Francisco Gómez Maza
• ¿Fin al descontrol, la opulencia y el exceso de los partidos?
• No habrá recursos para más privilegios de la clase gobernante
Pedro Kumamoto (27), alumno de los padres jesuitas del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) en Guadalajara, estaba eufórico, feliz, y no podía ser menor, pues entró e hizo fuego.
Ganó una curul en el Congreso local de Jalisco como candidato independiente y venció a la partidocracia y a la clase política, cuando la mayoría aprobó la ley: #SinVotoNoHayDinero.
La reforma fue impugnada. Pero después de que el partido verde, nueva alianza y morena impulsaron una acción de inconstitucionalidad, la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró a tal ley como constitucional, dándole un revés a la apuesta de la clase política: seguir siendo indolentes a sus excesos y falta de representatividad, como lo escribió Kumamoto, para celebrar el hecho, testimonio que fue difundido por Nación321 un destacado medio digital que está haciendo historia en la escena virtual del periodismo.
Para Kumamoto, la acción de la Suprema fue un gran golpe para el espíritu de pesimismo y derrota que vivimos en el país, con justas razones: el lunes 28 de agosto la Corte resolvió que el Congreso del Estado de Jalisco actuó, en todo momento, conforme a la ley y que, por tanto, no se puede tirar dicha normativa.
El hecho, inédito en la historia de la política electoral mexicana, es, para Kumamoto principalmente, una gran noticia:
En primer lugar, da verdadero gusto no entregar recursos para más privilegios de la clase gobernante. Los partidos políticos en Jalisco van a recibir alrededor de 70% menos de recursos económicos mientras sigan alejados de las personas.
Nos ahorraremos matracas, banderines, basura electoral y comilonas de sus dirigentes. Por poner cifras, estamos hablando de algo así como 550 millones de pesos, que no se irán a sus bolsillos de 2019 a 2021.
Pero las buenas noticias no acaban ahí. Esta resolución de la Corte es histórica porque obliga a los partidos a repensarse, pues va en sentido opuesto de lo que ha sucedido por decenas de años en este país: el descontrol, la opulencia y el exceso de los partidos.
Con cada reforma electoral lo que nos esperaba era incrementar los recursos para quienes no nos representan… Y eso terminó ayer (lunes 28 de agosto). Por eso, este precedente es tan valioso, ya que permitirá revertir una tendencia histórica y, por otro lado, deja las excusas de lado e invita a los estados de la república a definir qué destino debe llevar el financiamiento de partidos políticos, de acuerdo con el testimonio del joven diputado.
Finalmente, la buena noticia que significa #SinVotoNoHayDinero no sólo obedece a los recursos económicos, sino a la construcción de unidad en el país. Esta iniciativa se ha convertido en un pretexto para el encuentro de las distintas ideologías políticas, latitudes y ocupaciones.
“Esta iniciativa me recuerda – parangonéa Kumamoto – al parque de mi infancia, lugar de encuentro con mis mejores amigos. Ahí pasé buenos ratos jugando tazos, intercambiando cartitas de los álbumes de moda, practicando fútbol entre dos pares de troncos, que a nosotros nos parecían buenas porterías.”
Ese parque fue un lugar donde Pedro aprendió el orden de las hormigas, donde comenzó a admirar la fuerza de las lluvias en Guadalajara, donde se hizo de su primera y única colección en la vida: obsidianas y cortezas de los hules y jacarandas del lugar. Ahí conoció a la primera chica que le gustó, ahí hizo su primera de dos fracturas, ahí forjó amistades para toda la vida.
México necesita ese parque. Un espacio para la reunión, más allá de las diferencias, que el mundo se esfuerza en recordarnos. Este país puede sacudirse de las distancias, naturales o creadas; este país puede tirar muros para poder construir un futuro. “Sí, nos dijeron que #SinVotoNoHayDinero era imposible. También eso dicen sobre resolver la pobreza, inseguridad o la corrupción, causas de la preocupación de la mayoría de la sociedad. Ya sabemos que es posible; entonces la pregunta es: ¿Cuándo, como sucedió en esta iniciativa, nos vamos a unir para cambiar también el destino de estas enormes problemáticas?
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