* Hacen un esfuerzo para que entienda lo que es transparente: el corrimiento de las correas de transmisión del poder, de la secretaría de Gobernación a la de Hacienda y Crédito Público, porque es en ésta donde se negocian los montos y los tiempos de la entrega de las participaciones federales en los programas estatales. La observancia puntual del federalismo, apoyada en la fuerza del dinero, me aclaran
Gregorio Ortega Molina
Para la sucesión presidencial todos tienen sus preferencias -subjetivas, afectivas u objetivas- y muchos cruzan apuestas. Pero lo primero a dilucidar es la candidatura de los partidos, salvo la de Morena.
Me convocan a bonito desayunadero del barrio de San Ángel Inn, para exponerme las razones por las cuales Luis Videgaray Caso se convertirá en el candidato de lo que queda del PRI y, casi con certeza, en el futuro presidente de México.
Escucho atento, tomo nota de la cuidadosa elección de los términos políticos para referirse a él. Ajenos a los elogios, pero puntuales en la ponderación de los atributos, se empeñan en que comprenda que lo percibido como derrapes en la conducción de la economía, y los aparentes perjuicios por la apurada visita de Donald Trump antes de que la suerte en la elección presidencial de EEUU estuviese echada, sólo son aciertos con fallas en la percepción inicial de los benefactores del Pacto por México, las reformas estructurales y la actualizada diplomacia mexicana, adecuada al nuevo tiempo, distante de la doctrina Estrada y de esa peregrina idea de la no intervención.
Hacen un esfuerzo para que entienda lo que es transparente: el corrimiento de las correas de transmisión del poder, de la secretaría de Gobernación a la de Hacienda y Crédito Público, porque es en ésta donde se negocian los montos y los tiempos de la entrega de las participaciones federales en los programas estatales. La observancia puntual del federalismo, apoyada en la fuerza del dinero, me aclaran.
Mientras el mesero se mueve en silencio y con agilidad en torno a la mesa, el monólogo dedicado a convencerme hace pausa. En cuanto desaparece me indican que el ensayo de la elección en el Estado de México le salió que ni pintado al señor Videgaray Caso, al haber demostrado que pueden usarse con limpieza y de manera inteligente, los recursos económicos para apabullar a los contrincantes de Alfredo del Mazo III.
Mientras los escucho perorar hago cuentas de simple aritmética: si -dicen- la elección del Estado de México costó 50 mil millones de pesos, ¿cuánto costará la presidencial? ¿Hay dinero para comprarla, o sólo son arreglos?
En cuanto a la relación con EEUU, todo indica, afirman, que ha sido cuidada hasta el último detalle, pues a eso obedeció la postura de México en la reunión de la OEA desarrollada en Cancún. Haber perdido el voto contra Venezuela fue un éxito, porque así se justificará más claramente la intervención de la inteligencia estadounidense en la política interna de esa nación.
Así las opiniones, ¿qué puede usted decir, querido lector? ¿Vamos por el camino correcto?
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