En casi todos los análisis de los diarios “institucionales” –aquellos que celebran convenio$ con el gobiernito, mismos que no facturan–, en comentarios financieros de prensa, en medios radioeléctricos pretendidamente funcionales al sistema, en diversos tonos, arrecia el ataque contra los pronunciamientos nacionalistas de todo origen. Esto lleva a la necesidad de siquiera saber con qué se come y a qué sabe lo atacado.
¿Por qué tiene actualidad el nacionalismo, no sólo en México, sino en el panorama de todas latitudes? La profunda crisis del Imperio gabacho, su doble déficit fiscal y financiero que lo ha metido en un atorón que diversos premios Nobel de economía han previsto que se prolongará los próximos 50 años, impone la necesidad de siquiera otearlo.
Una profunda estanflación, la derrota del monetarismo y el monopolio de contadas empresas sobre el modelo de la globalización, más los extremos a que han llegado los caprichos, dislates y algaradas del Orange Trump, han puesto sobre el tapete de la realidad los alcances y parámetros de esta desquiciante situación.
Hay un reposicionamiento de fuerzas en Europa, Asia Menor, Rusia y Oriente, que hasta hace un año parecía impensable. El hartazgo internacional hacia la hegemonía estadounidense se refleja en los terrenos productivos, comercial, bélico, industrial, tecnológico, festejando las exequias del pensamiento único de la opresión.
El pensamiento de los oprimidos, llamado a influir en los progresistas
En México, empero, quieren que nos sigamos chupando el dedo. Ven la tempestad y siguen echando cuetes. Ante la evidencia del truene de la economía exportadora como proyecto nacional, ante el repliegue de las trasnacionales maquiladoras de la frontera norte, que se recorren cada día más…
… hacia las franjas sureñas del planeta buscando como industrias itinerantes de rapiña y expoliación mano de obra más abundante, menesterosa y hambrienta que les ahorre todavía más costos de producción, jamás vamos a ser competitivos en las tradicionales formas de abandono de las decisiones y espera de la salvífica inversión.
El pensamiento de los oprimidos está llamado a influir sobre las corrientes progresistas de Europa, Asia y los mismos Estados Unidos, cuya población mayoritaria ya se encuentra enfrentada con los operadores neoliberales de un sistema económico caduco, decadente e indefenso. Hoy recobra su exacta dimensión el nacionalismo histórico mexicano.
Nacionalismo para rechazar los privilegios de clases, razas, sectas…
Nuestro nacionalismo no es hechizo. Encuentra sus antecedentes en las luchas liberadas durante el siglo XVIII por los pueblos que buscaban liberarse de señores feudales y monarcas absolutos, apoyándose en la ideología de la soberanía del pueblo, contenida en los escritos de los grandes enciclopedistas y contractualistas europeos.
Históricamente, el nacionalismo mexicano representa el resumen de las luchas del pueblo para proteger los recursos naturales de la codicia imperial. La defensa de la libertad, la independencia, las raíces ancestrales y nuestra convicción colectiva.
Desde el punto de vista social, el nacionalismo se ha blandido para convocar a la cohesión cultural en torno a la dignidad de la persona, la integridad de la familia, el interés general de la sociedad para preservar la igualdad de derechos y obligaciones comunes…
… rechazando los privilegios de clases, razas, sectas, grupos de presión, sectas intolerantes, sexos o individuos privilegiados con intereses particulares, sujetos improvisados y habilitados por quienes parten el bacalao para conducir formalmente al país. Cualquier parecido con la actualidad, es mera coincidencia, usted sabe.
Opuesto al europeo que desembocó en el exterminio genocida
El nacionalismo de hoy es radicalmente distinto del que ha sido utilizado por minorías raciales, industriales y étnicas con pruritos de superioridad antropomórfica y, desde luego, opuesto diametralmente al nacionalsocialismo europeo que desembocó en una decadencia ensangrentada y el exterminio genocida.
Es esencialmente distinto de aquél que, sustentando las luchas de los movimientos de liberación nacional en Asia y África después de la Segunda Guerra, para lograr la independencia formal de las potencias monoexportadoras, manipuladoras de élites locales que adoraban cultos sincréticos y que habían sido educadas en Europa para prolongar la agonía de las antiguas colonias.
