Por Vicente Moreno Aparicio
• En la “Marcha de la Dignidad”, ¿se estrenará la Ley de Seguridad Interior?
• Corral declara la guerra a Peña Nieto y exige a SHCP 780 millones de pesos
• Miles de diferentes entidades se unirán a esa manifestación para demostrar su rechazo a EPN
• Meade, “Clavillazo” Ochoa y Nuño envueltos en la corrupción gubernamental
• Mancera no garantiza triunfo electoral en la CDMX ante el odio de capitalinos
Difícil será que Enrique Peña Nieto pueda sostener una relación amistosa con el gobernador de Chihuahua, Javier Corral y menos ahora que éste amenaza con llevar a cabo la “Marcha de la Dignidad” de Juárez a la ciudad de México y nombrar una misión especial que movilizará a los chihuahuenses en Estados Unidos para que se exija ante los consulados mexicanos la captura y extradición del ex gobernador César Duarte.
El llamado de Corral Jurado efectuado en la Plaza del Ángel, donde se congregaron miles de chihuahuenses para iniciar el movimiento por la defensa de la dignidad y la soberanía del pueblo de Chihuahua, trae consigo la declaración de guerra, pues al avanzar esa marcha, seguramente se unirán miles de mexicanos de diferentes entidades del país para demostrar el odio y rechazo a Peña Nieto y su gobierno.
En esa marcha ¿se pondrá a prueba la Ley de Seguridad Interior en la que el ejército tendrá que enfrentar al pueblo? Ya veremos cuál es el real fin de Peña Nieto con su Ley y como actuará la fuerza militar ante los caprichos e intereses del inquilino de Los Pinos.
Por su parte, los chihuahuenses le dieron todo su apoyo a su gobernador Corral Jurado y le advirtieron públicamente a Peña Nieto que solicite la detención con fines de extradición de Duarte y que entregue los 780 millones retenidos por la Secretaría de Hacienda, porque jamás aceptarán aquello de que “es la zanahoria o el garrote”.
La ira presidencial en contra de Corral se da tras de ser detenido el ex secretario del CEN del PRI, Alejandro Gutiérrez a petición del gobierno de Chihuahua por el delito de peculado agravado por el desvío de 250 millones de pesos por medio de un esquema de simulación de contratos de prestación de servicios profesionales que no se realizaron y que permitió la filtración de recursos públicos con fines partidistas. El dinero fue con el fin de financiar las campañas electorales en el 2016.
Javier Corral Jurado, apoyado por artistas, senadores, diputados, empresarios, periodistas, miembros de diversos partidos de oposición, intelectuales, acusó a Peña Nieto de corrupto y de estar en contra del pueblo de Chihuahua.
Corral denunció la supuesta represalia financiera por parte de Peña Nieto y dijo que no quieren detener al corrupto ex gobernador César Duarte, quien impunemente vive en Estados Unidos sin ser molestado y, mucho menos, exigido su extradición.
Por su parte, la Secretaría de Hacienda negó a través de un comunicado que exista tal represalia financiera y argumentó que entregó a tiempo los recursos pactados con el gobierno de Chihuahua, pero lo más risible para muchos fue que puntualizó que esa dependencia “no atiende en ningún momento a situaciones electorales, ni está sujeta a partido u organización política alguna”.
José Antonio González, el cuñado de Carlos Salinas y titular de Hacienda, dijo que acerca de los 780 millones de pesos –monto reclamado por Corral- éstos se intentaron depositar, “pero no se pudo porque el propio gobierno de Chihuahua dio un número de cuenta erróneo”.
Obvio, que esa respuesta dada por el funcionario provocó el enojo de los mexicanos, pues había otras formas para solucionar el problema, como es la comunicación: llamar al propio gobernador y haberle dicho que ese número de cuenta no correspondía… ¿Por qué no lo hizo? Fue una respuesta carente de veracidad.
La nefasta y sucia campaña de denostaciones
La guerra sucia se ha iniciado y son las redes sociales las que responden ante los embates denostadores en contra de Andrés Manuel López Obrador, quien encabeza las preferencias electorales.
Son las redes sociales, las verdaderas y reales encuestadoras las que dan a conocer quiénes son los favorecidos, pero también se observan las intenciones de los partidos políticos, fundamentalmente del PRI que utilizan ejércitos de denostadores que intentan llevar agua a sus respectivos molinos.
Las redes sociales se han saturado de videos, de mensajes obscenos y también publicitarios que han calentado las contiendas electorales.
A través de las redes sociales se ha podido constatar que Enrique “Clavillazo” Ochoa Reza, no está al nivel de lo que debería ser el presidente de un organismo importante como los es el PRI. No cabe duda que Luis Videgaray no sólo ha hecho daño a México sino también a su partido al imponer gente a modo, es decir, a su gusto, que entiendan más a sus intereses particulares que a los de mayoría.
Con Ochoa Reza, el partido político ha caído en lo más bajo gracias a sus incongruencias, mentiras, acusaciones sin fundamento y sus continuas denostaciones. Él se ha convertido en el payaso de circo, el hazmereir de todos: “Momento… la cosa es calmada…” “Ahí nomás…”
Cierto que el enemigo a vencer es Andrés Manuel López Obrador, pero no en la forma como lo hace “Clavillazo” acusándolo de corrupto, falso, mentiroso e incluso de vividor, cuando la realidad es otra, pues el líder priísta cada vez que habla todo lo que dice es como escupir hacia arriba para que le caiga en su cara.
