Francisco Gómez Maza
• Huracanes y terremotos descuadraron las cuentas
• Por tanto, el crecimiento del producto está en veremos
Primero la economía nacional no se levantaba por la irresponsabilidad y la impericia de los economistas de Hacienda, Sus pronósticos no pasaban del 2 por ciento de crecimiento de producto interno bruto; algún momento vaticinaron 3, que para una economía como la mexicana es sumamente bajo, pero vinieron las desgracias. Primero las inundaciones por las torrenciales lluvias provocadas por los huracanes. Y luego, no contenta con ello, la naturaleza se ensañó aún más con los terrícolas. La tierra comenzó a bailar, como dice mi nieta, y tronó el 7 de septiembre en las zonas del sur sureste mexicano, dejando una estela de destrucción y muerte.
Muchos mexicanos se solidarizaron con los damnificados de la costa de Chiapas, el istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, y el estado de Guerrero. A los daños causados por los huracanes se añadió la destrucción del terremoto de 8.1 grados Richter, que estuvo inclemente contra chiapanecos y oaxaqueños. Muchísima gente se quedó a la intemperie, sin techo, o se fueron a refugiar a casas de familiares, pero sus casas están aún tiradas, sin que se haga algo por la reconstrucción. Han vivido las de Caín desde el día del terremoto /el 7 de septiembre) sufriendo la ansiedad y la angustia de los movimientos de la tierra: poco más de cuatro mil réplicas en menos de un mes.
Luego, de ribete, la naturaleza volvió a ensañarse, ahora ya no sólo con los habitantes del sureste, sino con los de Puebla, Morelos y la Ciudad de México, dejando muchas construcciones en el suelo, edificaciones colapsadas y una cola de muerte de personas que, hasta el momento, ha rebasado los 300. El terremoto del 19 de septiembre fue una fúnebre conmemoración de aquellos sismos que desolaron la Ciudad de México en 1985.
Las muertes que dejaron estas desgracias por supuesto que son irreparables, Pero lo reparable costará un riñón. Construir o reconstruir miles de inmuebles, entre casas solas, edificios de departamentos y escuelas, miles de establecimientos escolares tanto públicos como privados, También iglesias católicas en pueblos de las zonas tocadas, rotas por los terremotos. Será una cuantiosa inversión que por supuesto no estaba prevista ni en los presupuestos de 2017 ni mucho menos en la propuesta de gasto para 2018. Y aún vamos a ver si las autoridades cumplen con los damnificados.
Esta situación agravará la enfermedad de la economía nacional, ya de por si atascada entre la corrupción y la ruptura de los mercados, tanto internos como externos, pues el gobierno de Trump paró en seco muchas importaciones mexicanas en el país de las barras, las estrellas y ahora, con el millonario, el garrote vil de la discriminación y las expulsiones masivas de mexicanos inclusive de mexicanos ciudadanos estadounidenses.
El sismo de 7.1 grados, que se registró el pasado 19 de septiembre de este año, impactó a zonas con alta importancia económica, como es el caso de la Ciudad de México, Puebla, Guerrero y Morelos, de acuerdo con un análisis de la empresa calificadora Moody’s. Y en su análisis, la calificadora señaló que esos cuatro puntos del país representan alrededor del 23% de la actividad económica nacional.
De acuerdo con los reportes de Moody’s, a diferencia del terremoto de 8.2 grados, que golpeó principalmente a Oaxaca y Chiapas el pasado 7 de septiembre, el sismo del día 19 del mismo mes afectó en su mayoría a zonas altamente desarrolladas y de actividad económica. “Aunque el daño y la trágica pérdida de vidas del terremoto de la semana pasada parecen ser mucho más bajos que los de 1985, el daño a la propiedad pública y privada fue grande y requerirá un gasto significativo”, indicó la calificadora.
El pasado martes se declaró emergencia extraordinaria para la Ciudad de México, Puebla, Guerrero y Morelos, lo que permite a estas regiones tener ayuda federal, incluyendo los recursos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden), que es un instrumento financiero al que México tiene acceso para atender daños ocasionados por algún fenómeno natural, como en el caso de sismos, huracanes, lluvias severas y erupciones volcánicas, bajo ciertos lineamientos.
El Fondo cuenta con 9,000 millones de pesos (mdp) y recursos adicionales que en una primera fase se destinarían a las necesidades básicas de las víctimas, así como para financiar la reconstrucción.
Fernando Galindo, subsecretario de egresos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), explicó que, para el sismo de 7.1 grados, no es posible activarse el bono catastrófico, ya que el movimiento fue menor a los 8 grados y no cumple con los parámetros de magnitud; sin embargo, se aplicará el seguro de exceso de pérdidas del Fonden.
“La declaratoria de emergencia es positiva para estos gobiernos regionales y locales, porque ayudará a aliviar la presión financiera, a medida que se enfoquen en importantes programas de reconstrucción”, indicó Moody’s en un documento.
Pero nadie va a negar que, así como la geografía mexicana quedó tocada con poco más de 300 muertos, también quedó rota la economía cuyo comportamiento para este año parece impredecible-
La actividad económica del país cayó 0.7% en términos reales durante julio de este año frente al mes precedente, con cifras desestacionalizadas, rompiendo su racha de tres mediciones consecutivas en terreno positivo.
Mientras que en términos anuales, el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) reportó un avance real de 1.3% en el mes de referencia con relación a igual mes de 2016, de acuerdo con las cifras divulgadas este martes por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).
Por grandes grupos de actividades, las primarias disminuyeron 1.6% y las secundarias 1%, mientras que las terciarias retrocedieron apenas 0.1% en el séptimo mes de 2017 respecto al mes previo.
En cifras anuales, las terciarias mostraron un avance de 2.7% y las primarias de 2.4%. Por su parte, las secundarias cayeron 1.5% en julio frente a al mismo mes de un año antes.
Como puede observarse, de por sí los porcentajes del comportamiento de la economía no eran nada halagadores hasta antes de los huracanes y los terremotos.
Imagine ahora la economía enfrentando la reconstrucción del país. Como escribí en un espacio anterior, ya sólo falta que nos mee el Jami.
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