Claudia Rodríguez
Ahora que los mexicanos volveremos a ser rehenes de las promesas de los candidatos de forma publicitada y reiterada; lo ideal es que antes de eso, supiéramos en realidad en dónde estamos y hacia dónde vamos, luego del tren que ha pasado sobre la mayoría de los habitantes de este país, no sólo una vez, sino repetidas ocasiones durante casi un siglo.
No basta con el discurso político que advierte que vamos en la ruta correcta, porque a ciencia cierta, pocos conocemos el punto final hacia donde nos llevan las acciones y estrategias del actual Gobierno federal.
Lo que sí vislumbramos, es que el presente, de ninguna manera nos puede llevar hacia la meta que en el discurso dibujan gobernantes, legisladores y hasta funcionarios. No es posible vivir en la regresión total que se refleja en la violencia familiar, del vecindario, de las calles, de los centros de estudio y laboral y por supuesto, de los órganos de justicia, y a la vez transitar como se dice, a un mejor México que el actual.
Si no sabemos hacia dónde vamos, mucho menos sabemos quién nos guiará.
Es casi imposible –que no impensable—, en el quinto año de funciones del mandatario Enrique Peña Nieto, que no termine su mandato de seis años al frente de la administración federal aun cuando hoy más que nunca es exigible por más y más mexicanos ante evidencias violatorias de en su campaña presidencial, la corrupción recalcitrante inserta en su equipo, la violencia y la inseguridad que se ha adueñado del país y para más, los actos violatorios contra la población perpetrados por diversas instancias de Gobierno.
México de nueva cuenta es tierra de nadie, en la ilegalidad total. Más cuando entre los “hombres del presidente”, todos se empujan para colocarse en el papel ya no sólo de “la prima ballerina”, sino más importante: “del ungido”.
¿Cuál la prospectiva nacional?
Es más fácil advertir el aumento del desconcierto, el descontento y la fatalidad nacional, que el bienestar y el desarrollo del país.
Los candidatos que participen en las elecciones federales del 2018, presentarán distintas propuestas: unos el continuismo, otros el cambio. Pero ojalá todos y cada uno de ellos con gran responsabilidad, conozcan el terreno que pisan, ya que los electos pierden en un segundo credibilidad, cuando endilgan a su antecesor, la culpa de su ineficacia e ineficiencia.
Acta Divina…”Mejoras no se dan de la noche a la mañana”: Enrique Peña Nieto, presidente de México.
Para advertir… El país es de nido de inseguridad y el Gobierno no da garantías de acabar con el crimen y la violencia, mucho menos cuando este mismo actúa en diversos casos, en la ilegalidad.
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