Claudia Rodríguez
Estudiar en escuelas públicas o en las que son de enseñanza privada, para muchos mexicanos no es un asunto de opción.
Millones de mexicanos son destinados a cursar sus estudios en planteles educativos del Estado y o estatales, que no por ello son de instrucción deficiente, incluso muchos de ellos se destacan a nivel mundial, sobre todo a nivel preparatoria y universitario.
Pero lo que aquí hoy se pone en tela de juicio es la calidad de la enseñanza primaria que imparte el Estado.
A partir del año escolar 2016-2017, apenas el que acaba de terminar, con la reforma educativa el programa Escuela de Calidad que por 15 años consecutivos se implementó y que en algunos planteles estaba dando buenos resultados, en la práctica, desapareció.
Las autoridades han dicho al respecto que no fue así, que sólo se fusionó con otros nuevos programas como Escuela Segura, De Tiempo Completo y hasta las que llevan el apellido de Reforma Educativa.
El hecho es que el programa Escuela de Calidad que surge en 2001 como una estrategia para atender a las escuelas públicas de educación básica en zonas urbanas de media a muy alta marginación, estaban tras cinco quinquenios encontrando una verdadera ruta para dar y mostrar a esos niños y también a sus maestros, nuevos horizontes, aspiraciones más allá de lo que su entorno les ofrece.
Pero claro, la reforma educativa de Peña Nieto y compañía, vino a dar al traste con ese programa que estaba dando frutos porque además había rendición de cuentas de todo tipo; desde económica hasta en conocimientos.
Con 55 mil pesos anuales en esas escuelas se estaban salvando conciencias y quizá hasta vidas y futuros.
A todas esas escuelas que les cortaron las alas, les enviaron un memorándum frío, señalando que el recurso anual se les retiraba porque ahora era necesario fusionarlo con otros programas urgentes como el de Escuela Segura por los altos niveles de inseguridad, violencia e incluso prácticas delictivas que se presentaban en más del 60 por ciento de los planteles en todo el país.
El fracaso de las Escuelas de Tiempo Completo es tal que sólo bastó un año para que más del sesenta por ciento señalará ya no implementar dicho programa, pues los recursos enviados por la Federación apenas les alcanzó para el arranque del mismo programa.
Esto que sucede y que es muy negativo, en resumen muestra que lo malo no se cuenta pero cuenta mucho. Y en este caso comprometen de manera terrible el futuro de nuestros niños y nuestros jóvenes.
Pareciera que el objetivo es forjar mexicanos despersonalizados y sin conciencia. Lo peor es que lo están logrando con su reforma administrativa y no educativa.
Acta Divina… Educación de calidad, la mejor defensa ante retos y amenazas: Aurelio Nuño, secretario de Educación Pública.
Para advertir… Cada vez menos recursos a la educación pública y más a los negocios de la Administración.
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