según este grandísimo cinismo, la solución. ¿Cuántos puentes, carreteras y vías de comunicación están a punto de socavón en el país?