Las cifras dadas a conocer hace unos días por el inútil Consejo Nacional de Seguridad Pública, dedicado a espiar a los adversarios del régimen, a peñabotear las redes sociales y orejear los contenidos de los mensajes, conversaciones telefónicas, whatsapps, memes y correos de todos los usuarios telefónicos para dirigir la represión asesina, son más que elocuentes:
“En 16 municipios de México en temas de homicidio son equiparables a las zonas de guerra en el mundo… en ellos más de uno de cada cien mil habitantes fueron asesinados en 2017”. Absolutamente imperdonable, execrable en grado sumo, retrata el rostro de la masacre impune. Es la verdadera crónica de la complicidad y el desprecio por la vida humana.
Un relato atrevido e involuntario, salido de las narices de los mismos que se dedican a espiar, a sabotear, a cuidar las espaldas de capos y verdugos, a vender las plazas a los carteles regionales del narcotráfico, a asegurar la continuidad de todo el infelizaje, desde luego, con cargo a nuestras costillas y con directrices de los patrones del Pentágono, hoy agradecidos por su Ley de Seguridad Interior.
Policías de Estado encubridoras de la enorme corrupción
Mientras que los próceres se arrebatan los micrófonos de las tarimas gubernamentales y las de campaña presidencial, México está sometido a un proceso inaudito de depredación, arrase de su reserva geográfica soberana, de sus recursos monetarios y presupuestales, del asesinato de conciencias lúcidas, sin freno ni tregua. Somos un país en guerra.
La pomposa policía cibernética del trío Slim-Peña Nieto-Osorio pasará a los anales de la historia como una hipócrita lágrima de cocodrilo, toda vez que sus políticas de Estado sólo habrán servido para encubrir las siniestras actividades de un régimen manchado por la corrupción, el despojo y la incapacidad para cualquier otra cosa.
Candidatos presidenciales: todos distintos, pero todos iguales
Nada es diferente en las tiendas de enfrente. Los candidatos se pelean por el campeonato de las ocurrencias, por la puja de las promesas incumplibles, por las mejores tomaduras de pelo a su alcance, o al del teleprompter, que para eso está. Meade prometiendo que lo mejor todavía está por venir…
… López Obrador echándose a cuestas el compromiso de acabar con toda la delincuencia en tres años… Anaya haciendo gala de intrepidez, tirándose un clavado de seis metros de altura en un cenote yucateco, mostrando una estructura física realmente sorprendente en un candidato mexicano.
Todos son distintos, pero en el fondo iguales. Los equipos que les rodean no tienen los tamaños para enfrentar el desasosiego y la desesperación de esta zona de guerra civil encubierta, la magnitud del desastre de más de cien millones de mexicanos y el lujo y pompa en el que viven menos del uno por ciento de connacionales.
Un país polarizado, destrozado en sus estructuras de convivencia fundamentales que todavía es tomado como un juego en manos de los abanderados que se desvelan por sacarse la rifa del tigre, con la bendición del gabacho, o cuando menos la displicencia de los dirigentes del republicanismo anaranjado y reaccionario.
Hank y Vázquez Raña, acreedores del 20% del producto nacional
La revista estadounidense Time amenaza en nombre de la continuidad aquiescente del priísmo y vuelve a tocar el retintín del naufragio mexicano ante la cancelación del TLCAN y su efecto tequila para acabar con el mundo civilizado: si los infelices del partido oficial no ganan las elecciones, esto será peor que cualquier desastre planetario que logre el choque con el asteroide Nibiru. ¡Hágame usted el refabrón cavor!
Las cuentas de efectivo en los bancos privatizados por Salinas de Gortari, a nombre de los próceres del peñato, los líderes sociales de toda estofa, los buitres del sistema ascienden escandalosamente en los corporativos de Carlos Hank III y Olegario Vázquez Raña, llegando a representar más del 20% del producto nacional bruto.
Uno de los viejos loros favoritos del aparato le da vuelo al boletín presidencial que se refiere al acto inaudito de una Juana Cuevas, esposa de ya saben quién que se toma el atrevimiento navideño de ir de compras a un supermercado, y escoge las verduras para la cena. A falta de pan, tortillas.
