* Las consecuencias del destape de cuatro precandidatos efectuado por el líder priista del Senado de la República y la mini encuesta secreta, serán similares a las padecidas por el video destape para desazolvarle el camino a Ernesto Zedillo Ponce de León, pero principalmente al entonces presidente de los mexicanos, a quien amagaron con apegarse a la Constitución para nominar un candidato priista, e iniciar el desplazamiento de los tecnócratas
Gregorio Ortega Molina
Después de 35 años como constructor de alianzas y complicidades, además de operador para el poder presidencial, Emilio Gamboa Patrón cometió -en dos etapas- una primera gran pifia, sin detenerse a meditar en lo ocurrido a Manlio Fabio Beltrones al operar en el mismo sentido para Carlos Salinas de Gortari.
Las consecuencias del destape de cuatro precandidatos efectuado por el líder priista del Senado de la República, y la mini encuesta secreta, serán similares a las padecidas por el video destape para desazolvarle el camino a Ernesto Zedillo Ponce de León, pero principalmente al entonces presidente de los mexicanos, a quien amagaron con apegarse a la Constitución para nominar un candidato priista, e iniciar el desplazamiento de los tecnócratas.
Emilio Gamboa Patrón ha sugerido al presidente EPN que el presidencialismo mexicano puede restablecerse, como si el orden político y social de los mexicanos fuese un software instalado en el sistema de gobierno, y las reacciones de los priistas, adherentes y electores de toda ideología fuesen un virus que puede erradicarse con un anti bichos cibernéticos. Es casi seguro que el restablecimiento del sistema político que anhelan operar, marque error por mal funcionamiento o malware de los programas instalados (léase reformas estructurales).
El México de hoy ¿es similar al de 1987?
El senador Gamboa Patrón, encapsulado en el poder por él acumulado durante 35 años, es incapaz de comprender que los mexicanos hemos evolucionado a un ritmo mayor y con mejor comprensión de la realidad, que los políticos encargados de la operatividad del Estado, para que el modelo político garantice gobernabilidad.
Si durante 1987 y a pesar de las consecuencias del terremoto de 1985, pudo imponerse la percepción de la realidad, se debió a las alianzas entre prensa y gobierno, y a la inexistencia de Internet como hoy lo conocemos, con la posibilidad del conocimiento de los sucesos en tiempo real y sin intermediación gubernamental, además de la velocidad con la cual se comparte el descontento o los temas de interés, a través de las redes sociales. Hay más blogueros que periodistas, y muchos con mayor credibilidad que los líderes oficiales y oficiosos de opinión.
Pensar en que el restablecimiento del dedazo es un hecho, y por ello el PRI retendrá su residencia fiscal en Los Pinos es un error, porque nunca como ahora el elector manifestará su rencor, su decepción, su hambre, su miedo a más violencia, su desesperanza por los desaparecidos y, por último, su encabronamiento por los niveles de corrupción y la impunidad garantizada.
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