Francisco Gómez Maza
• El niño bonito va a mandar a “La Chingada” a López Obrador
• Pero no cambiará el modelo económico que jode a los pobres
Por qué analistas, académicos y politólogos (lo correcto es politicólogos) estiman que Meade Kuribreña es la mejor opción para el PRI, porque puede vencer a Andrés Manuel López Obrador.
Claro que puede “vencerlo”. Así como Felipe Calderón lo “venció”, “aiga sido como aiga sido”, – fraude – y Peña Nieto le partió el hocico a golpe de dinero malo, a golpe de batucada de la oligarquía brasileña, a golpe de monederos electrónicos repartidos entre los muertos de hambre.
Claro lo va a “vencer”. Así como Alfredo del Mazo venció a la maestra Delfina Gómez Álvarez, en el Estado de México, también a golpes de billetes para muchos votantes, sobre todo gente ignorante que apenas habla el castellano y muere de hambre y de enfermedades curables en ese estado, en donde los indios son esclavos de la “gente de bien”. Y Meade fue uno de los miembros del gabinete del tlatoani de atracomucho, que se prestó para ir a los pueblos indios a darles a la gente espejitos de millones de pesos, a cambio del oro de su voto.
Claro que Meade, el candidato de la oligarquía naca, el niño bonito mil usos para Peña, hasta para candidato a que le cubra las espaldas, no sólo puede vencer al tabasqueño. Lo va a “vencer” a punta de corromper a muchos votantes, que prefieren su plato de frijolitos, o su sopa maruchan a cambio de su voto. El PRI siempre ha vencido en el campo, en la elección que le interesa y, por supuesto, que pretende seguir en Los Pinos y sentar a otro bandidito en La Silla por toda la eternidad.
Yo no creo que le vayan a reconocer el triunfo a AMLO. Tienen muchas tretas electrónicas, digitales, para darle en la madre, primero al PREP, luego al conteo de votos uno por uno. Y para beneplácito de sus enemigos, entre ellos mi queridísimo hermano Chava, Andrés Manuel irá a vivir su vejez (ojo: todos vamos a llegar a viejos. Espero que Peña Nieto y el del beso del diablo no sufran una vejez infeliz y no mueran retorciéndose de dolores) a “La Chingada”, el rancho que su familia tiene en Chiapas. Ay, compadre, como dice la biblia, nunca hay que darle las margaritas (piedras preciosas) a los cerdos.
La verdad es que no se trata de ventajas para Meade, como dicen los expertos, los politicólosos, no ser priista. Pues no siendo priista, el sabelotodo, el mil usos jodió a México porque de ciencia económica sabe lo que yo sé de vasco. Y eso se puede ver en los resultados: una economía en bajada permanente, unos salarios de hambre, unos empleos temporaleros muy mal remunerados, una chulada de concentración del ingreso en muy pocas manos (¿No es cierto, Carlos, tú que eres ingeniero?) y ya para que le sigo. El señoritingo no dio pie con bola, más que para engordar las cuentas bancarias de su jefe y las de él.
Desde el punto de vista del cambio que necesitan los mexicanos para salir de la pobreza y de la miseria, el pri, ya no digamos Meade, no tiene ninguna respuesta ni propuesta. Ni le interesa tenerla. La política es un fast business, como una hamburguesa der McDonalls. Y la banda encargada de cuidar dicho modelo está integrada por hijos de papi, que ven en la política una forma superchingona de hacerse millonarios en seis años.
Muchos, en menos. El modelo económico y social que defienden los priistas, concretamente Peña Nieto y secuaces, encabezados por el momento por Meade y el diabólico Luis Videgaray, es un modelo fracasado porque una economía que sólo crea multimillonarios o millonarios es una economía fracasada de “p” a “pa”. Y una economía que crea pobreza y genera pobres, y en este caso pone las condiciones para que crezca el mercado multimillonario del narcotráfico, de la muerte masiva, de las desapariciones forzadas, de las ejecuciones extrajudiciales, de los cementerios clandestinos, es una economía fallida. Fallida de fallar, de fallada, aunque no quieran reconocerlo. Y todo genera el estercolero de la corrupción y la contrapremiación de la impunidad.
El modelo, pues, que necesitamos va en sentido contrario. El que siguen los priistas camina en sentido contrario a las manecillas del reloj. El que necesitamos debe caminar de acuerdo con las manecillas del reloj.
Un modelo justo y equitativo, incluyente, repartidor de la riqueza. De cada quien según su capacidad y a cada quien según su necesidad. Uy. Esto huele a socialismo. Al doctor Salvador Allende (por eso lo mató el sátrapa de Augusto Pinochet, quien era su dedo chiquito y resultó el peor de los traidores), de los Castro, de Ho chi min, de Hugo Chávez, de Nicolás Maduro, y yéndonos más pa’tras, de Miliano Zapata, de los Zarco, y de tantos verdaderos amantes de México. No a lo Peña.
Noooooooooooooooo. México tiene que ser capitalista. Debe de haber muy pocos muy ricos para que paguen a los trabajadores estrictamente lo mínimo para que no vayan a rebelarse, y no darles instrucción para que no se den cuenta de que los están jodiendo, desde que despiertan hasta que se quedan dormidos en las muelles camas de las habitaciones de Los Pinacates. Cómo me acuerdo de mis lecturas de la historia mexicana y estadounidense.
Cuántos traidores. Cuántos López de Santana, que vendió unos 3 millones de kilómetros cuadrados del territorio mexicano a los colonos anglosajones.
Ese es José Antonio Meade Kuribreña. Alguien que, por no ser del PRI, nadie puede negar que estará en La Silla para no proteger a la punta de ladrones a quienes acompañó en el sexenio peñista. Sólo le cubrirá las espaldas a Peña, porque si no lo pueden hasta linchar y hasta atorar. Que Andrés Manuel ser vaya a La Chingada, que los mexicanos jodidos sigan jodiéndose. Mejor que mueran. Les quitarían un enorme peso de encima a los hijos de papi. Oigan, jovencitos del PRI. ¡¿ por qué no esterilizan a los pobres para que no estén chingando la paciencia a los riquillos, a los hijos de papi, a los de la Anáhuac, a los del IPADE, a los niños buenos?!
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