MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN
La tarea de nominar candidato presidencial, no se antoja sencilla para la trinca integrante del Frente Ciudadano por México, sobre todo cuando ideológicamente las tres fuerzas políticas nacieron distanciadas e incluso, dos de ellas, el PAN y el PRD eran como el agua y el aceite, amén de enemigas declaradas y con intereses muy definidos.
La necesidad de someter al Partido Revolucionario Institucional, empero, los llevó a eventualmente asociarse en procesos electorales locales, aunque ello provocó ruptura de personajes como Alejandro Encinas, que decidieron irse a Morena, sumarse a la cruzada personal de Andrés Manuel López Obrador.
Y es que, mire usted, ya no puede calificarse como políticamente incorrecto que alguien haga maletas y decida emigrar a un partido político diferente, incluso, al que lo encumbró. Los tiempos y las formas de hacer política, en México y en todos lados del mundo, han cambiado soberanamente.
Por ello, hoy nadie se asombra cuando en la misma foto y con los mismos objetivos, aunque con discursos matizados, los líderes del PAN, Ricardo Anaya, del PRD, Alejandra Barrales, y de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, hayan concretado el pasado fin de semana los acuerdos, en sus convenciones, que confluyen hacia el mismo objetivo: unir la esperanza de derrotar al PRI en la contienda electoral de 2018, sacarlo de Los Pinos e instalar, en la Presidencia de la República, a uno de los suyos.
Pero, ¿quién para esa nominación? Silvano Aureoles Conejo, gobernador de Michoacán, reiteró su interés por la candidatura del FCM, mas puntualizó que se disciplina y aceptará la decisión que sume voluntades.
En tanto, Miguel Ángel Mancera, advirtió que si hay dedazo, se marginará de la carrera por la Presidencia de México, por lo menos del Frente, porque no aclaró si ello implica abandonar la contienda.
El caso es que, por de pronto, Anaya, Barrales y Delgado formalizaron, ante el Instituto Nacional Electoral su determinación de contender en coalición por la Presidencia de la República, además del Senado y la Cámara de Diputados.
Los dirigentes partidistas entregaron la documentación que avala la aprobación de sus respectivos consejos nacionales de sus documentos básicos, y refirieron que, uno de los principales ejes de su plataforma, es la renta básica, es decir, la que daría un ingreso mensual fijo a cada uno de los mexicanos que viven en el país.
¿A qué le suena la oferta? Falta el complemento, es decir, cómo le van a hacer para lograr esa renta. ¿Será mediante un jugoso incremento salarial? Tema que vende, electoralmente es atractivo, pero el aterrizaje de la propuesta no es sencillo.
Bueno, Alejandra Barrales y Ricardo Anaya aseguran que se consensó una plataforma básica, sustentada en tres ejes temáticos que, además de la renta básica para todos los mexicanos implica el combate a la corrupción y atención prioritaria a la seguridad.
Anaya, quien ha sido severamente cuestionado dentro y fuera del PAN, reprochó que, en el 107 aniversario del inicio de la Revolución mexicana, no se haya cumplido el postulado de justicia social. ¡Ah!, pero garantizó que en cuanto el FCM llegue a la Presidencia permitirá trabajar en ese sentido.
Lo cierto es que el joven Anaya hizo caravana con sombrero ajeno y refirió que, el tema de la renta básica nacional, no es un concepto nuevo, porque en su momento lo impulsó Martin Luther King y se aplica en algunos países, con, asegura, muy buenos resultados. ¿Y las ideas propias?
Y, échese este trompo a la uña, el joven líder del albiazul nos recetó una reflexión-reproche: “México es el país más desigual de la OCDE; y hay una realidad que ya estamos experimentando, la robotización de la inteligencia, lo que va a implicar la pérdida de millones de empleos, por ello hemos convenido establecer una renta básica mensual para todos los mexicanos”. ¿Y cómo?
El caso es que Alejandra Barrales retomó el tema del Frente y comentó que, cuando se abrió la posibilidad de conformarlo, estaba claro que no sería una tarea fácil y que habría que trabajar para luchar contra la corrupción y la impunidad en el país.
En efecto, no fue fácil, como nada fácil será que todas las tribus del PAN y del PRD, en consonancia con Movimiento Ciudadano acepten los acuerdos cupulares que derivarán en la nominación del candidato a la Presidencia de la República. La decisión está a la vuelta de la esquina. Conste.
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