Claudia Rodríguez
Cuando corrió como agua de río embravecido de la información proveniente del Departamento del Tesoro del Gobierno de los Estados Unidos respecto a que el futbolista mexicano Rafael Márquez, conocido por muchos –no sólo por sus hazañas en el campo de juego— al igual que el señor Julión Álvarez, del que se acota es cantante; participaban en una red de narcotráfico liderada por el mexicano Raúl Flores Hernández, lo que más resultó impactante, es que muchos desde ese momento y hasta ahora, se mostraron incrédulos.
Es cierto que tanto Márquez como el señor Julio César Álvarez Montelongo (Julión), tienen derecho a primero conocer en términos legales cuales las acusaciones y señalamientos puntuales y también defenderse de los mismos. Pero el recelo parece cosa fuera de lugar en un país al que el narcotráfico y/o han llegado instalarse como en un verdadero paraíso.
Las actividades ilícitas se reproducen y alcanzan a personas que se dejan corromper por las ganancias exorbitantes que se obtienen en tiempos récords y en donde como en otros flagelos que aquejan a la sociedad mexicana, sino les sorprenden o cuentan con uno o más protectores políticos, salvan sin problema cualquier acusación o penalización.
El narcotráfico ofrece oportunidades de capitalizarse de manera más clara a nuestra juventud, ya casi de cualquier punto del país, que la vía del estudio y la profesionalización.
Es decir, no es un asunto como de otro planeta que alguna personalidad se vea envuelta no sólo en la recurrente defraudación fiscal, sino que se le conozcan ligas extraordinarias con capos medianos o de altos vuelos.
Relacionar el mundo del narco con las personas públicas, es la forma también en que los delincuentes líderes creen acercarse al mundo de todos los demás, como si lo que hicieran no estuviera fuera de la legalidad, pero en la marcha los lazos muchas veces se hasta los mismos negocios ilícitos.
Se han escuchado decenas de voces deseándoles suerte a Márquez y Álvarez en los señalamientos del Departamento del Tesoro estadounidense, mismos que ya investiga la Secretaria del Hacienda y Crédito Público y la Procuraduría General de la República.
Aunque no es linchamiento como muchos acusan, pero el futbolista y el cantante no requieren suerte, sino ser y mostrarse inocentes.
El narcotráfico crece como espuma y el Gobierno mexicano, lo único de loque es capaz, es de eliminar las fotografías del presiente Enrique Peña Nieto y los que se presumen grandes delincuentes.
Acta Divina… “Atlas F.C. le desea éxito a Rafael Márquez en el proceso que enfrenta y espera que la situación se esclarezca lo antes posible”.
Para advertir… ¿O todo es una negociación entre nacionales?
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