En las entrevistas que le hacen, Ochoa Reza siempre acusa de corrupción a AMLO y lo cierto es que ya causa risa y enojo por sus desplantes prepotentes de responder una pregunta y retirarse sin decir nada para no aceptar más cuestionamientos, los cuales ya lo incomodan.
Posiblemente, “Clavillazo” no vea , no sepa o se haga que la virgen le habla que cada vez que publican en las redes sociales sus videos en los que echa pestes contra AMLO, no sale muy victorioso en los espacios escritos por internautas, pues todos se le van a la yugular y recordándole el 10 de mayo.
Miembros del CEN y militantes del PRI saben muy bien que su candidato no priísta, José Antonio Meade Kuribreña, no levanta la campaña electoral ni ayudado por Enrique “Clavillazo” Ochoa Reza y muchos menos por su coordinador Aurelio Nuño, quien también está acusado de haber entregado miles de millones de pesos al Sindicato de Trabajadores de la Educación (SNTE) para que apoyaran la Reforma Educativa, o más bien el contrato laboral.
Los priístas advierten que algo similar se vive de lo que fue en 1994, cuando Luis Donaldo Colosio no levantaba la campaña electoral, pero cabe señalar que en esa ocasión la atención estaba dirigida hacia la insurgencia zapatista y el protagonismo de Manuel Camacho Solís de dar noticias diariamente las cuales le ayudaban para opacar a su enemigo el designado por Carlos Salinas. Después se conoció la treta de Camacho Solís que para lograr comunicación con los rijosos se tardaban varios días para contactarlos en la selva chiapaneca.
Esta vez, el fantasma de la corrupción no permite avances y peor cuando el candidato no priísta se le acusa de no tener calidad moral para ver de frente al electorado que reprueba la corrupción ejercida por el actual gobierno en el que él formaba parte.
A Meade Kuribreña se le acusa supuestamente de estar involucrado en malos manejos de casi 540 millones de pesos que la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) entregó mediante convenios a tres universidades en 2015, año en que esa dependencia estuvo encabezada por Rosario Robles y el hoy precandidato no priísta del PRI a la presidencia.
La “Estafa Maestra” consistió en realizar convenios que dependencias del gobierno federal firmaron con universidades por servicios que, a su vez, estas terminan subcontratando con otras empresas para eludir los controles de licitación y transparencia. Los bienes y servicios que se contrataron terminan siendo de dudosa calidad o inexistentes…
Ahora por si Meade quiere demandar al autor de esta columna le adelanto que esta denuncia la presentó formalmente la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ante la Procuraduría General de la República. Pero ahora sale a flote otra más en la que Meade Kuribreña encubrió desde la Secretaría de Hacienda los desvíos millonarios al PRI para financiar campañas electorales en el 2016, que en ese entonces lideraba Manlio Fabio Beltrones.
Por esto, el PRI está amenazado de perder su registro y tanto Beltrones como Videgaray de ir a prisión. Sin embargo, esto se escucha ridículo cuando todo mundo sabe que ellos gozan de impunidad y que son intocables, pero aún así millones quieren y desean que se ejerza la justicia en contra del partido y los corruptos.
Esto ha enardecido aún más a los electores y ha servido para que más gente se una en apoyo a Andrés Manuel López Obrador.
La gestión de Mancera en la CDMX no garantiza triunfos del FAD
Quien salga designado por el Frente Amplio Democrático para aspirar a gobernar la Ciudad de México tendrá muy pocas posibilidades de triunfo, pues el apoyo que Miguel Ángel Mancera Espinosa podría darle tanto económico como allegarle votos no servirían de mucho, pues el actual Jefe de Gobierno no es muy aceptado entre la mayoría de los capitalinos.
Ni Alejandra Barrales, Armando Ahued y mucho menos Salomón Chertorivski podrían lograr un triunfo electoral, en cambio, si fuera el ex consejero jurídico y ahora presidente del CEN del PRD, Manuel Granados Covarrubias, las cosas serían diferentes.
Granados Covarrubias logró la aceptación de los capitalinos al entregarles los documentos oficiales que acreditan la identidad y personalidad jurídica como también las actas de matrimonio y los testamentos a los capitalinos.
Obviamente, miles de capitalinos se favorecieron con esos regalos y la certeza de que al entregarles esas actas de nacimiento y defunción, las escrituras de sus propiedades y testamentos, se erradicó el burocratismo que se ejercía por años y que al final de cuentas las expediciones costaban mucho dinero.
Por lo pronto, la candidata de Morena, la delegada de Tlalpan con licencia, Claudia Sheinbaum, está a la cabeza de las preferencias electorales, aunque ya en la contienda se le buscará por todos los medios destruirla y más con lo sucedido en el Colegio Rébsamen.
Y al mencionar a Granados Covarrubias, posiblemente, él esté sufriendo en carne propia lo que han vivido los ex presidentes del PRD ante las incongruencias de las tribus y los intereses de los “Chuchos”.
En los últimos años han renunciado varios presidentes, quienes no han podido ejercer los cambios necesarios para actuar en forma libre y democrática a favor del partido y sus militantes y un ejemplo de ello son los siguientes: Carlos Navarrete (2014-2015), quien no terminó su gestión; Agustín Basave (2015-2016), igual no completo su liderazgo; Beatriz Mojica (2016) únicamente quedó como interina; Alejandra Barrales (2016-2017), obligada por los jerarcas “Chuchos” a renunciar y ahora Manuel Granados Covarrubias en espera que nos de lo que no será una sorpresa…
La pregunta es ¿Granados accederá a cumplir las órdenes de los “Chuchos” y cuidar los corruptos intereses de éstos que se sienten dueños del partido?