Claudia Rodríguez
Durante el sexenio del aún panista Felipe Calderón se intentó justificar la compra de armas para combatir a la delincuencia organizada sobre todo en lo que corresponde a la actividad del narcotráfico; sin embargo para muchos mexicanos resultó un gasto oneroso, mucho más cuando los resultado de la lucha gubernamental fueron escasos y con un alto costo de inseguridad, violencia y baño de sangre entre los que denominó el mismo Calderón como “daños colaterales”.
Compromiso del presidente Enrique Peña Nieto, fue seguir con el combate al narcotráfico, con la línea de atrapar a los líderes de los cárteles de la droga que en el mercado no ha dado tantos resultados, porque este sigue dando frutos y dividendos ilegales, por supuesto con la ayuda y complicidad de distintas autoridades, al grado que incluso les “abren las puertas” de las prisiones para su escape.
El caso es que el narcotráfico no es un asunto doméstico y toma el interés de muchas naciones que se ven afectadas por la venta de droga de manufactura nacional, o bien, de la que pasa por nuestro territorio, por lo que algunos intentan una acción coordinada para atajarla.
Sabemos que Estados Unidos tiene una exigencia más que velada y pública de que los mexicanos mantengamos sobre todo los rubros de violencia e inseguridad que genera la venta de droga dentro de nuestras fronteras, con el mote que para ellos es un asunto de seguridad nacional. Y es por eso que en un pingüe negocio nos obliga a comprar armamento sofisticado, que en algunos casos, ¡oh sorpresa!, termina en las manos de los propios delincuentes.
Mientras los mexicanos despedíamos al 2017 y hacíamos cuentas de cómo enfrentar la carestía en la que ya estamos insertos, resulta que con cargo a la Secretaría de Marina-Armada de México (Semar) y con pago al Pentágono, México compró 23 misiles tácticos, seis lanzamisiles terrestres, seis torpedos de tipo ligero, por un monto de alrededor de 99 millones de dólares. ¡uf!
Claro que como siempre, ese armamento viene acompañado de equipo de entrenamiento, personal técnico, los contratistas y sobre todo, quienes representan como asistencia técnica a autoridades del Gobierno estadounidense.
De acuerdo a la Agencia de Cooperación en Seguridad de Defensa del Departamento de Estado de los Estados Unidos, la venta a México de ese equipo militar fue aprobado ya que nuestro país siempre ha respaldado la política exterior estadounidense y ha contribuido a su seguridad nacional.
Es así que se comprueba una vez más, que los mexicanos estamos condenados a dejar a un lado nuestras verdaderas necesidades de desarrollo para mantener un Estado corrupto y ratonero.
Acta Divina… La compra de armamento avanzado en la Semar para artillar su primera fragata Sigma Clase 10514, significará un avance tecnológico y estratégico con el que la institución comenzará a consolidar, desde otro plano, uno de sus objetivos a largo plazo: proyectar el poder nacional como fuerza armada no solo mediante su participación en operaciones multinacionales, sino como constructora de sus propios equipos avanzados
Para advertir… Las necesidades de los mexicanos ya no pueden esperar, mientras el Gobierno se gasta el dinero público en la defensa estadounidense.
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