* Desaparecer es distinto a dejar de existir, a fallecer en un accidente, a ser secuestrado: es estar muerto, sin estarlo
Gregorio Ortega Molina
Desaparecer en México no es acto de prestidigitación, tampoco un espectáculo de David Coperfield; irse ahora sin dejar rastro, puede resultar más siniestro que haberse perdido en las crujías de San Juan de Ulúa, en el apando, o en los calabozos de la Escuela de Mecánica de la Armada, en Argentina, o que haber empezado a recorrer los círculos del Infierno en el Estadio Nacional de Santiago de Chile.
Lo único verificable es que las estadísticas en este rubro distan mucho de ser confiables. Desaparecer no involucra a las policías, ni a ninguno de los tres Poderes. Y si algún rastro se encuentra de los seres queridos que de pronto dejaron de estar sin dejar huella, se debe a la insistencia de madres y padres, hijas e hijos, abuelos, tíos dispuestos a hurgar en las fosas clandestinas, entre los despojos de tantos desconocidos que suman miles, y ¿quién sabe cuántos más sin encontrar?
Para alertarnos sobre esta realidad tan cabrona, Magdalena Brezzo, uruguaya, dirige el performance “Cosas que suceden en México que no pueden ser dichas en México”, donde el espectador se entera que cada 90 minutos, familiares y amigos buscan a un ser querido que se encuentra desaparecido. Ésta es la realidad que cientos de mexicanos han enfrentado durante los últimos años.
La señora Brezzo dice que no busca generar conciencia, sino construir una red de diálogo que haga imposible ignorar un tema tan complicado como es el de los desaparecidos en México.
José Ramón Cossío Díaz parece haber presenciado el performance, pues en su peculiar estilo, el ministro de la SCJN escribió para El Universal el texto Desapariciones y desaparecidos, con el que busca llamar la atención de la sociedad y las autoridades, a efecto de que pueda prevenirse el hecho y, además, pueda determinarse el destino de esos desaparecidos que tanto vacío dejan, porque se imposibilita el duelo.
De acuerdo a la nota de animalpolitico.com “las primeras escenas muestran que uno de los actores elegidos de entre el público escribe una frase, que es borrada de inmediato por otro de los participantes, con lo que se retrata que la vida puede ser borrada con la misma facilidad.
“La desaparición de personas en México es una realidad tan contundente que traspasa tu propuesta de vida; atraviesa tan de golpe que ya no tienes necesidad de manipular la problemática, al contrario, te desencaja saber cómo es que la problemática de la violación de derechos humanos ha crecido tanto que no la puedes creer”, dice Magdaleno Brezzo.
Desaparecer es distinto a dejar de existir, a fallecer en un accidente, a ser secuestrado: es estar muerto, sin estarlo.
www.gregorioortega.blog