Claudia Rodríguez
La reunión en Los Pinos de esta misma semana en donde el presidente Enrique Peña Nieto, agradeció el esfuerzo y los apoyos tanto de los empresarios como de la sociedad civil para la reconstrucción luego de los sismos de septiembre, resultó incongruente o servil
En primer lugar, se agradeció a los empresarios por aportar el diez por cierto de los recursos necesarios post sismos –aunque en realidad al contribuir con 4 mil millones de pesos, resulta ser el 12 por ciento del total requerido hasta ahora estimado en 48 mil millones de pesos– con una representación de los poderosos Carlos Slim Helú y Emilio Azcárraga Jean, y cero representantes de la sociedad civil –al menos en el presídium.
Es decir, aunque de nuestros impuestos o lo que se llama el dinero público saldrá la gran mayoría del capital para reconstruir infraestructura particular y pública destruida según se señala por los sismos del pasado septiembre, a nosotros los ciudadanos y contribuyentes que no podemos deducir al fisco las millonarias sumas que sí logran los llamados grandes contribuyentes, no se nos dio más que las gracias. Como si pudiéramos objetar el destino o mejor, ya que es dinero de la sociedad civil; decidir su uso, transparencia sobre la obtención, operación y destino del mismo.
De acuerdo a las cifras de Peña Nieto, se tienen que reconstruir como consecuencia de los sismos: 84 mil viviendas, 14 mil comercios, 16 mil escuelas, mil 800 edificios que forman parte del patrimonio histórico de la nación., 175 unidades médicas y hospitales, 140 carreteras; e incluso el desabasto que algunos sufren de energía eléctrica y agua potable.
¿De verdad tanta afectación fue por el sismo o a esto se suman las condiciones previas al mismo?
Aún más de esta reunión en la que el mandatario federal agradece a empresarios y a sociedad civil por el capital destinado a reconstruir inmuebles e infraestructura pública; es la exigencia de transparencia a los primeros de transparentar el dinero, como si el Gobierno federal tuviera calidad moral –en la misma voz de Peña Nieto–, luego de que la corrupción junto con la impunidad sean sello ineludible de la presente Administración.
Pero todo esto que parece entre desleal para los millones de mandantes y rastrero frente al sector empresarial; es en realidad la venta de favores desde el gobierno hacia los del capital nacional.
Por cierto. Mientras políticos y empresarios se arreglaban para hacer más y más negocios que los beneficien a ellos y sólo a ellos a modo de festín; los mexicanos pagamos esa costosísima escenografía, producción y publicidad.
Agradecer con sombrero ajeno o beneficiar a unos cuantos con dinero público.
Acta Divina… El presidente de México, Enrique Peña Nieto, señala que entre el dinero público y privado para la reconstrucción de los sismos, no habrá mezcla.
Para advertir… Pones 4 mil millones ganas diez o doce veces más.
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