Nada dice del ejército de guaruras tras las cámaras que la vigila y cuida en ese lance democrático. Y en las redes sociales, la señora es hecha picadillo. Otro bumerang de la propaganda involuntaria, del sentido camp de nuestra vida oropelesca, de lo aparentemente serio que se transforma en ridículo por la talla de nuestras circunstancias.
Nuevas facultades de supervisión para el Congreso de la Unión
Atrapados sin salida. Puros platillos para las anécdotas escatológicas de la extinción. Un homenaje a la frustración, la desmesura del fracaso, y el futuro previsible, si es que usted y yo no decidimos en la boleta electoral del próximo primero de julio un cambio de rumbo y timón que siquiera sortee esta tormenta.
El cambio de régimen presidencialista obtuso al gobierno de coalición regido por la representación popular es hoy la única alternativa viable y posible para paliar y detener la extinción nacional. No hay de otra. Sólo que nos resignemos a seguir por el camino de las camarillas de iluminados que nunca han servido para otra cosa que robar.
Ya es no sólo necesario sino urgente ampliar los controles efectivos del nuevo Congreso que se elija sobre la reserva federal, el proceso presupuestal, la deuda pública, los ingresos extraordinarios, los recortes, precios y tarifas en la economía, así como el tamaño ideal de una burocracia operativa.
Establecer las nuevas facultades del Congreso y de los ciudadanos en materia de supervisión de los organismos, empresas y fideicomisos púbicos vitales para la supervivencia del país. Insistir en fortalecer el Pacto federal hacendario y construir un dique a la disgregación. En un nuevo modelo de autonomía para las instituciones de procuración e impartición de justicia en todos los ámbitos.
Crisis descomunal en nuestra sala; amenaza con despedazarnos
Es necesario, importante y urgente revisar la política laboral, industrial, educativa, fiscal, de seguridad social, la cuestión agraria, la productividad, el mercado interno, la pobreza y el empleo, dentro de una idea integral de nación a partir del acuerdo fundamental entre los protagonistas y las fuerzas políticas representativas.
No podemos esperar más tiempo. Una crisis descomunal e inédita está sentada en nuestra sala y amenaza con despedazarnos. Ha llegado el momento de acompañar la reflexión con la acción en pro de la supervivencia de la República y de nuestras familias.
Impulsar aquellos conceptos que animan la cohesión y convocan a la concordia equitativa, por encima de ocurrencias y disputas que tienden a encarnizarse aún más. Asumir que vivimos en la vorágine, que las condiciones políticas del país son otras y nuestra subsistencia llegó al punto de no retorno.
Augurio: nada bueno para nadie; ni para los políticos ladrones
De hoy en adelante, el diálogo sin cortapisa, la tolerancia y los acuerdos deben ser el punto de partida de la equidad y de la permanencia. La gobernabilidad está sumida en un profundo catatonismo que no augura nada bueno para nadie, aún para los próceres enriquecidos a costa del hambre del pueblo.
Hagámoslo, antes de que sea demasiado tarde. Todavía puede estar en nuestras manos.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: ¿Por qué será que nadie le ha dicho al gobernador de Chihuahua, Javier Corral Jurado, que nuevamente pida a la SHCP los recursos que, por angas o mangas, no obtuvo a finales de 2017? Puede incluso publicar en un desplegado –ahora que los usan para mensajearse– su solicitud y hasta, en otro, dar a conocer la respuesta que le dé la pandilla hacendaria ahora comandada por José Antonio González Anaya. Porque hay mucho ruido y los perjudicados son los chihuahuenses a quienes se les escamotean pagos y obras de todo tipo. + + + Y ya partidizado el asunto de los recursos, ¿no será hora de que las entidades federativas cobren los impuestos al consumo para su manutención? Acá es la Federación la que los cobra y reparte de acuerdo con sus intereses. + + + Que pronto estará de vuelta el todavía cónsul de México en Orlando, Florida, Juan Sabines Jr. Vendría a apoyar en el sureste la alicaída campaña del señor Meade y, claro, a bloquear las aspiraciones del candidato a gobernador por el Frente, Antonio Aguilar Bodegas, a quien considera su acérrimo enemigo.
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