Claudia Rodríguez
Es indignante como los priistas y quienes dicen no serlo, pero son incluso más tricolores que muchos con militancia, utilizan los recursos federales para escenificar la sucesión de eventos que llevan a la elección de su candidato para la Presidencia de México, o cualquier otro encargo significativo.
Por muchos sexenios ser el candidato del “señor presidente” equivalía de facto a ser el próximo mandatario federal sin que de por medio hubiera más obstáculo que cualquier evento, suceso, hecho o acto no previsto.
Hoy en día, ser el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), no da ninguna seguridad de triunfo, no sólo porque ya en dos ocasiones los priistas han perdido –o entregado– la Presidencia a los panistas, ni porque el espectro de fuerzas políticas distintas los rebasen dejándolos incluso en tercera o cuarta posición respecto a preferencias en todo el país; sino sobre todo porque es difícil que millones de mexicanos no quieran cobrar los cientos de facturas que de manera negativa nos han endosado a la sociedad.
Listar tales no está nunca de más, pero no es el objeto del presente escrito.
Todo indica que Enrique Peña Nieto ya tiene su candidato a la Presidencia, y si la parafernalia partidista no les falla, será José Antonio Meade, de quien Peña aceptó su renuncia al cargo de secretario de Hacienda para ubicar ahí, al tocayo de Meade, José Antonio González Anaya.
A menos, claro, que Meade vaya al Banco de México, en lugar de Luis Videgaray, y el tapado no haya sido destapado.
Lo curioso de todo esto, es la confianza en po$icionar candidato que tiene el PRI, pues por más de cuatro años el titular de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, fue el único priista colocado de manera natural entre los competidores de distintos partidos a la posición más competida del 2018; y lo que sí es seguro es que el secretario de Gobernación no será el elegido.
Una de las preguntas es; Si a Osorio lo bajaron de la meta a la presidencia por los malos resultados en seguridad en el país: ¿por qué a Meade, lo premian con la candidatura cuando ni la economía nacional, ni las financias nacionales, son lo que se desearía? Es el caso de la educación y de la salud en el país y de muchos otros rubros más que medio se administran.
Total, los priistas ya tendrán su candidato, pero quién sabe si sea competitivo con todo y los millone$ que pondrán en la bolsa de la campaña electoral.
Acta Divina…“Te deseo ‘Pepe’ el mayor de los éxitos”, expresó el presidente Enrique Peña Nieto, en Palacio Nacional tras la renuncia de José Antonio Meade a su encargo como titular de Hacienda.
Para advertir… La sonrisa del muy cantado candidato priista “Pepe”, no cabía en él, ni la multitud familiar ahí presente.
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