Se requiere de nacionalistas diferentes a los codiciosos mexiquenses
No hace falta ser un experto para llegar a la conclusión que con el patrimonio cultural que tenemos en México sobre el triunfo coyuntural del nacionalismo como bandera, no es tan necesario tomar acciones tan radicales para lograrlo, o lo que es peor, para empezar por conocerlo. El camino ya ha sido andado y ha reportado los orgullos de esta nación.
Sólo se requiere de nacionalistas, tan diferentes estructuralmente al grupo de dominación codicioso mexiquense que hemos empoderado. Superar los rezagos con dos dedos de frente, afinar medidas, abatir las inercias y precisar las grandes prioridades de la estrategia, orientada a afirmar la seguridad y la justicia.
Un sistema político surgido de un movimiento social armado de masas, no puede darse el lujo de creer a rajatabla en los mitos de la globalización samaritana del TLCAN, ni andar exaltando los esfuerzos ñoños que se relatan en los medios a modo sobre una batalla fantasiosa, donde sabemos de antemano que el destino sigue marcado como en póker de velorio ranchero.
Los “negociantes” mexicanos del TLCAN, derrotados de antemano
La sumisión del equipo dizque negociador de la pandilla de Videgaray y Peña Nieto –encabezada formalmente por el negociante, que no negociador, Ildefonso Guajardo– es indudable. Ellos están para servir al patrón de allende las fronteras, el mismo que los ha agarrado como voceros y mastines de su monopolización total del país, del entreguismo ridículo de sus élites descastadas.
Da pena ajena la participación cotidiana de paneles de supuestos especialistas, platós de gente manipulada, sin argumentos confiables, sin opiniones propias, que se desgañitan asestándonos el retintín de que los negociadores que han gozado de los moche$ de las trasnacionales pueden enderezar un barco naufragado de antemano.
La conciencia popular, la opinión pública informada, el curso nefasto de los acontecimientos nos indican de que lo único que negocian es la entrega obediente e interesada a argumentos externos que no tienen absolutamente nada que ver con nuestras necesidades urgentes de empleo, capacitación para el trabajo, adquisición de tecnologías para competir, ganas de liberación.
El anexionismo a EU es la exclusiva consigna de EPN y Videgaray
Así es que, a otro perro con ese hueso mal roído. La solución siempre ha sido la conciencia nacionalista. Mientras no demuestren que tienen eso, sabremos que ninguna codicia, ningún chile les raspara el ánimo. El anexionismo al gabacho es su exclusiva consigna, siempre a espaldas del pueblo y haciéndonos creer que se envuelven en la bandera nacional.
Ellos creen que llegaron para quedarse. Nada más obtuso, ni más lejano al ánimo popular. Seguirán siendo derrotados por los indefensos, los que sólo pelean por el pan y por la paz. Los nuevos condenados de la Tierra. Ellos sólo negocian la mejor y más fácil manera de entregarnos.
Así es que no hay de otra: todos contra los destructores sistemáticos del orgullo mexicano.
¿Usted qué haría?, pregunta el descastado que nos hace creer que lucha por la independencia y la soberanía, desde la caverna artillada de Los Pinos.
Índice Flamígero: Hace más de dos décadas México entregó a Estados Unidos toooda su actividad industrial –para convertir al país en maquilero, mientras se robotizan las empresas del gabacho–; toooda su actividad agropecuaria, excepto la de exportación, para satisfacer a los consumidores de allende el Bravo; toooda la mano de obra, a la que se somete a salarios equiparables al que recibían los esclavos; prácticamente tooooda la minería, a los “socios” canadienses; tooodos los servicios financieros, más recientemente, y “gracias” a las reformas estructurales, ya se están llevando tooodo el petróleo los grandes consorcios internacionales… La pregunta es, ¿qué se van a llevar ahora nuestros dizque asociados comerciales? ¿Los litorales? ¿Qué? + + + Nos recuerda don Alfredo Álvarez Barrón que hay “tensa calma entre Corea del Norte y E.U.”, a lo que El Poeta del Nopal revira:
Los dos sacaron sus cuetes,
como en el Lejano Oeste,
(pero a ninguno le apueste
porque los dos son ojetes).
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