Francisco Gómez Maza
• Lo que sube no vuelve a bajar en la economía
• La inflación se alocará de ahora al final del 18
Mal chistorete del señor Meade, secretario de Hacienda y Crédito Público del gobierno de Enrique Peña Nieto- Ay, Señor. No gana uno para vergüenzas con estos académicos emanados de universidades particulares.
Qué quiso decir don José Antonio con esa declaración de que la inflación se vio impactada por un solo producto y de manera temporal y tenderá a ir decreciendo hasta llegar a los niveles que está previendo el Banco central, estimó el secretario.
En términos generales nosotros seguimos pensando que la trayectoria de la inflación va a ser decreciente; la trayectoria de precios va a converger en los tiempos que el Banco de México ha señalado”, dijo en entrevista en el marco del evento sobre el Sector Financiero y el Empoderamiento de las Mujeres.
Y ahora también resulta que la inflación que dio a conocer la mañana de este miércoles el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) vale la pena que se vaya desmenuzando entre sus diferentes elementos, y vale la pena poner en perspectiva que el dato que hoy vimos se explica en buena medida por la variación de un solo precio.
Siempre hablan de supuestos, de suposiciones como esta de que, si se elimina la evolución extraordinaria del precio del jitomate y de la papa, la inflación hubiera sido casi 30 puntos menos; estaría cerca de 6% y 6.08%, es decir, menor al mes anterior.
O sea, ves, que si mi abuelita tuviera ruedas sería bicicleta, pero ya éramos muchos y a la viejita se le ocurrió parir. Y la verdad es que no se ve cómo la tendencia a la baja, que sólo ve el señor Meade, comenzará a ir h hacia la baja. Otra vez, ay dios mío. Y ¿cuándo, en la economía algo que sube baja? E insiste el funcionario comodín del gabinete de Peña Nieto que “esto confirma la tendencia que comenzamos a ver hacia la baja.”
Pero en qué escuela de economía estudio el señor Meade. Ah y además está hablando de una inflación ficticia, hechiza, la que ven y la que miden los ignorantes economistas de Hacienda y el INEGI porque si usted le mide la inflación a los productos básicos que cada semana tiene que ir a comprar en el súper, se va de espaldas y más la inflación de los básico o sea el crecimiento alto y sostenido de los precios de los productos que deberían de consumir los 70 o más millones de pobres que sobreviven gracias a las políticas seudoeconómicas del gobierno actual.
Vea cómo ni el señor Meade ni nadie se preocupan y menos se ocupan de los pobres. Una inflación del 6 por ciento ya es un crimen de lesa humanidad en un país como México en donde sólo se apropian de la riqueza grande, de los grandes medios de producción, el 5 por ciento de la población y ahora los nuevos dueños a los que el gobierno les regaló el petróleo y la infraestructura para procesarlo.
A los ricardos ni les va ni les viene el nivel de inflación que mide el INEGI. La inflación es sólo el impuesto de los desheredados, de los pobres. Y esto le importa un bledo al señor Meade, más preocupado por quedar bien para que el gran elector lo señale con el dedo índice como candidato del PRI a la presidencia, aunque le da igual ir con el PRI que con el PAN, o con el Verde. Pero le da igual porque el PRI de todos modos gana y todo el mundo sabe que haciendo chanchullos, comprando votos y regalándole a los muy pobres una pinchurrienta despensita.
Les prometo, amigos, que la inflación que mide el INEGI no bajará del 6 y menos ahora que los priistas se están peleando en una guerra intestina que los va a sacar de la jugada, aunque no me lo crea José Ramón Martel, que insiste todavía en querer revivir al otrora partidazo.
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