Javier Duarte de Ochoa, ex –gobernador de Veracruz es uno de los miembros de la clase política mexicana más representativos de la corrupción, pero no es el único, hay casos como el ex –gobernador del Estado de México, Arturo Montiel Rojas, quien le da 20 y las malas al veracruzano, para hablar en términos coloquiales.
Arbitrario, prepotente, corrupto hasta el tuétano, Montiel ha contado con el manto protector de sus dos sucesores en la gubernatura mexiquense, primero por Enrique Peña Nieto que los exoneró con argucias legaloides a pesar de las denuncias en su contra y, después por Eruviel Ávila que lo sigue tolerando porque también en este sexenio ha hecho de las suyas.
No hay que ir muy lejos, el de Atlacomulco se tuvo que bajar de la contienda interna para elegir al candidato de su partido en el 2006, luego de que desde el mismo PRI le dieron una balconeada de su tamaño, con documentos que fueron filtrados al programa El Mañanero que transmitía Televisa, en donde se mencionaban todas sus corruptelas y los negocios de familia. No le quedó otra que decirle adiós a la aspiración.
Es cierto que Duarte dejó en la ruina a Veracruz y si no que lo diga Miguel Ángel Yunes, pero lo que hizo Montiel en el Estado de México, hace ver como niño de biberón al ahora preso en el Reclusorio Oriente. Durante su mandato (1999-2005) “entregó grandes contratos de obra a sus hijos”, familiares cercanos y amigos y corrompió a muchos miembros de la oposición para que se plegaran a sus caprichos.
La vida personal del ex –gobernador no está exenta de escándalos, hay casos de “tortura y maltrato a mujeres que han compartido su vida matrimonial” como es el caso de la prestigiada periodista, Norma Yolanda Meraz Domínguez, la tercera esposa en su larga lista, a quien por maltrato le provocó lesiones que pusieron en peligro su vida.
Meraz Domínguez presentó, en su momento, una denuncia ante la Agente del Ministerio Público, Diana Osorio López, la que dio pie a que se abriera la Carpeta de Investigación No. 160250620111910 por el delito de lesiones como “indiciado Arturo Montiel Rojas”, que ahí duerme.
Denuncia que por cierto “desapareció” en el tiempo que estuvo al frente de la Procuraduría General de Estado el actual titular de la Conade, Alfredo Castillo Cervantes y el subprocurador, Salvador Neme Sastré como lo cuenta con tristeza nuestra colega.
“En abril de 2015” Montiel presenta “una demanda procedimiento especial de divorcio incausado” en contra de su tercera esposa, Norma Meraz, alega que no se procrearon hijos y que la conyugue era “autosuficiente económicamente” para así evitar la pensión a la que legalmente tenía derecho.
Los agravios en contra de Meraz Domínguez llegaron hasta “la expulsión del domicilio” que compartieron durante varios años, en donde el maltrato y la violencia que ejerció en contra de ella le provocaron “daños físicos en sacro, tibia y peroné del pie derecho” que la obligaron a trasladarse en “silla de ruedas” por algún tiempo.
¿En quedó la justicia mexiquense?
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