Claudia Rodríguez
No hay que tener una bandera feminista para reconocer cuánto las luchas sociales de decenas de mujeres han logrado para millones de féminas, en cuanto a derechos igualitarios de los individuos de la sociedad.
Para algunos parece un curso natural nuestra posición de igualdad en muchos terrenos junto a los hombres, pero incluso los romanos que tanto heredaron al mundo actual en materia de normas jurídicas en el ámbito político y social, advertían que una mujer valía mucho menos que un esclavo. El hombre cautivo podía por diversas circunstancias adquirir su libertad, pero las mujeres jamás.
Se advierte incluso que el cristianismo que permeo entre los mismos romanos como pólvora y que señala la igualdad de la mujer y el hombre ante una entidad divina, fue el gran irruptor en el papel de la mujer en la sociedad romana, pero siempre hubo y hasta ahora existen teorías, tesis y simples anotaciones de que las mujeres estamos sujetas a diversos factores para decidir nuestro actuar y sobre nuestros derechos.
En México, las alertas de feminicidio –que si bien es una trampa legal porque no está asentado en ningún Código Penal–, se escuchan una y otra vez en todo el territorio nacional, siendo su origen en Ciudad Juárez, Chihuahua en dónde a las mujeres aún son asesinadas por hombres, sólo por su condición femenina.
Es cierto que en México igual asesinan a hombres y mujeres por sus ideas, por rebelarse ante la injusticia, por ser jóvenes, por ser ancianos, por ser mujeres y por muchas otras cosas más.
Pero ni las feministas, ni los hombres y mucho menos las autoridades, deben perder de vista que ninguna voz que se levanta en contra de una injusticia y de un patrón constante para asesinar a las mujeres, es en vano.
No nos podemos callar. No se trata sólo de indignación ante un denominado feminicidio, es miedo, es pavor por nuestras hijas e hijos, nuestros jóvenes.
Respeto a quien advierte que un feminicidio es un simple homicidio, pero la constante de asesinar a cientos de mujeres a manos de hombres, no es casual, hay una constante de odio y menosprecio.
Acta Divina… “Inaceptable la violencia contra ellas”; advertía el presiente Enrique Peña Nieto en el 2013.
Para advertir… ¿Por qué no tipificar legalmente el feminicidio?
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