* Los neoliberales que se adueñaron del PRI lo deformaron y envilecieron, desarrollaron un proyecto económico necesario y ambicioso, pero que tropieza con un obstáculo insalvable, la ausencia de la reforma del Estado. El quehacer político, su norma y la manera de ejercer el oficio del poder, nada tiene que ver con los requerimientos sociales y de construcción de consensos que se requieren para consolidar las reformas estructurales
Gregorio Ortega Molina
Al anunciarse el alumbramiento “prematuro” del Frente Ciudadano pensé, como muchos, que era un mazacote. Pero hete aquí que el sietemesino adquiere peso y una aparente desarrollada inteligencia.
Considero que hacen bien -los responsables de una amalgama que todavía parece imposible- en avanzar por los pasos contados y empezar por el principio: diseñar y dar forma a una propuesta política que recupere, para los mexicanos todos, el proyecto de nación. Reminiscencias de Jesús Reyes Heroles: primero el plan y luego el hombre: coincido, la candidata o candidato debe reunir las condiciones intelectuales, la experiencia y el carisma, para no dejar la transición a medias.
Interlocutores y lectores me dicen, con razón, que México ha cambiado, que es otro, que evoluciona, pero me pregunto: ¿hacia dónde? Partamos de un hecho incontrovertible: hoy hay menos libertades, porque la primera y más grande manifestación de esa libertad con mayúscula, radica en la capacidad de “elección” al momento de decidir nuestro modo de vida, como personas y como comunidad. Capacidad absolutamente restringida en idéntica medida a la reducción del poder de compra de bienes y servicios de los mexicanos.
Hace muchos años dejaron de aspirar a lo que quieren, para conformarse con lo que pueden… elegir.
Obviamente es imposible que todos los mexicanos adquieran un Ferrari similar al de Raúl Cervantes, o compren, para presumirlos, relojes idénticos a los de César Camacho, Víctor Flores y Carlos Romero Deschamps, pero todos, sí todos, deben tener la capacidad de elegir un medio de transporte seguro y la manera de consultar la hora, con el gasto que convenga a sus bolsillos.
Los neoliberales que se adueñaron del PRI lo deformaron y envilecieron, desarrollaron un proyecto económico necesario y ambicioso, pero que tropieza con un obstáculo insalvable, la ausencia de la reforma del Estado. El quehacer político, su norma y la manera de ejercer el oficio del poder, nada tiene que ver con los requerimientos sociales y de construcción de consensos que se requieren para consolidar las reformas estructurales. ¿Alguien recuerda cuánto tardó meter reversa a la estatización bancaria y lo que todavía pagamos por ese error?
Claro que encontrar a la mujer o al hombre que reúna las condiciones de un Adolfo Suárez no será sencillo, pero tampoco es imposible. Veremos pronto qué tan capaces son de ceder a las ambiciones personales y entregarse a la construcción de los acuerdos urgentes, necesarios, de muerte súbita, que se requieren para tener futuro todos, no nada más unos cuantos.
¿Quién se beneficia con el rompimiento del Frente Ciudadano? Creo que en el gobierno federal y el PRI, que ponen veladoras por el fracaso de los “frentistas”, hacen mal los cálculos, porque ese intento por reorganizarse electoralmente de manera distinta a como se ha hecho hasta ahora, es sólo por descontento, y los que están hasta el gorro suman con MORENA, no con el partido que es gobierno.
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